/ miércoles 28 de agosto de 2019

Con café y a media luz | Cuentas claras

De cara a su primer informe de gobierno, tal y como lo manda la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el jefe del estado, Andrés Manuel López Obrador, ha empezado una campaña con dos spots publicitarios con los que ya da atisbos de lo que veremos en el ejercicio de rendición de cuentas que presentará al pueblo de nuestro país.

Teniendo como marco dos elementos fundamentales que no le ayudan en mucho, el Presidente deberá ser lo suficientemente hábil para mantenerse al margen delos mismos a pesar de los embates que en repetidas ocasiones le han estado haciendo los medios de comunicación a nivel nacional en sus, ya tradicionales, conferencias mañaneras.

Acostumbrado a navegar en medio de los mares de la polémica, el originario de Macuspana,Tabasco, ya está polarizando a la sociedad, pues mientras unos le aplauden los argumentos que destaca en dos espacios de treinta segundos, cada uno, otro sector le está cuestionando los mismos elementos pues, dicen, no son razones de peso para afirmar que el país está mejor que antes y desmitifican la supuesta felicidad que el mandatario declara que hoy reina en este México lindo y qué herido.

Y es que con la evidente separación de las corrientes al interior del partido político que lo llevó al poder, MORENA, en el senado y con los últimos datos arrojados por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de un crecimiento del cero por ciento y, por último, sumado a la nueva etiqueta que le adjudicó al exmandatario Felipe Calderón Hinojosa, los ánimos se encendieron tanto al interior como entorno a la figura presidencial.

Por tanto, muchos han empezado a criticar y, otros, a defender a AMLO.

Más allá de eso. En lugar de atrincherarnos en una perspectiva parcial del que hacer presidencial en los últimos meses y aferrarnos a una postura radical, los mexicanos, en conjunto estamos obligados a mostrar una conducta receptiva a la información para poder analizarla, desmenuzarla y, si su caso lo amerita, criticarla, constructivamente hablando, para que se redefina el rumbo de nuestra nación en este periodo de gobierno.

Aquí entre nos, querido amigo lector, debo confesarle que no creo que Andrés Manuel López Obrador reconstruya aquella vieja usanza del llamado “día del presidente” como lo hacía en su momento el PRI, además de que es una práctica que criticó y desvirtuó durante su larga campaña, además que ya corren fuertes los rumores de que será la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien entregue el documento al Senado de la República.

En dicho escrito, el argumento fundamental será el dinero repartido en becas y el obtenido a través de las subastas. Se dirá la cantidad que se repartió en los programas propios y se omitirán los ajenos por pertenecer a esquemas neoliberales de administraciones pasadas, si se llegaran a mencionar será para sancionarlos y demeritarlos, como las guarderías y estancias infantiles de la otrora Sedesol y de los comedores públicos.

Se presumirá el aumento al salario mínimo y se obviarán los datos relativos al aumento en el índice de desempleo y la poca o nula inversión que la iniciativa privada ha tenido al no existir las garantías políticas y económicas para dicho crecimiento.

La inseguridad nacional y la delincuencia organizada serán vistas desde el crisol que brinde la instauración de la Guardia Nacional. Se omitirá la cifra de homicidios que ha crecido considerablemente en comparación con años anteriores y pasará a segundo término la inconformidad creciente por los feminicidios, tal vez se sustentará un futuro prometedor gracias a la nueva institución encargada en salvaguardar la integridad del mexicano común.

Se volverán temas centrales aquellos relacionados con los proyectos del aeropuerto de Santa Lucía, la refinería “Dos Bocas” y el tren maya, obras que se asumen como las más significativas de la presente administración y los obstáculos jurídicos, ambientales y administrativos que tienen, serán calificados como recursos del servilismo institucional de personajes leales al antaño. Se descalificará a los funcionarios que se ampararon por la ley de servidores públicos y se dirá que desean hacerse más cirugías plásticas.

Y, por último, se volverá a presumir que “No hay avión presidencial”. Cabe hacer mención que está guardado ¡Sí hay avión! Está costando una buena cantidad de dinero su mantenimiento y aún no se ha vendido y no creo que se pueda hacer por la sencilla razón de que no le pertenece al gobierno del país y nadie puede comercializarlo que no le pertenece.

Es momento, querido amigo lector, que estemos al pendiente del rumbo que toma nuestro país. Si estamos mejor, qué bueno, pronto deberá verse en la realidad sustancial y dejaremos de ser la masa social amorfa y acrítica para convertirnos en el conglomerado analítico que tanto presumimos. Sino, es momento de demandar soluciones y exigir buenos y reales efectos.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

De cara a su primer informe de gobierno, tal y como lo manda la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el jefe del estado, Andrés Manuel López Obrador, ha empezado una campaña con dos spots publicitarios con los que ya da atisbos de lo que veremos en el ejercicio de rendición de cuentas que presentará al pueblo de nuestro país.

Teniendo como marco dos elementos fundamentales que no le ayudan en mucho, el Presidente deberá ser lo suficientemente hábil para mantenerse al margen delos mismos a pesar de los embates que en repetidas ocasiones le han estado haciendo los medios de comunicación a nivel nacional en sus, ya tradicionales, conferencias mañaneras.

Acostumbrado a navegar en medio de los mares de la polémica, el originario de Macuspana,Tabasco, ya está polarizando a la sociedad, pues mientras unos le aplauden los argumentos que destaca en dos espacios de treinta segundos, cada uno, otro sector le está cuestionando los mismos elementos pues, dicen, no son razones de peso para afirmar que el país está mejor que antes y desmitifican la supuesta felicidad que el mandatario declara que hoy reina en este México lindo y qué herido.

Y es que con la evidente separación de las corrientes al interior del partido político que lo llevó al poder, MORENA, en el senado y con los últimos datos arrojados por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de un crecimiento del cero por ciento y, por último, sumado a la nueva etiqueta que le adjudicó al exmandatario Felipe Calderón Hinojosa, los ánimos se encendieron tanto al interior como entorno a la figura presidencial.

Por tanto, muchos han empezado a criticar y, otros, a defender a AMLO.

Más allá de eso. En lugar de atrincherarnos en una perspectiva parcial del que hacer presidencial en los últimos meses y aferrarnos a una postura radical, los mexicanos, en conjunto estamos obligados a mostrar una conducta receptiva a la información para poder analizarla, desmenuzarla y, si su caso lo amerita, criticarla, constructivamente hablando, para que se redefina el rumbo de nuestra nación en este periodo de gobierno.

Aquí entre nos, querido amigo lector, debo confesarle que no creo que Andrés Manuel López Obrador reconstruya aquella vieja usanza del llamado “día del presidente” como lo hacía en su momento el PRI, además de que es una práctica que criticó y desvirtuó durante su larga campaña, además que ya corren fuertes los rumores de que será la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien entregue el documento al Senado de la República.

En dicho escrito, el argumento fundamental será el dinero repartido en becas y el obtenido a través de las subastas. Se dirá la cantidad que se repartió en los programas propios y se omitirán los ajenos por pertenecer a esquemas neoliberales de administraciones pasadas, si se llegaran a mencionar será para sancionarlos y demeritarlos, como las guarderías y estancias infantiles de la otrora Sedesol y de los comedores públicos.

Se presumirá el aumento al salario mínimo y se obviarán los datos relativos al aumento en el índice de desempleo y la poca o nula inversión que la iniciativa privada ha tenido al no existir las garantías políticas y económicas para dicho crecimiento.

La inseguridad nacional y la delincuencia organizada serán vistas desde el crisol que brinde la instauración de la Guardia Nacional. Se omitirá la cifra de homicidios que ha crecido considerablemente en comparación con años anteriores y pasará a segundo término la inconformidad creciente por los feminicidios, tal vez se sustentará un futuro prometedor gracias a la nueva institución encargada en salvaguardar la integridad del mexicano común.

Se volverán temas centrales aquellos relacionados con los proyectos del aeropuerto de Santa Lucía, la refinería “Dos Bocas” y el tren maya, obras que se asumen como las más significativas de la presente administración y los obstáculos jurídicos, ambientales y administrativos que tienen, serán calificados como recursos del servilismo institucional de personajes leales al antaño. Se descalificará a los funcionarios que se ampararon por la ley de servidores públicos y se dirá que desean hacerse más cirugías plásticas.

Y, por último, se volverá a presumir que “No hay avión presidencial”. Cabe hacer mención que está guardado ¡Sí hay avión! Está costando una buena cantidad de dinero su mantenimiento y aún no se ha vendido y no creo que se pueda hacer por la sencilla razón de que no le pertenece al gobierno del país y nadie puede comercializarlo que no le pertenece.

Es momento, querido amigo lector, que estemos al pendiente del rumbo que toma nuestro país. Si estamos mejor, qué bueno, pronto deberá verse en la realidad sustancial y dejaremos de ser la masa social amorfa y acrítica para convertirnos en el conglomerado analítico que tanto presumimos. Sino, es momento de demandar soluciones y exigir buenos y reales efectos.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!