/ lunes 17 de junio de 2019

Con café y a media luz | Del ocaso al amanecer

Recientemente EL SOL DE TAMPICO publicó una nota en la que describía la situación actual que prevalece en torno a la infraestructura del antiguo hospital civil de Tampico, la cual presentaba un severo deterioro que, literalmente, lo estaba haciendo caer a pedazos, poniendo en peligro la vida de los viandantes que transitan por ese punto de la calle Altamira, así como la integridad de las personas que han encontrado en la cuartería abandonada de ese inmueble un espacio para poder guarecerse de las inclemencias del tiempo y llevar una vida “normal”

Igualmente, este servidor, en su papel de columnista, además de otros reporteros de diferentes medios de comunicación de la zona, todos ellos sumamente profesionales y apasionados de su quehacer, han desarrollado una infinidad de piezas periodísticas de primerísimo nivel, que hablan de la valía que representa esta construcción y todo lo que pudiera albergar en su interior.

Se ha mencionado desde un hotel de cinco estrellas hasta las oficinas del Gobierno del estado en la zona sur, pasando por plaza comercial, centro de convenciones, recinto cultural y hasta condominio de primer mundo y otras opciones que, aunque un poco más complejas, igual de factibles.

Y es que, si revisamos la historia del inmueble, nos percataremos que estamos ante una joya de la arquitectura y la ingeniería civil.

Bien recuerdo una charla que tuve con mi gentil amigo, Marco Antonio Flores, cronista de Tampico, quien me describía lo simbólico y representativo de esta obra como, por citar un ejemplo, el pórtico, que está inspirado en la bocana del río conformada por dos escolleras que entran al mar.

Antes de que se sientan agraviados mis gentiles amigos maderenses, ya que no persigo en ningún momento esa intención, debemos recordar que el nosocomio fue concebido y edificado en la época en la que no estaban divididos los municipios, como los conocemos en la actualidad.

A lo largo de la historia de la obra hemos sido testigos de cómo ha resistido, cual si fuera titán de concreto y fierro, el golpeteo de los ciclones, el calor inminente, la humedad que deteriora, la salinidad que corroe y más, y continúa estoico, firme en su postura, como vigilante del río y anfitrión de los barcos que ingresan a nuestra región a través de sus caudalosas aguas.

Hoy, ha llegado el momento decisivo en que los gobiernos, municipal y estatal deberán plantearse una estrategia de rescate para la bellísima construcción de este lugar con todos sus espacios accesorios y no solo el edificio principal que da su frente a la arteria que mencionamos renglones arriba.

Seguramente los docentes y alumnos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo del Centro Universitario Tampico-Madero de nuestra máxima casa de estudios estarán prestos en mostrar geniales ideas para devolver la vida que ha perdido el coloso de la zona centro de nuestra ciudad.

Y en esta unión de fuerzas de sociedad civil, inversión pública de diferentes niveles y, ¿por qué no decirlo?, con una inyección económica del orden privado, seguramente el ocaso se convertirá en un luminoso amanecer que impulsará el desarrollo de la ciudad en uno de los sectores que, según la voz de algunos miembros de nuestra distinguida sociedad, ya no tiene para dónde crecer. Me refiero a la zona centro.

Quizá sí sea una opción viable la llegada de un centro comercial como el que se encuentra en la avenida Ejército Mexicano esquina con avenida Cuauhtémoc. Y en el centro podríamos observar muy pronto grandes almacenes de marcas rimbombantes, espacios de atracción y, sobre todo, el tan ansiado complejo cinematográfico que demanda “a gritos” el primer cuadro de la ciudad.

Tal vez, allí veamos la modernización de un edificio antiguo, con las virtudes de la domótica y la tecnología moderna. Y veremos a todas las dependencias juntas como un gran complejo burocrático que facilite los trámites a sus usuarios. Pudieran estar juntas las oficinas del Registro Civil 1 y 2, la Oficina Fiscal y cuatro o cinco departamentos más que están ávidos de espacio.

Probablemente, ya hay un grupo hotelero de nivel internacional que está pensando en “sentar sus reales” en nuestra ciudad y esta construcción está “a pedir de boca” para todas y cada una de las necesidades.

Lo cierto, gentil amigo lector, que ese edificio es tan grande y valioso que sería un verdadero error dejarlo caer. La recuperación de este espacio sería aplaudida por toda la sociedad y cuenta con las condiciones para volverse un verdadero centro de negocios con todas las virtudes que la vida moderna demanda.

Hoy, más que nunca, deseo que muy pronto leamos en EL SOL DE TAMPICO que hay un nuevo amanecer para el antiguo hospital civil.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

licajimenezmcc@hotmail.com

Recientemente EL SOL DE TAMPICO publicó una nota en la que describía la situación actual que prevalece en torno a la infraestructura del antiguo hospital civil de Tampico, la cual presentaba un severo deterioro que, literalmente, lo estaba haciendo caer a pedazos, poniendo en peligro la vida de los viandantes que transitan por ese punto de la calle Altamira, así como la integridad de las personas que han encontrado en la cuartería abandonada de ese inmueble un espacio para poder guarecerse de las inclemencias del tiempo y llevar una vida “normal”

Igualmente, este servidor, en su papel de columnista, además de otros reporteros de diferentes medios de comunicación de la zona, todos ellos sumamente profesionales y apasionados de su quehacer, han desarrollado una infinidad de piezas periodísticas de primerísimo nivel, que hablan de la valía que representa esta construcción y todo lo que pudiera albergar en su interior.

Se ha mencionado desde un hotel de cinco estrellas hasta las oficinas del Gobierno del estado en la zona sur, pasando por plaza comercial, centro de convenciones, recinto cultural y hasta condominio de primer mundo y otras opciones que, aunque un poco más complejas, igual de factibles.

Y es que, si revisamos la historia del inmueble, nos percataremos que estamos ante una joya de la arquitectura y la ingeniería civil.

Bien recuerdo una charla que tuve con mi gentil amigo, Marco Antonio Flores, cronista de Tampico, quien me describía lo simbólico y representativo de esta obra como, por citar un ejemplo, el pórtico, que está inspirado en la bocana del río conformada por dos escolleras que entran al mar.

Antes de que se sientan agraviados mis gentiles amigos maderenses, ya que no persigo en ningún momento esa intención, debemos recordar que el nosocomio fue concebido y edificado en la época en la que no estaban divididos los municipios, como los conocemos en la actualidad.

A lo largo de la historia de la obra hemos sido testigos de cómo ha resistido, cual si fuera titán de concreto y fierro, el golpeteo de los ciclones, el calor inminente, la humedad que deteriora, la salinidad que corroe y más, y continúa estoico, firme en su postura, como vigilante del río y anfitrión de los barcos que ingresan a nuestra región a través de sus caudalosas aguas.

Hoy, ha llegado el momento decisivo en que los gobiernos, municipal y estatal deberán plantearse una estrategia de rescate para la bellísima construcción de este lugar con todos sus espacios accesorios y no solo el edificio principal que da su frente a la arteria que mencionamos renglones arriba.

Seguramente los docentes y alumnos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo del Centro Universitario Tampico-Madero de nuestra máxima casa de estudios estarán prestos en mostrar geniales ideas para devolver la vida que ha perdido el coloso de la zona centro de nuestra ciudad.

Y en esta unión de fuerzas de sociedad civil, inversión pública de diferentes niveles y, ¿por qué no decirlo?, con una inyección económica del orden privado, seguramente el ocaso se convertirá en un luminoso amanecer que impulsará el desarrollo de la ciudad en uno de los sectores que, según la voz de algunos miembros de nuestra distinguida sociedad, ya no tiene para dónde crecer. Me refiero a la zona centro.

Quizá sí sea una opción viable la llegada de un centro comercial como el que se encuentra en la avenida Ejército Mexicano esquina con avenida Cuauhtémoc. Y en el centro podríamos observar muy pronto grandes almacenes de marcas rimbombantes, espacios de atracción y, sobre todo, el tan ansiado complejo cinematográfico que demanda “a gritos” el primer cuadro de la ciudad.

Tal vez, allí veamos la modernización de un edificio antiguo, con las virtudes de la domótica y la tecnología moderna. Y veremos a todas las dependencias juntas como un gran complejo burocrático que facilite los trámites a sus usuarios. Pudieran estar juntas las oficinas del Registro Civil 1 y 2, la Oficina Fiscal y cuatro o cinco departamentos más que están ávidos de espacio.

Probablemente, ya hay un grupo hotelero de nivel internacional que está pensando en “sentar sus reales” en nuestra ciudad y esta construcción está “a pedir de boca” para todas y cada una de las necesidades.

Lo cierto, gentil amigo lector, que ese edificio es tan grande y valioso que sería un verdadero error dejarlo caer. La recuperación de este espacio sería aplaudida por toda la sociedad y cuenta con las condiciones para volverse un verdadero centro de negocios con todas las virtudes que la vida moderna demanda.

Hoy, más que nunca, deseo que muy pronto leamos en EL SOL DE TAMPICO que hay un nuevo amanecer para el antiguo hospital civil.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

licajimenezmcc@hotmail.com