/ jueves 16 de diciembre de 2021

Acontecer político | El verdadero rival

Los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática anunciaron oficialmente que participarán de manera coaligada, dentro del frente “Va por México”, en al menos cuatro estados, entre ellos Tamaulipas, en los que habrá elecciones de gobernador el año próximo, en un propósito compartido de evitar que el Movimiento de Regeneración Nacional conquiste esas entidades. Además de nuestro estado, la alianza comprende Aguascalientes, Durango e Hidalgo.

De esta forma se concreta algo que ya se veía venir, aunque hubo algunos titubeos iniciales. En su momento y de acuerdo con los protocolos, esa convivencia se notificará oficialmente al Instituto Nacional Electoral para los efectos correspondientes.

La idea es presentar candidatos comunes, aunque a estas alturas no queda claro cuál de los partidos tendrá supremacía a la hora de postular a los abanderados, aunque de acuerdo con los equilibrios actuales, el PAN lleva las de ganar.

Desde antes de que ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR ganara la presidencia de la república, los tres mencionados partidos han sido fieros oponente a la llamada cuarta transformación, a la que a través de sus voceros descalifican todos los días, proclamando que el país “se encuentra en ruinas”.

Nadie, en un juicio honesto, puede reprobar que se integre un frente opositor que trate de hacer valer no solo sus derechos contestatarios sino su inconformidad con lo que ellos consideran una conducción errónea de los destinos de la Nación. Eso es parte de una democracia.

Solo que, en el caso del PRI y del PAN, tal vez confundidos, están tirándole al blanco equivocado. Ellos enfocan sus baterías contra LÓPEZ OBRADOR y el partido que él fundó, que en el 2018 los desplazaron del poder de manera avasallante e incontrovertible. Ellos son, desde su óptica, los odiados rivales.

Pero el verdadero rival que tiene enfrente la oposición, no es el actual gobierno, sino un pueblo que se hartó de una dictadura, esa sí que la era, que duró durante más de ocho décadas haciendo y deshaciendo a su antojo, enriqueciendo a políticos y empresarios deshonestos y que durante dos sexenios puso confianza en dos presidentes panistas que a la postre solo resultaron una desilusión más.

Los combatientes a los que debieran prestar atención los opositores son los 30 millones de mexicanos que votaron por un cambio radical que los derrotaron en buena lid y que en las últimas elecciones los volvieron a despreciar, permitiendo que Morena tuviera más avances en muchas entidades, entre ellas Tamaulipas.

Podrán priístas, panistas y perredistas torpedear todos los días a la actual administración federal, podrán unirse en el empeño de reconquistar el poder y sus privilegios, pero no aciertan a combatir a un cuerpo social que es el que verdaderamente los tiene derrotados y que se opone tenazmente a su regreso por los daños que le infligieron.

Y a ese ejército anónimo, no se le hace frente con palabras huecas ni con generales desgastados y carentes de prestigio y credibilidad. La resistencia de esa masa que durante décadas desdeñaron es la que los mantiene a raya.

El PRI, a juzgar por los últimos resultados electorales, es un partido en extinción. El PAN se encuentra sumido en graves fracturas internas y el PRD solo es un fantasma que busca un rincón donde acomodarse para asustar a unos cuantos. Una auténtica suma de negativos.

Qué bueno que haya un juego político en el que se busquen los contrapesos que cuando son reales alimentan la vida democrática de un país. A nadie se le puede coartar su derecho de opinión y de participar en el análisis y discusión de los problemas que a todos nos aquejan.

Pero, insistimos, para los opositores el rival a vencer no es la cuarta transformación, sino una sociedad que lucha con valor supliendo los fusiles con sufragios. Y a ese enemigo solo pueden vulnerarlo con acciones y argumentos convincentes que difícilmente se encuentran en su arsenal. Esa es una realidad que evaden y que les hace llevar en el pecado la penitencia.

Y volviendo a Tamaulipas, ¿quién podría ser el abanderado de “Va por México” al Gobierno del estado? Solo hay dos cartas fuertes y ambas son de Acción Nacional, CÉSAR VERÁSTEGUI OSTOS y JESÚS NADER NASRALLAH. Los prospectos que dentro del PRI se han anotado como RAMIRO RAMOS SALINAS y ENRIQUE CÁRDENAS DEL AVELLANO parecen caricaturas que no divierten ni a los niños. Pero el antes imbatible partido no busca ganar ni reconstruirse, sino solo recibir de manera humillante las migajas que antes se daba el lujo de repartir. Las vueltas que da la vida.

En cuanto al Movimiento de Regeneración Nacional, las apuestas siguen divididas. Los finalistas hasta ahora siguen siendo AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, RODOLFO GONZÁLEZ VALDERRAMA y ADRIÁN OSEGUERA KERNION. La exalcaldesa de Reynosa MAKI ORTIZ ha tenido un descenso sensible en el ánimo de los militantes de la organización guinda, aunque no habría que descartarla por aquello de la equidad de género.

Se propala la versión de que una vez que se conozca el nombre de la candidata o candidato, habrá deserciones y los inconformes se unirán al abanderado del PAN. Pero la realidad no se compone de supuestos sino de hechos concretos. Habrá que esperar a que la decisión se tome.

  • raulpazos45@gmail.com

Los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática anunciaron oficialmente que participarán de manera coaligada, dentro del frente “Va por México”, en al menos cuatro estados, entre ellos Tamaulipas, en los que habrá elecciones de gobernador el año próximo, en un propósito compartido de evitar que el Movimiento de Regeneración Nacional conquiste esas entidades. Además de nuestro estado, la alianza comprende Aguascalientes, Durango e Hidalgo.

De esta forma se concreta algo que ya se veía venir, aunque hubo algunos titubeos iniciales. En su momento y de acuerdo con los protocolos, esa convivencia se notificará oficialmente al Instituto Nacional Electoral para los efectos correspondientes.

La idea es presentar candidatos comunes, aunque a estas alturas no queda claro cuál de los partidos tendrá supremacía a la hora de postular a los abanderados, aunque de acuerdo con los equilibrios actuales, el PAN lleva las de ganar.

Desde antes de que ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR ganara la presidencia de la república, los tres mencionados partidos han sido fieros oponente a la llamada cuarta transformación, a la que a través de sus voceros descalifican todos los días, proclamando que el país “se encuentra en ruinas”.

Nadie, en un juicio honesto, puede reprobar que se integre un frente opositor que trate de hacer valer no solo sus derechos contestatarios sino su inconformidad con lo que ellos consideran una conducción errónea de los destinos de la Nación. Eso es parte de una democracia.

Solo que, en el caso del PRI y del PAN, tal vez confundidos, están tirándole al blanco equivocado. Ellos enfocan sus baterías contra LÓPEZ OBRADOR y el partido que él fundó, que en el 2018 los desplazaron del poder de manera avasallante e incontrovertible. Ellos son, desde su óptica, los odiados rivales.

Pero el verdadero rival que tiene enfrente la oposición, no es el actual gobierno, sino un pueblo que se hartó de una dictadura, esa sí que la era, que duró durante más de ocho décadas haciendo y deshaciendo a su antojo, enriqueciendo a políticos y empresarios deshonestos y que durante dos sexenios puso confianza en dos presidentes panistas que a la postre solo resultaron una desilusión más.

Los combatientes a los que debieran prestar atención los opositores son los 30 millones de mexicanos que votaron por un cambio radical que los derrotaron en buena lid y que en las últimas elecciones los volvieron a despreciar, permitiendo que Morena tuviera más avances en muchas entidades, entre ellas Tamaulipas.

Podrán priístas, panistas y perredistas torpedear todos los días a la actual administración federal, podrán unirse en el empeño de reconquistar el poder y sus privilegios, pero no aciertan a combatir a un cuerpo social que es el que verdaderamente los tiene derrotados y que se opone tenazmente a su regreso por los daños que le infligieron.

Y a ese ejército anónimo, no se le hace frente con palabras huecas ni con generales desgastados y carentes de prestigio y credibilidad. La resistencia de esa masa que durante décadas desdeñaron es la que los mantiene a raya.

El PRI, a juzgar por los últimos resultados electorales, es un partido en extinción. El PAN se encuentra sumido en graves fracturas internas y el PRD solo es un fantasma que busca un rincón donde acomodarse para asustar a unos cuantos. Una auténtica suma de negativos.

Qué bueno que haya un juego político en el que se busquen los contrapesos que cuando son reales alimentan la vida democrática de un país. A nadie se le puede coartar su derecho de opinión y de participar en el análisis y discusión de los problemas que a todos nos aquejan.

Pero, insistimos, para los opositores el rival a vencer no es la cuarta transformación, sino una sociedad que lucha con valor supliendo los fusiles con sufragios. Y a ese enemigo solo pueden vulnerarlo con acciones y argumentos convincentes que difícilmente se encuentran en su arsenal. Esa es una realidad que evaden y que les hace llevar en el pecado la penitencia.

Y volviendo a Tamaulipas, ¿quién podría ser el abanderado de “Va por México” al Gobierno del estado? Solo hay dos cartas fuertes y ambas son de Acción Nacional, CÉSAR VERÁSTEGUI OSTOS y JESÚS NADER NASRALLAH. Los prospectos que dentro del PRI se han anotado como RAMIRO RAMOS SALINAS y ENRIQUE CÁRDENAS DEL AVELLANO parecen caricaturas que no divierten ni a los niños. Pero el antes imbatible partido no busca ganar ni reconstruirse, sino solo recibir de manera humillante las migajas que antes se daba el lujo de repartir. Las vueltas que da la vida.

En cuanto al Movimiento de Regeneración Nacional, las apuestas siguen divididas. Los finalistas hasta ahora siguen siendo AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, RODOLFO GONZÁLEZ VALDERRAMA y ADRIÁN OSEGUERA KERNION. La exalcaldesa de Reynosa MAKI ORTIZ ha tenido un descenso sensible en el ánimo de los militantes de la organización guinda, aunque no habría que descartarla por aquello de la equidad de género.

Se propala la versión de que una vez que se conozca el nombre de la candidata o candidato, habrá deserciones y los inconformes se unirán al abanderado del PAN. Pero la realidad no se compone de supuestos sino de hechos concretos. Habrá que esperar a que la decisión se tome.

  • raulpazos45@gmail.com