El cierre de operaciones de empresas en detrimento al empleo de decenas de trabajadores, suscita una pregunta: ¿ Qué pasa?
Si la Revolución industrial puso al hombre al arbitrio de la máquina y encadenó su destino al de ella, ahora, en pleno siglo veintiuno, con la llamada globalización económica, estandarte del neoliberalismo confeso que opera todavía, aunque no como antes, la cosa pinta mal en el planeta: millones de seres humanos ya no sirven ni para ser explotados.
La mutación de la sociedad ha acelerado la destrucción de los fundamentos clave de nuestra civilización. Uno de ellos, el trabajo como fuente de respetabilidad por intermedio del sustento ganado con el esfuerzo.
Ahora, la explotación de los frutos del trabajo a través de la especulación es la clave de la rentabilidad de capitales, basta con oprimir un botón de computadora para que los caudales vuelen de un continente a otro, evadiendo cualquier tipo de regulación. En este entorno, lo único prescindible son los trabajadores. Y siendo así, ¿Qué destino se prevé en los años por venir?
¿Qué puede ocurrir con millones de trabajadores y los pobres y marginados del progreso?
¿ Hacia qué dirección conduce este fenómeno?.
Pero lo más terrible: ¿ Realmente estamos preparados para “surfear” una ola económica de semejante magnitud?
En su película “tiempos modernos”, Charles Chaplin, el inolvidable Charlot, hizo una fuerte crítica al capitalismo que empezaba a someter a la humanidad hacia el egoísmo, la envidia y el aniquilamiento humano.
Se trata de un obrero que después de salir del trabajo vaga por las calles de Londres, ejecutando una y otra vez su grotesca rutina de movimiento para alimentar de materia prima a una línea de montaje.
Esta escena premonitoria del hombre esclavo de la máquina, signo de nuestro tiempo, le valió a Chaplin caer de la gracia del gobierno estadounidense en el tiempo en que veía conspiradores comunistas por todas partes (siguen así).
Actualmente, lo expuesto por Chaplin parece inocuo ante los grandes retos, desafíos y oportunidades que plantea la Inteligencia Artificial (IA). El ChatGPT, herramienta que genera contenidos recientemente llevó a la huelga a un grupo de guionistas y directores de Hoolywood que ven amenazado su trabajo. La pregunta es ¿ Qué sigue?
Es todo esto se nota la necesidad de un enfoque responsable para lograr la adaptación y transitar hacia un sistema compatible con los derechos humanos.
Lector, en este mundo loco de atar, que se resiste a la camisa de fuerza que lo viste, y que lo sujeta, se ven cosas difíciles de asimilar. De las seis demandas legales que hoy le expongo, tres son ciertas, las otras…no. Al término de este artículo le digo.
1.- Un ciudadano de México interpuso una demanda legal en contra de la Comisión Plural de radio, televisión y telecomunicaciones del Instituto Nacional Electoral ( INE), alegando que le quitan lo interesante a las campañas políticas. Cómo se sabe, en pocos días se aplicará un ordenamiento que prohíbe la transmisión por TV y otros medios electrónicos de las Conferencias Mañaneras del Titular del Ejecutivo ,casualmente el programa predilecto del autor de la querella.
2.- De acuerdo con informaciones, Timothy Dumouchel, de Fondo Du Lac, Wisconsin, Estados Unidos, demandó a una compañía de televisión por haber hecho engordar a su esposa y distraer demasiado a sus hijos. “ Creo que la razón por la que fumo y bebo a diario y mi mujer sufre sobrepeso es porque estamos muchas horas ante la pantalla desde hace cuatro años”.
3.- Juan Pérez, oriundo de Tlacotalpan, Veracruz, fue demandado por un establecimiento cuyo lema son “ pagos accesibles”, por una deuda de “nada”. O sea un adeudo de cero pesos y cero centavos.
4.- Pavel M, un convicto rumano condenado a veinte años por asesinato, demandó a Dios basándose en qué, en su bautizo, él firmó un contrato en el cual Dios se comprometía a mantenerle alejado de los problemas.
5.-Un senador republicano estadounidense demandó a Dios por causar “catástrofes” en todo el mundo.
6.- En 2024, Marina Bai, una astróloga rusa, demandó a Elon Musk, CEO de X Space, reclamando que el citado personaje amenazó con detonar bombas nucleares en los polos del planeta Marte “para regular el clima”, (se supone que esto es más propio de un villano que de un “héroe” salvador del mundo, como se proclama el feliz dueño de Tesla).
Las demandas legales ciertas son la dos, la cuatro y la cinco, aunque parezca un reto a la cordura
