/ lunes 15 de junio de 2020

Con café y a media luz | El pre pre precampaña

El sexenio que encabeza el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador será recordado en la historia contemporánea de nuestro país como aquel en el que se polarizó la sociedad mexicana de manera radical en torno a la figura del poder ejecutivo quien enarboló, como nadie, la bandera de “lucha contra la corrupción” aprovechando a la perfección la coyuntura existente entre el electorado el cual, derivado del hartazgo ocasionado por gobernantes anteriores, vio en el tabasqueño una “luz” de esperanza, de cambio y de progreso, por lo que no dudó en sufragar en favor de él.

A 18 meses de mandato, hemos visto cuestiones atinadas por parte del jefe del estado mexicano, así como errores terribles en materia del ejercicio del poder político visto a través del crisol de su propia demagogia. En otras palabras, se ha puesto en duda la capacidad del tabasqueño, más que por sus errores, por la forma en que expresa sus ideas en cada una de las conferencias mañaneras y en otros espacios públicos de cada entidad que visita en sus giras de trabajo por el interior de la República Mexicana.

Desde los “detentes” hasta “la pandemia cayó como anillo al dedo”, pasando por las cancelaciones abruptas de inversión extranjera, así como las promesas, hasta el momento parcialmente cumplidas, que realizó en campaña, AMLO ha adornado sus acciones con palabras y frases, muchas veces impropias para la ocasión.

Si bien es cierto que no es la primera vez que ocurre con un mandatario mexicano – basta con recordar a “las lavadoras de dos patas” de Vicente Fox – también es verdad que con el presidente López, el acicate se siente con más fuerza por todo lo que aseguró que él representaba en bien de la nación. Cabe insistir en que no estoy diciendo en ningún momento que no es capaz de llevar a buen puerto este proyecto de administración; señalo que hay frases que no le han ayudado y que más que apoyar sus acciones, se termina por cuestionarlas.

El andamiaje construido por dichos y hechos alrededor del mandatario, empezó a suceder una antítesis simbólica muy interesante para los movimientos que, otrora, el originario de Macuspana, encabezó. Recuerdo, por ejemplo, “Honestidad valiente” que posteriormente se convirtió en lo que hoy conocemos como Morena. Me refiero a las marchas que se están sucediendo en todo el país del grupo social autodenominado como FRENA.

Más allá de que si son muchas o pocas personas las que integran este movimiento, el hecho es que cada vez son más numerosos los contingentes que marchan por las principales avenidas de México y las protestas públicas son más recurrentes en diversas ciudades del país, cosa que no abona mucho a la imagen del presidente y del escaparate político que lo llevó al poder y del que es fundador.

Por otra parte, y como si se tratara de un nuevo constructo simbólico, de la noche a la mañana aparece “BOA”, acrónimo que hace referencia a los reptiles a los que se les relaciona con todo lo negativo, incluso en “el libro de los libros” y que en el plano político contemporáneo significa “Bloque Opositor Amplio”. Fenómeno similar al de Morena, solo que en sentido contrario.

En un documento presentado en una de las mañaneras por el presidente López, se detallaba una supuesta estrategia para, primero, quitar la mayoría en el poder legislativo y, posteriormente, lograr la revocación de mandato del tabasqueño. En una lista incluida en el papel se aseguraba que la insurgencia reptiliana estaba formada por empresarios, periodistas, políticos, intelectuales, medios de comunicación y más que en algún momento u otro han cuestionado la forma de gobernar de AMLO.

Esto ocasionó que las redes sociales se encendieran y los simpatizantes del mandatario exigieran cárcel, expulsión del país, excomunión eclesiástica y hasta la muerte a los que aparecían en el papel proyectado en la pantalla del salón tesorería del palacio nacional y divulgado a través de los canales oficiales digitales del gobierno de los Estados Unidos Mexicanos.

Curiosamente, ambos fenómenos han dado pie para que los bloques políticos empiecen a medir fuerzas de cara a los procesos electorales del 2021 y, como si se tratara de una precampaña realizada incluso antes de las precampañas, perdone usted por la expresión, ambas estrategias planteadas párrafos arriba han agrupado y definido las corrientes de la sociedad civil tanto a favor, como en contra de los protagonistas de la contienda.

Hablando con honestidad, no dudo que muchos de los allí anotados deseen la renuncia del mandatario, pero sí estoy seguro de que nadie es lo suficientemente romo como para anotarse en el rol y todavía firmarlo. Y mi duda crece cuando todo parece indicar que el documento electrónico se construyó dentro de la propia estructura burocrática del gobierno federal.

En resumen y le ofrezco nuevamente disculpas por la frase que escribiré a continuación, pero, dicho sea con todo respeto, el aumento del número de las marchas del FRENA y la aparición del BOA, serían comparables a la ceremonia de pesaje previa a una contienda de box. Ojalá y más temprano que tarde observemos campañas llenas de ética y propuestas constructivas en bien de la nación y no veamos más competencias de descalificativos y ofensas entre candidatos y partidos que de nada sirven a la población.

Y hasta aquí, pues como decía cierto periodista, “El tiempo apremia y el espacio se agota”.¡Hasta la próxima!

El sexenio que encabeza el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador será recordado en la historia contemporánea de nuestro país como aquel en el que se polarizó la sociedad mexicana de manera radical en torno a la figura del poder ejecutivo quien enarboló, como nadie, la bandera de “lucha contra la corrupción” aprovechando a la perfección la coyuntura existente entre el electorado el cual, derivado del hartazgo ocasionado por gobernantes anteriores, vio en el tabasqueño una “luz” de esperanza, de cambio y de progreso, por lo que no dudó en sufragar en favor de él.

A 18 meses de mandato, hemos visto cuestiones atinadas por parte del jefe del estado mexicano, así como errores terribles en materia del ejercicio del poder político visto a través del crisol de su propia demagogia. En otras palabras, se ha puesto en duda la capacidad del tabasqueño, más que por sus errores, por la forma en que expresa sus ideas en cada una de las conferencias mañaneras y en otros espacios públicos de cada entidad que visita en sus giras de trabajo por el interior de la República Mexicana.

Desde los “detentes” hasta “la pandemia cayó como anillo al dedo”, pasando por las cancelaciones abruptas de inversión extranjera, así como las promesas, hasta el momento parcialmente cumplidas, que realizó en campaña, AMLO ha adornado sus acciones con palabras y frases, muchas veces impropias para la ocasión.

Si bien es cierto que no es la primera vez que ocurre con un mandatario mexicano – basta con recordar a “las lavadoras de dos patas” de Vicente Fox – también es verdad que con el presidente López, el acicate se siente con más fuerza por todo lo que aseguró que él representaba en bien de la nación. Cabe insistir en que no estoy diciendo en ningún momento que no es capaz de llevar a buen puerto este proyecto de administración; señalo que hay frases que no le han ayudado y que más que apoyar sus acciones, se termina por cuestionarlas.

El andamiaje construido por dichos y hechos alrededor del mandatario, empezó a suceder una antítesis simbólica muy interesante para los movimientos que, otrora, el originario de Macuspana, encabezó. Recuerdo, por ejemplo, “Honestidad valiente” que posteriormente se convirtió en lo que hoy conocemos como Morena. Me refiero a las marchas que se están sucediendo en todo el país del grupo social autodenominado como FRENA.

Más allá de que si son muchas o pocas personas las que integran este movimiento, el hecho es que cada vez son más numerosos los contingentes que marchan por las principales avenidas de México y las protestas públicas son más recurrentes en diversas ciudades del país, cosa que no abona mucho a la imagen del presidente y del escaparate político que lo llevó al poder y del que es fundador.

Por otra parte, y como si se tratara de un nuevo constructo simbólico, de la noche a la mañana aparece “BOA”, acrónimo que hace referencia a los reptiles a los que se les relaciona con todo lo negativo, incluso en “el libro de los libros” y que en el plano político contemporáneo significa “Bloque Opositor Amplio”. Fenómeno similar al de Morena, solo que en sentido contrario.

En un documento presentado en una de las mañaneras por el presidente López, se detallaba una supuesta estrategia para, primero, quitar la mayoría en el poder legislativo y, posteriormente, lograr la revocación de mandato del tabasqueño. En una lista incluida en el papel se aseguraba que la insurgencia reptiliana estaba formada por empresarios, periodistas, políticos, intelectuales, medios de comunicación y más que en algún momento u otro han cuestionado la forma de gobernar de AMLO.

Esto ocasionó que las redes sociales se encendieran y los simpatizantes del mandatario exigieran cárcel, expulsión del país, excomunión eclesiástica y hasta la muerte a los que aparecían en el papel proyectado en la pantalla del salón tesorería del palacio nacional y divulgado a través de los canales oficiales digitales del gobierno de los Estados Unidos Mexicanos.

Curiosamente, ambos fenómenos han dado pie para que los bloques políticos empiecen a medir fuerzas de cara a los procesos electorales del 2021 y, como si se tratara de una precampaña realizada incluso antes de las precampañas, perdone usted por la expresión, ambas estrategias planteadas párrafos arriba han agrupado y definido las corrientes de la sociedad civil tanto a favor, como en contra de los protagonistas de la contienda.

Hablando con honestidad, no dudo que muchos de los allí anotados deseen la renuncia del mandatario, pero sí estoy seguro de que nadie es lo suficientemente romo como para anotarse en el rol y todavía firmarlo. Y mi duda crece cuando todo parece indicar que el documento electrónico se construyó dentro de la propia estructura burocrática del gobierno federal.

En resumen y le ofrezco nuevamente disculpas por la frase que escribiré a continuación, pero, dicho sea con todo respeto, el aumento del número de las marchas del FRENA y la aparición del BOA, serían comparables a la ceremonia de pesaje previa a una contienda de box. Ojalá y más temprano que tarde observemos campañas llenas de ética y propuestas constructivas en bien de la nación y no veamos más competencias de descalificativos y ofensas entre candidatos y partidos que de nada sirven a la población.

Y hasta aquí, pues como decía cierto periodista, “El tiempo apremia y el espacio se agota”.¡Hasta la próxima!