/ martes 16 de abril de 2024

Economía para todos / Similitudes

Bien dice el dicho, “quien no conoce su historia está condenado a repetirla”.

Con la pandemia que obligó a confinarnos durante semanas en nuestros hogares diluyéndose cada vez más, surgieron secuelas sociales, psicológicas y económicas que, a pesar de seguir presentes, hay momentos en los que parecieran desvanecerse. Siendo algo similar a lo que acontece cada vez que sucede algo trágico en la humanidad a través de los últimos miles de años.

Para poner un ejemplo, durante la década de los años 20 del siglo pasado, conocida como "los felices años 20" o "los años locos", hubo un período de relativa prosperidad económica y cultural en varios países occidentales, especialmente en Estados Unidos. Después del trauma que generó la Primera Guerra Mundial hubo un período de reconstrucción y crecimiento económico, marcado por el auge de la industrialización, la innovación tecnológica y el consumo. Además, con la introducción de nuevas tecnologías, como la producción en cadena, el automóvil y la radio, se impulsó el crecimiento económico y la expansión de la clase media. Sin embargo, este período de bonanza también estuvo marcado por la desigualdad económica, la especulación financiera y el endeudamiento excesivo.

De igual forma, la década de los 20 presenció un auge en el mercado de valores, con un aumento vertiginoso en los precios de las acciones. Este fenómeno contribuyó a la percepción de prosperidad y riqueza, pero también generó burbujas especulativas y excesos financieros que culminaron en el colapso del mercado en 1929. Con esto, la era de los "locos años 20" llegó a su fin abruptamente con el tan afamado estallido de la Gran Depresión en 1929. El crash de la bolsa de valores de Nueva York en octubre de ese año marcó el inicio de una crisis económica global sin precedentes, que devastó economías y sociedades en todo el mundo. El optimismo y la euforia de los años 20 fueron reemplazados por el desempleo masivo, la pobreza y la desesperación, sentando las bases para un período de profunda introspección y cambio en la década siguiente.

Actualmente, la era post-Covid, o la recuperación económica después de la pandemia de Covid-19, se ha caracterizado por un período de optimismo económico y social después de la crisis sanitaria global. A medida que los países comenzaron a superar los desafíos de la pandemia y las restricciones asociadas, hubo un resurgimiento de la actividad económica, el comercio y el consumo. Distintos gobiernos implementaron políticas de estímulo económico para impulsar la recuperación, lo que contribuyó enormemente a un repunte en los mercados financieros y un aumento en la confianza del consumidor. No obstante, persisten desafíos como la desigualdad económica, la volatilidad del mercado, la incertidumbre geopolítica y, sobre todo, remanentes profundos de altas tasas inflacionarias.

En suma, estos dos últimos conceptos vuelven a tomar auge con los constantes conflictos geopolíticos que se han suscitado después de la pandemia en el este de Europa y en Próximo Oriente. Además, con estos acontecimientos se confirman unos de los riesgos al alza que Banco de México ha dejado plasmados cada que toma una decisión de política monetaria. Además, estos acontecimientos podrían emerger como las principales causas de incrementos en los precios internacionales del petróleo o, incluso, del tipo de cambio, diluyendo el comportamiento del “súper peso” que ha imperado durante los últimos meses.

Regeneración 19

Bien dice el dicho, “quien no conoce su historia está condenado a repetirla”.

Con la pandemia que obligó a confinarnos durante semanas en nuestros hogares diluyéndose cada vez más, surgieron secuelas sociales, psicológicas y económicas que, a pesar de seguir presentes, hay momentos en los que parecieran desvanecerse. Siendo algo similar a lo que acontece cada vez que sucede algo trágico en la humanidad a través de los últimos miles de años.

Para poner un ejemplo, durante la década de los años 20 del siglo pasado, conocida como "los felices años 20" o "los años locos", hubo un período de relativa prosperidad económica y cultural en varios países occidentales, especialmente en Estados Unidos. Después del trauma que generó la Primera Guerra Mundial hubo un período de reconstrucción y crecimiento económico, marcado por el auge de la industrialización, la innovación tecnológica y el consumo. Además, con la introducción de nuevas tecnologías, como la producción en cadena, el automóvil y la radio, se impulsó el crecimiento económico y la expansión de la clase media. Sin embargo, este período de bonanza también estuvo marcado por la desigualdad económica, la especulación financiera y el endeudamiento excesivo.

De igual forma, la década de los 20 presenció un auge en el mercado de valores, con un aumento vertiginoso en los precios de las acciones. Este fenómeno contribuyó a la percepción de prosperidad y riqueza, pero también generó burbujas especulativas y excesos financieros que culminaron en el colapso del mercado en 1929. Con esto, la era de los "locos años 20" llegó a su fin abruptamente con el tan afamado estallido de la Gran Depresión en 1929. El crash de la bolsa de valores de Nueva York en octubre de ese año marcó el inicio de una crisis económica global sin precedentes, que devastó economías y sociedades en todo el mundo. El optimismo y la euforia de los años 20 fueron reemplazados por el desempleo masivo, la pobreza y la desesperación, sentando las bases para un período de profunda introspección y cambio en la década siguiente.

Actualmente, la era post-Covid, o la recuperación económica después de la pandemia de Covid-19, se ha caracterizado por un período de optimismo económico y social después de la crisis sanitaria global. A medida que los países comenzaron a superar los desafíos de la pandemia y las restricciones asociadas, hubo un resurgimiento de la actividad económica, el comercio y el consumo. Distintos gobiernos implementaron políticas de estímulo económico para impulsar la recuperación, lo que contribuyó enormemente a un repunte en los mercados financieros y un aumento en la confianza del consumidor. No obstante, persisten desafíos como la desigualdad económica, la volatilidad del mercado, la incertidumbre geopolítica y, sobre todo, remanentes profundos de altas tasas inflacionarias.

En suma, estos dos últimos conceptos vuelven a tomar auge con los constantes conflictos geopolíticos que se han suscitado después de la pandemia en el este de Europa y en Próximo Oriente. Además, con estos acontecimientos se confirman unos de los riesgos al alza que Banco de México ha dejado plasmados cada que toma una decisión de política monetaria. Además, estos acontecimientos podrían emerger como las principales causas de incrementos en los precios internacionales del petróleo o, incluso, del tipo de cambio, diluyendo el comportamiento del “súper peso” que ha imperado durante los últimos meses.

Regeneración 19