No hay infancia feliz sin un chocolate, dulce, pastelito o fritura, acompañada por un refresco, la mayoría de los mexicanos crecimos consumiendo entre comidas con algún antojo; la gran variedad de golosinas que se compran generalmente llevan exceso de grasas y azúcares, importando más el gusto por comer algo dulce que la alimentación sana, ante el exceso, el tiempo al final cobra la factura en la salud, con la diabetes, obesidad principalmente y problemas gástricos también resiente el organismo.
La industria de estos alimentos ha utilizado la mercadotecnia para llegar al gusto de los menores de edad, de ahí las marcas comerciales como los gansitos, pingüinos, paletas payaso, chocotorros y demás, la imagen en la etiqueta del producto va acompañado de un animalito o personaje que simpatice con los niños.
Las recomendaciones de expertos en nutrición y médicos especialistas sobre el exceso de ingesta de estos productos mencionan que son nocivos para la salud, a pesar de la recomendación el consumo sigue siendo alto, como medida las autoridades le han aplicado impuestos especiales y han limitado también la difusión de los anuncios por los medios de comunicación para bajar el alto consumo.
Con la pandemia por el Covid-19 las autoridades de Salud han informado que en la mayoría de los casos los pacientes que han perdido la vida por este mal mundial son principalmente los diabéticos, los hipertensos y los obesos; los reportes que se dan a conocer marcan el alto porcentaje de quienes no pueden sobrevivir al coronavirus y terminan muriendo; de ahí que en la Nueva normalidad para mitigar esta enfermedad, si la intención es no contagiarse, importante será usar el cubrebocas, lavarse las manos, marcar la sana distancia, evitar aglomeraciones, etceétera; pero para evitar complicaciones en la salud con este contagio se requiere un cuerpo sano, de ahí que los legisladores busquen medidas drásticas; ya en el Congreso de Oaxaca se aprobó la prohibición de venta para menores de edad de la comida chatarra; en Tamaulipas y Tabasco los diputados locales están analizando esta misma iniciativa para reducir el alto consumo de estos alimentos altos en azúcares y grasas.
Ayer en la edición de El Sol de Tampico se publicó una entrevista con el vicepresidente nacional de enlace legislativo de Canacintra, Raúl Riquelme Cacho, quien dijo que la industria de alimentos desplegará toda una estrategia de cabilderos y consultores en las distintas legislaturas locales y federal para revertir la prohibición de bebidas y comida alta en azúcares, y el incremento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, el llamado IEPS; señalando que como industria organizada se suman además de la Canacintra, Concamin, Consejo Coordinador Empresarial, ANTAD, Concanaco y Canaco.
El representante cámaral ve en esas iniciativas de los congresos locales una amenaza a la industria de las golosinas, argumentando que “las prohibiciones históricamente no resuelven, no son soluciones viables” y estarían recurriendo, de ser necesario, a la Suprema Corte para revertir esa reforma ya que temen se dé el efecto dominó.
La iniciativa divide en sí opiniones, por el lado del sector Salud este tipo de medidas lo aplauden, el mismo subsecretario de Salud Federal Hugo López-Gattel, felicitó a los legisladores del Congreso de Oaxaca por aprobar esta iniciativa que dará un control en la venta de comida chatarra; en contraparte las Cámaras empresariales se alertan y estarían enviando a los estados agentes cabilderos para dialogar con los diputados y dar sus argumentos del porqué esta iniciativa no ayudará en la disminución de la obesidad y enfermedades por el consumo alto en azúcares y grasas.
Independiente de la decisión que los legisladores acuerden, lo real es que la Nueva normalidad obliga a cuidar la alimentación, el Covid-19 sí es mortal y ataca severamente a quienes padecen las enfermedades propias por mala alimentación; de ahí que se deben de seguir las típicas recomendaciones de los anuncios de los productos llamados chatarra, ALIMÉNTATE BIEN, COME FRUTAS Y VERDURAS.
EL TUCÁN VA POR UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Esta semana estuvo en Tampico el dirigente estatal del Partido Verde, Ricardo Gaviño Cárdenas, quien tomó las riendas de este instituto político devaluado y que siempre ha sido comparsa del PRI, PAN y ahora con Morena; a diferencia de los demás dirigentes de partidos, el nuevo líder de ese partido tiene una formación más empresarial, no es el típico político que busca saltar a las dirigencias para conseguir “pluris”, dice que su intención es sostener al Verde en el estado sin la inercia de colgarse de los partidos grandes. Gaviño reconoce que llega a un partido dividido, con una escasa militancia y una baja credibilidad de la ciudadanía. Apuesta en convencer a la sociedad con propuestas concretas y hacer de los representantes populares verdaderos defensores de las causas; reconoce que no se podrán conseguir grandes triunfos en el 2021 pero sabe que de los resultados electorales tendrán de nuevo el registro perdido y construir la base con nombres y apellidos verdaderos y comprometidos con el partido que representa; como está la vida de los partidos actualmente no es fácil, ojalá los dirigentes nacionales lo respalden.
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