El anuncio que dio el presidente Andrés Manuel López Obrador del inminente retorno a clases en las aulas en este mes de agosto dividió opiniones, en momentos donde la llamada tercera ola de Covid está impactando severamente a la población, y por el otro la necesidad de normalizar los ciclos escolares en donde pareciera que la enseñanza en todos los niveles se paralizó y los resultados se verán pronto.
A 16 meses que llegó el mortal virus y sacudió el planeta, trayendo enfermedad, muertes y desempleo, los estragos de esta pandemia han afectado a todos los niveles escolares, ya que ante la prohibición de que los alumnos puedan ingresar a las escuelas y ante la necesidad de tomar las clases a distancia, vía internet o por la radio y la televisión.
El estancamiento de la enseñanza prácticamente se ve reflejado en los alumnos que siguen las clases a control remoto y ante la falta de supervisión de los maestros y los mismos padres de familia, no hay una base educativa que dé certeza al aprendizaje tanto en los niveles básicos como incluso en los superiores, y eso es grave.
Indudablemente que ese atraso escolar que se vive en el país debe de tener en focos rojos a la misma Secretaría de Educación Pública y de ahí es que el mismo mandatario federal en su conferencia de prensa desde Palacio Nacional informó que a partir de agosto regresan las clases presenciales.
Argumentando que las condiciones están dadas, ya que en la estadística los adultos son más propensos a contagiarse del Covid-19 que los jóvenes que pueden ingresar a los salones, también hizo un llamado para que los padres de familia se acerquen a las escuelas para que vean las condiciones con que cuentan las instalaciones.
También se informó que sería escalonado el regreso a clases a finales del mes de agosto, o sea que no será obligatorio, pero en sí el mismo anuncio de AMLO en estos momentos abre un debate en la opinión pública en momentos que los efectos por relajar las medidas preventivas trajeron como consecuencia un incremento en todo el país de infectados y donde los hospitales ya están saturados por pacientes con coronavirus.
Solo en Tamaulipas, con datos de la Secretaría de Salud, hay un registro de 62 mil 757 personas que han sido contagiadas; 5 mil 489 tamaulipecos han perdido la vida por sus causas y al día de hoy hay en toda la entidad 2 mil 189 personas activas, o sea enfermos de Covid, sin contar con el número, que no es menor, de quienes han padecido esa enfermedad y que las autoridades sanitarias no los tienen en el registro contable.
En lo que se refiere a los números a nivel federales estos son más que alarmantes: 2 millones 629 mil 648 mexicanos son los que se tienen en la estadística, de ellos 236 mil mexicanos han perdido la vida por ese virus, de ese tamaño es el daño de que ha dejado el Covid en nuestro país; en contraparte se han aplicado 52.7 millones de dosis para contrarrestar los efectos, pero no basta en sí para pensar que la pandemia está domada.
Gran disyuntiva se presenta a casi año y medio de vivir en la llamada nueva normalidad, ya que los efectos son serios, en el renglón de la educación las autoridades, los docentes, alumnos y los mismos padres de familia están conscientes que se ha perdido en la carrera educativa la mitad del ciclo anterior y este que concluyó de igual forma, el aprendizaje se estancó y a pesar que en la mayoría de los casos los alumnos fueron aprobados en sus grados escolares el conocimiento fue precario en momentos que a control remoto no es la forma óptima de seguir las clases.
El reto de las autoridades educativas será reactivar las clases presenciales, híbridas o a distancia y que se pueda buscar un sistema que los niños, jóvenes y adultos que llevan clases puedan aprovechar el tiempo y que se dé una mejor evaluación para la preparación que corresponde a quien recibe clase, ya sea presencial o a distancia.
La absurda consulta popular
El día 6 de junio se puso fin a la elección para elegir en algunos estados gobernador y presidencias municipales y congresos locales y en todo México diputados federales; a pesar de la pandemia se cumplió con el calendario escolar; como si fuera poco, ahora se está convocando a la consulta popular para enjuiciar a los expresidentes de la república, acción que resulta más por morbo que por justicia; para este ejercicio cívico inverosímil, será el Instituto Nacional Electoral quien organice esta consulta que se realizará en todo el país y que en tiempos de pandemia es solo un riesgo más a la población.
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