/ lunes 2 de diciembre de 2019

Con café y a media luz | Deseo que así sea

Recientemente leí las declaraciones del presidente municipal de Tampico, Jesús Nader Nasrallah, en torno a la posibilidad de que nuevas inversiones aterricen en la zona sur de Tamaulipas, particularmente, en esta ciudad, proyectando de esta manera al puerto jaibo como un nuevo polo turístico que no se limitaría únicamente al paseo de la Laguna del Carpintero, sino que podría ofrecer un recorrido de, por lo menos, dos días, a los paseantes que se interesaran en visitar estas tierras.

Con el anuncio realizado por el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de que un importante evento ganadero se llevaría a cabo en Tampico, las obras para impulsar un recinto para esta actividad serán “a todo vapor” para que, al llegar la fecha de este, los productores de diferentes partes del país puedan montar la exhibición, que ya se ha realizado en otros estados de la república mexicana.

Esa obra, motivó –por decirlo de algún modo– al munícipe tampiqueño a buscar alianzas con distinguidos miembros de la clase empresarial a la que él pertenece, para concretar otros proyectos aledaños al espacio pecuario que le comenté renglones arriba.

Como usted supondrá, gentil amigo lector, en las charlas de café en el corazón de Tampico las posturas se han dividido en dos, de manera franca y abierta: Aquellos que aplauden y vitorean “a tambor batiente” la habilidad del alcalde para promover la inversión desde el sector representado por la inversión privada y, el segundo, que asegura que “la ciudad la está vendiendo a pedazos porque el dinero seguirá en manos de la clase que siempre ha tendido recurso…” Omito el resto de la opinión que escuché pues tiene tintes racistas y, por supuesto, me reservo el nombre de este buen ciudadano.

Al escuchar eso, este servidor se puso a pensar: ¿Existe, en estos momentos, otra forma de hacer crecer a la ciudad, sabiendo que las condiciones político-económicas que existen actualmente complican el desarrollo de los estados del norte del país?, ¿Habrá alguna ventanilla, programa, recurso público o de la banca al que puedan acercarse las administraciones municipales para que se aterrice un recurso tan grande como el que se requiere para las obras que se han anunciado?

Quizá sí existen, pero con muchas limitantes y demasiadas complicaciones, además, dudo mucho que se pudiera aterrizar una cantidad de capital de manera simultánea para todas las obras que se anunciaron sin la participación de la moneda privada.

Como ya dijimos, un recinto ganadero, un recinto ferial, la rueda de la fortuna de Tampico, el acuario de la ciudad, la modernización del Parque Bicentenario, un hotel de 190 habitaciones en el corazón del mayor centro comercial de Tamaulipas –que está en Tampico-, un cine de dos salas en el segundo cuadro de la ciudad, a un costado del Paseo La Cortadura y la terminación de los mercados municipales.

Dos cosas se han tocado someramente, pues la inversión es muy superior a todo lo anterior y la tramitología sumamente compleja pero que, de concretarse con dinero del Gobierno del Estado y de la iniciativa privada, pondría a la zona sur de Tamaulipas en “los cuernos de la Luna”: En primer término la reconversión de la terminal portuaria de Tampico, de ser un nodo internacional de carga y descarga a uno enteramente turístico; la razón es sencilla, la capacidad industrial para dicha actividad que tiene el puerto de Altamira por su espacio, ubicación y desarrollo es superior a lo que puede ofrecer nuestra ciudad. Sería sumamente inteligente dejarle esta labor a los altamirenses que lo saben hacer, y muy bien.

Y la siguiente que se antoja como un sueño, un chispazo de la imaginación o una quimera que, si bien es cierto, no es un imposible, sí es complicado de volver una realidad. Me refiero a la “Arena Tampico”, que estaría ubicada en el ejido Tancol, a un costado de la laguna del complejo lagunario Chairel–Champayán que se encuentra en el norte de la ciudad.

Esta magna obra de la que se ha hablado poco pero conciso, sería un centro de espectáculos internacional que lo mismo pudiera recibir a un artista un día y, al siguiente, albergar un encuentro deportivo de grandes proporciones y, por la noche, por ejemplo, ser marco de un evento multitudinario. Contaría con estacionamiento, un pequeño complejo comercial y un atracadero para embarcaciones menores de orden turístico.

Como lo escribimos en entregas pasadas, y “no quitamos el dedo del renglón”, es imperante el desarrollo de un tren urbano que una a las tres ciudades y una central de rutas de transporte público para que se agilice este servicio tan valioso para los habitantes del sur de esta entidad federativa.

Los proyectos arriba expuestos, sin duda, serán fuentes de empleo, atracción de circulante, aumento en el número de visitantes durante la temporada alta y, en algunos casos, un espectáculo permanente para nosotros como ciudadanos, por todo ello, deseo que cada uno se vuelva una realidad para los tampiqueños.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a:

licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

Recientemente leí las declaraciones del presidente municipal de Tampico, Jesús Nader Nasrallah, en torno a la posibilidad de que nuevas inversiones aterricen en la zona sur de Tamaulipas, particularmente, en esta ciudad, proyectando de esta manera al puerto jaibo como un nuevo polo turístico que no se limitaría únicamente al paseo de la Laguna del Carpintero, sino que podría ofrecer un recorrido de, por lo menos, dos días, a los paseantes que se interesaran en visitar estas tierras.

Con el anuncio realizado por el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de que un importante evento ganadero se llevaría a cabo en Tampico, las obras para impulsar un recinto para esta actividad serán “a todo vapor” para que, al llegar la fecha de este, los productores de diferentes partes del país puedan montar la exhibición, que ya se ha realizado en otros estados de la república mexicana.

Esa obra, motivó –por decirlo de algún modo– al munícipe tampiqueño a buscar alianzas con distinguidos miembros de la clase empresarial a la que él pertenece, para concretar otros proyectos aledaños al espacio pecuario que le comenté renglones arriba.

Como usted supondrá, gentil amigo lector, en las charlas de café en el corazón de Tampico las posturas se han dividido en dos, de manera franca y abierta: Aquellos que aplauden y vitorean “a tambor batiente” la habilidad del alcalde para promover la inversión desde el sector representado por la inversión privada y, el segundo, que asegura que “la ciudad la está vendiendo a pedazos porque el dinero seguirá en manos de la clase que siempre ha tendido recurso…” Omito el resto de la opinión que escuché pues tiene tintes racistas y, por supuesto, me reservo el nombre de este buen ciudadano.

Al escuchar eso, este servidor se puso a pensar: ¿Existe, en estos momentos, otra forma de hacer crecer a la ciudad, sabiendo que las condiciones político-económicas que existen actualmente complican el desarrollo de los estados del norte del país?, ¿Habrá alguna ventanilla, programa, recurso público o de la banca al que puedan acercarse las administraciones municipales para que se aterrice un recurso tan grande como el que se requiere para las obras que se han anunciado?

Quizá sí existen, pero con muchas limitantes y demasiadas complicaciones, además, dudo mucho que se pudiera aterrizar una cantidad de capital de manera simultánea para todas las obras que se anunciaron sin la participación de la moneda privada.

Como ya dijimos, un recinto ganadero, un recinto ferial, la rueda de la fortuna de Tampico, el acuario de la ciudad, la modernización del Parque Bicentenario, un hotel de 190 habitaciones en el corazón del mayor centro comercial de Tamaulipas –que está en Tampico-, un cine de dos salas en el segundo cuadro de la ciudad, a un costado del Paseo La Cortadura y la terminación de los mercados municipales.

Dos cosas se han tocado someramente, pues la inversión es muy superior a todo lo anterior y la tramitología sumamente compleja pero que, de concretarse con dinero del Gobierno del Estado y de la iniciativa privada, pondría a la zona sur de Tamaulipas en “los cuernos de la Luna”: En primer término la reconversión de la terminal portuaria de Tampico, de ser un nodo internacional de carga y descarga a uno enteramente turístico; la razón es sencilla, la capacidad industrial para dicha actividad que tiene el puerto de Altamira por su espacio, ubicación y desarrollo es superior a lo que puede ofrecer nuestra ciudad. Sería sumamente inteligente dejarle esta labor a los altamirenses que lo saben hacer, y muy bien.

Y la siguiente que se antoja como un sueño, un chispazo de la imaginación o una quimera que, si bien es cierto, no es un imposible, sí es complicado de volver una realidad. Me refiero a la “Arena Tampico”, que estaría ubicada en el ejido Tancol, a un costado de la laguna del complejo lagunario Chairel–Champayán que se encuentra en el norte de la ciudad.

Esta magna obra de la que se ha hablado poco pero conciso, sería un centro de espectáculos internacional que lo mismo pudiera recibir a un artista un día y, al siguiente, albergar un encuentro deportivo de grandes proporciones y, por la noche, por ejemplo, ser marco de un evento multitudinario. Contaría con estacionamiento, un pequeño complejo comercial y un atracadero para embarcaciones menores de orden turístico.

Como lo escribimos en entregas pasadas, y “no quitamos el dedo del renglón”, es imperante el desarrollo de un tren urbano que una a las tres ciudades y una central de rutas de transporte público para que se agilice este servicio tan valioso para los habitantes del sur de esta entidad federativa.

Los proyectos arriba expuestos, sin duda, serán fuentes de empleo, atracción de circulante, aumento en el número de visitantes durante la temporada alta y, en algunos casos, un espectáculo permanente para nosotros como ciudadanos, por todo ello, deseo que cada uno se vuelva una realidad para los tampiqueños.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a:

licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!