/ lunes 23 de noviembre de 2020

Con café y a media luz | De polémicos recortes

Enmarcados en una relación tirante entre el Gobierno del estado de Tamaulipas encabezado por Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y el Poder Ejecutivo Federal, representado por Andrés Manuel López Obrador, los recortes presupuestales se convirtieron en una losa que ha caído –y duramente– en la espalda de la administración local.

Lo anterior ha traído como consecuencia lo que pudiera ser considerado como “un freno” a las obras que se tenían anunciadas con anticipación o, por lo menos, hay que decirlo, dichos reajustes se convertirían en el pretexto perfecto para argumentar la carencia de fondos que llevarían a buen fin los proyectos en cuestión.

Empero, mientras se comprueba lo real o ficticio de las consecuencias que esto traerá en perjuicio del avance del estado, lo cierto es que, en el Ayuntamiento de Tampico ya se han lamentado con un recorte de 150 millones de pesos que, según dijo el alcalde, obedece a la desaparición del ramo 23 y a otra serie de contracciones derivadas de las decisiones que ha tomado en los últimos días el presidente López Obrador.

Aunque no ha dejado en claro cuáles serían los proyectos que se verían frenados en el ejercicio correspondiente al año 2021, lo cierto es que en el ánimo de la ciudadanía ha estado incubándose el rumor de que la primera obra afectada será la modernización de la zona periférica de la Laguna del Carpintero, ubicada en la zona centro de la ciudad.

Debemos recordar que, a lo largo de un buen número de administraciones pasadas, esta área era objeto, únicamente, de arreglos, parches, remozamientos, siembra de plantas y no más. Quizás, entre lo único que se pueda rescatar como un par de proyectos “grandes” –aunque para algunos serían de regular tamaño– estaría el desarrollo de la megavelaria en la zona principal y, posteriormente, el proyecto de la tirolesa que, a la postre y como en su momento lo dijimos, corre el riesgo de quedar en el abandono por estar sustentado en intereses de carácter político.

Sin embargo, ha sido hasta la actual administración municipal que se presentó un proyecto ejecutivo serio y bien definido que impactaría a los sectores turístico, ganadero, artístico y social desde diferentes espacios que perseguirían –en su conjunto– crear un entorno armónico para el sano disfrute de lugareños y visitantes.

“Con bombo y platillo” se anunció el jardín de las artes, la calzada que cruzaría la laguna, el recinto ferial permanente, el recinto ganadero, el parque canino y la ampliación de las zonas de caminata, teniendo como “joya de esta corona arquitectónica” a la rueda de la fortuna.

Como cité en los párrafos anteriores, en las redes sociales construidas por la ciudadanía y en las charlas de café de media tarde de la clase política en dos conocidos locales del corazón porteño, ya se han empezado a leer y escuchar rumores sobre la afectación que tendrían los avances de esta remodelación. En caso de que ocurriera sería algo muy lamentable que no solo haría referencia a un freno, sino un retroceso en el desarrollo de nuestra ciudad.

Curiosamente y ya que mencionamos a los anuncios hechos “con pompa y circunstancia”, en estos días debería darse a conocer el plan final de lo que sería la primera línea oficial del Metrobús de Tampico según la declaración vertida el 4 de marzo de 2020 por el titular del IMEPLAN, Duncan Velazco, la cual uniría al “puerto jaibo” con la “urbe industrial”.

Aunque, cabe hacer mención que para el mes de junio se corrigió la fecha y se declaró que la primera parte de este proyecto perteneciente al Programa Integral de Movilidad Urbana Sustentable (PIMUS) arrancaría en el primer trimestre del 2021 con una inyección económica superior a los mil millones de pesos, hasta el momento no se han vuelto a verter declaraciones ante este respecto, lo que parece indicar que se tendrá que esperar un poco más de tiempo para que se vea cristalizado este sistema de transporte.

El Metrobús Tampico-Altamira abarcaría, en su primer momento, desde el corazón de Tampico hasta el kilómetro 16 de la carretera a Ciudad Mante y, posteriormente, se ampliaría de forma tentativa hasta el hospital “Rodolfo Torre Cantú”, aunque también se mencionaron arterias sumamente importantes como la avenida de la industria y el bulevar Adolfo López Mateos.

Curiosamente, pareciera que se ha echado “al saco del olvido” el hecho de que una empresa particular por todos conocida, en el 2010 introdujo un sistema similar con unidades “dobles” las cuales, en un par de meses, fueron sacadas de circulación y el proyecto concluyó su historia con poco o nulo éxito.

¿Cuál sería la diferencia en esta ocasión que lleve a la victoria al Metrobús de Tampico? ¿La implementación de un carril especial? ¿La construcción de estaciones? ¿El uso de unidades eléctricas o de dimensiones menores? Quizá sea hasta el 2022 para que podamos conocer las respuestas a todas esas interrogantes.

Por lo pronto, en el transcurso de los próximos meses, los tamaulipecos seremos testigos de anuncios relacionados con la obstaculización de obras en materia económica o, de plano, al cese definitivo de algunas, mientras tanto, la relación entre los gobiernos en conflicto continuará recrudeciéndose.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

Enmarcados en una relación tirante entre el Gobierno del estado de Tamaulipas encabezado por Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y el Poder Ejecutivo Federal, representado por Andrés Manuel López Obrador, los recortes presupuestales se convirtieron en una losa que ha caído –y duramente– en la espalda de la administración local.

Lo anterior ha traído como consecuencia lo que pudiera ser considerado como “un freno” a las obras que se tenían anunciadas con anticipación o, por lo menos, hay que decirlo, dichos reajustes se convertirían en el pretexto perfecto para argumentar la carencia de fondos que llevarían a buen fin los proyectos en cuestión.

Empero, mientras se comprueba lo real o ficticio de las consecuencias que esto traerá en perjuicio del avance del estado, lo cierto es que, en el Ayuntamiento de Tampico ya se han lamentado con un recorte de 150 millones de pesos que, según dijo el alcalde, obedece a la desaparición del ramo 23 y a otra serie de contracciones derivadas de las decisiones que ha tomado en los últimos días el presidente López Obrador.

Aunque no ha dejado en claro cuáles serían los proyectos que se verían frenados en el ejercicio correspondiente al año 2021, lo cierto es que en el ánimo de la ciudadanía ha estado incubándose el rumor de que la primera obra afectada será la modernización de la zona periférica de la Laguna del Carpintero, ubicada en la zona centro de la ciudad.

Debemos recordar que, a lo largo de un buen número de administraciones pasadas, esta área era objeto, únicamente, de arreglos, parches, remozamientos, siembra de plantas y no más. Quizás, entre lo único que se pueda rescatar como un par de proyectos “grandes” –aunque para algunos serían de regular tamaño– estaría el desarrollo de la megavelaria en la zona principal y, posteriormente, el proyecto de la tirolesa que, a la postre y como en su momento lo dijimos, corre el riesgo de quedar en el abandono por estar sustentado en intereses de carácter político.

Sin embargo, ha sido hasta la actual administración municipal que se presentó un proyecto ejecutivo serio y bien definido que impactaría a los sectores turístico, ganadero, artístico y social desde diferentes espacios que perseguirían –en su conjunto– crear un entorno armónico para el sano disfrute de lugareños y visitantes.

“Con bombo y platillo” se anunció el jardín de las artes, la calzada que cruzaría la laguna, el recinto ferial permanente, el recinto ganadero, el parque canino y la ampliación de las zonas de caminata, teniendo como “joya de esta corona arquitectónica” a la rueda de la fortuna.

Como cité en los párrafos anteriores, en las redes sociales construidas por la ciudadanía y en las charlas de café de media tarde de la clase política en dos conocidos locales del corazón porteño, ya se han empezado a leer y escuchar rumores sobre la afectación que tendrían los avances de esta remodelación. En caso de que ocurriera sería algo muy lamentable que no solo haría referencia a un freno, sino un retroceso en el desarrollo de nuestra ciudad.

Curiosamente y ya que mencionamos a los anuncios hechos “con pompa y circunstancia”, en estos días debería darse a conocer el plan final de lo que sería la primera línea oficial del Metrobús de Tampico según la declaración vertida el 4 de marzo de 2020 por el titular del IMEPLAN, Duncan Velazco, la cual uniría al “puerto jaibo” con la “urbe industrial”.

Aunque, cabe hacer mención que para el mes de junio se corrigió la fecha y se declaró que la primera parte de este proyecto perteneciente al Programa Integral de Movilidad Urbana Sustentable (PIMUS) arrancaría en el primer trimestre del 2021 con una inyección económica superior a los mil millones de pesos, hasta el momento no se han vuelto a verter declaraciones ante este respecto, lo que parece indicar que se tendrá que esperar un poco más de tiempo para que se vea cristalizado este sistema de transporte.

El Metrobús Tampico-Altamira abarcaría, en su primer momento, desde el corazón de Tampico hasta el kilómetro 16 de la carretera a Ciudad Mante y, posteriormente, se ampliaría de forma tentativa hasta el hospital “Rodolfo Torre Cantú”, aunque también se mencionaron arterias sumamente importantes como la avenida de la industria y el bulevar Adolfo López Mateos.

Curiosamente, pareciera que se ha echado “al saco del olvido” el hecho de que una empresa particular por todos conocida, en el 2010 introdujo un sistema similar con unidades “dobles” las cuales, en un par de meses, fueron sacadas de circulación y el proyecto concluyó su historia con poco o nulo éxito.

¿Cuál sería la diferencia en esta ocasión que lleve a la victoria al Metrobús de Tampico? ¿La implementación de un carril especial? ¿La construcción de estaciones? ¿El uso de unidades eléctricas o de dimensiones menores? Quizá sea hasta el 2022 para que podamos conocer las respuestas a todas esas interrogantes.

Por lo pronto, en el transcurso de los próximos meses, los tamaulipecos seremos testigos de anuncios relacionados con la obstaculización de obras en materia económica o, de plano, al cese definitivo de algunas, mientras tanto, la relación entre los gobiernos en conflicto continuará recrudeciéndose.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.