/ miércoles 3 de febrero de 2021

Cuentos y más | El río

Todos los animales estaban disfrutando del día, el cangrejo saludó a la nutria:

-¡Hola! Que hermoso día ¿no crees?

-¡Por supuesto que sí!- respondió la nutria, cuando de pronto pasó el loro sobrevolándolos y al escuchar la pregunta les dijo -¡Claro que sí!

De repente apareció una tortuga y les dijo al cangrejo y a la nutria:

-¡Ya casi es verano! Es el clima ideal. El pelícano apareció de imprevisto y reafirmó lo dicho por la tortuga.

Todo era alegría en el río, sin embargo alguna que otra persona tiraba una que otra botellita o residuo ahí, pero según ellos no era nada grave, no había ninguna sanción o consecuencia para esa acción, así que aparentemente no pasaba nada. Pero poco a poco el río se fue contaminando hasta que hubo un momento en el que estaba sumamente turbio y sucio, había basura por todas partes, en los alrededores y flotando. Lo que antes eran aguas azules ahora eran aguas que tenían un color entre negro y verde. Además por si el plástico no fuera poco, al río llegaban por lo menos 1,860 litros por segundo de aguas residuales, la mitad de estas ni siquiera se trataban como era adecuado.

Todos estaban sorprendidos, no sabían en qué momento había acontecido todo eso, creían que había acontecido de la noche a la mañana, pero no era así, esas algunas que otras personitas ya no eran algunas que otras, eran miles de personas las que simplemente no habían tenido conciencia, no se habían detenido y puesto a pensar: ¿Qué pasaría si miles de personas pensaran como yo? ¿Qué pasaría si miles de personas tiraran una botellita al río? ¿Qué pasaría si el río se contaminara?

El problema de la contaminación era inmenso, y no solo afectaba a los animales que ahí residían, sino que también afectaba a los habitantes en los alrededores del río.

Los animales no aguantaban más, el problema que ellos tenían era muy grave y entonces decidieron hacer algo por su cuenta, convocaron a una junta para ver qué iban a hacer, el primero en hablar fue el cocodrilo:

-Pues yo opino que tenemos que conformarnos con lo que tenemos no hay otra opción.

El caracol exclamó -Tenemos que ir a otro río, esto es insoportable.

Sin embargo la nutria dijo que no podían abandonar su hogar, que tenían que hacer algo, el pelícano respondió:

¡Pues limpiar el lago! Tenemos que sacar toda la basura.

Parecía una idea razonable, al final todos los animales estuvieron de acuerdo y decidieron extraer toda la basura que se encontraba al fondo del río y apilarla en una orilla, era una tarea casi imposible, era muchísima y no creían que lo pudieran lograr, empezaron la tarea, limpiaron y limpiaron y limpiaron, pero siempre seguía habiendo más basura, y de pronto la ayuda menos pensada llegó: El loro había ido con la marina y les había explicado la situación, no saben cómo, pero la marina obedeció al loro y aparecieron buzos, muchos buzos y con su ayuda pudieron finalmente extraer las toneladas de basura que estaban sumergidas debajo del río, también cambiaron de lugar la desembocadura del drenaje a lugares aptos para su tratamiento y reutilización para que así no afectara al río ni a sus habitantes.

Ahora el río es azul y se sanciona con multas a las personas que tiran la más mínima cantidad de desechos al río y todos los que viven y visitan su entorno son muy felices.

Todos los animales estaban disfrutando del día, el cangrejo saludó a la nutria:

-¡Hola! Que hermoso día ¿no crees?

-¡Por supuesto que sí!- respondió la nutria, cuando de pronto pasó el loro sobrevolándolos y al escuchar la pregunta les dijo -¡Claro que sí!

De repente apareció una tortuga y les dijo al cangrejo y a la nutria:

-¡Ya casi es verano! Es el clima ideal. El pelícano apareció de imprevisto y reafirmó lo dicho por la tortuga.

Todo era alegría en el río, sin embargo alguna que otra persona tiraba una que otra botellita o residuo ahí, pero según ellos no era nada grave, no había ninguna sanción o consecuencia para esa acción, así que aparentemente no pasaba nada. Pero poco a poco el río se fue contaminando hasta que hubo un momento en el que estaba sumamente turbio y sucio, había basura por todas partes, en los alrededores y flotando. Lo que antes eran aguas azules ahora eran aguas que tenían un color entre negro y verde. Además por si el plástico no fuera poco, al río llegaban por lo menos 1,860 litros por segundo de aguas residuales, la mitad de estas ni siquiera se trataban como era adecuado.

Todos estaban sorprendidos, no sabían en qué momento había acontecido todo eso, creían que había acontecido de la noche a la mañana, pero no era así, esas algunas que otras personitas ya no eran algunas que otras, eran miles de personas las que simplemente no habían tenido conciencia, no se habían detenido y puesto a pensar: ¿Qué pasaría si miles de personas pensaran como yo? ¿Qué pasaría si miles de personas tiraran una botellita al río? ¿Qué pasaría si el río se contaminara?

El problema de la contaminación era inmenso, y no solo afectaba a los animales que ahí residían, sino que también afectaba a los habitantes en los alrededores del río.

Los animales no aguantaban más, el problema que ellos tenían era muy grave y entonces decidieron hacer algo por su cuenta, convocaron a una junta para ver qué iban a hacer, el primero en hablar fue el cocodrilo:

-Pues yo opino que tenemos que conformarnos con lo que tenemos no hay otra opción.

El caracol exclamó -Tenemos que ir a otro río, esto es insoportable.

Sin embargo la nutria dijo que no podían abandonar su hogar, que tenían que hacer algo, el pelícano respondió:

¡Pues limpiar el lago! Tenemos que sacar toda la basura.

Parecía una idea razonable, al final todos los animales estuvieron de acuerdo y decidieron extraer toda la basura que se encontraba al fondo del río y apilarla en una orilla, era una tarea casi imposible, era muchísima y no creían que lo pudieran lograr, empezaron la tarea, limpiaron y limpiaron y limpiaron, pero siempre seguía habiendo más basura, y de pronto la ayuda menos pensada llegó: El loro había ido con la marina y les había explicado la situación, no saben cómo, pero la marina obedeció al loro y aparecieron buzos, muchos buzos y con su ayuda pudieron finalmente extraer las toneladas de basura que estaban sumergidas debajo del río, también cambiaron de lugar la desembocadura del drenaje a lugares aptos para su tratamiento y reutilización para que así no afectara al río ni a sus habitantes.

Ahora el río es azul y se sanciona con multas a las personas que tiran la más mínima cantidad de desechos al río y todos los que viven y visitan su entorno son muy felices.

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