/ lunes 11 de junio de 2018

Con café y a media luz | “Entre votos y sobresaltos”

A lo largo de la jornada política que está a punto de concluir, hemos sido, lamentablemente, testigos de una serie de homicidios a lo largo y ancho de nuestro país.

De personajes que aspiraban a un puesto de elección popular y que, por lo ya mencionado, les fue impedido. Como impedida quedó la oportunidad para sus hijos, parejas, padres y her- manos de volverlos a abrazar, oler su aroma o escuchar su voz.

Ya sea en el norte, centro o sur de la República Mexicana, no ha habido una semana en la que los noticiarios nacionales y las redes sociales no den cuenta de un hecho en el que, a una mujer u hombre, le hayan arrebatado la existencia. Unos por ser posibles triunfadores en la contienda particular que tenían y otros, según dicen los expertos, por estar vinculados a otro tipo de actividades y con otras personas. No obstante, el símil de todos era el de ser una figura conocida en sus respectivos lares gracias al servicio público.

Todos estos eventos tienen varias lecturas que, al parecer, a los medios de comunicación de índole nacional no les con- viene, no quieren o no es prudente tocar con la profundidad debida pues terminarían por oscurecer y opacar la máxima de las reyertas que es la de la silla presidencial. Lo que me ha llevado a pensar en un acto de menosprecio en la agenda noticiosa por el momento que vi- ve nuestra nación.

Bajo el paradigma de “Para muestra basta un botón” y que “El todo es la suma de sus partes”, los ciudadanos comunes, “de a pie”, con mugre en los codos y sudor en la frente, podemos argumentar que la gran mayoría de los miembros de la clase política de México sin im- portar la extracción que tengan, siguen celebrando compromisos y acuerdos con de- terminados sectores empresariales.

También observamos que el contexto de seguridad en este México lindo y qué herido no ha mejorado mucho. Además de ello, no he observado, como antes, a la autoridad en cuestión salir ante las cámaras y micrófonos para dar cuenta de las acciones que están llevando a cabo para erradicar este fenómeno delictivo. Tal vez por- que se está acabando el sexenio y lo mejor es heredar el problema, quizá porque la or- den es dejar que se hagan cargo los cuerpos de seguridad de ca- da una de las entidades federativas o, en el mejor de los casos, sí están cumpliendo desde la trinchera de la investigación científica de carácter policial y muy pronto atenderemos a los resultados. Espero que sea esa última situación.

Pero lo que me parece más decepcionante es la poca participación que están teniendo los noticiarios. Es como si se aplicara una regla: Si el candidato es a una diputación local, a una presidencia municipal o a una regiduría, el caso no merece más de un minuto de mención. Si pudiéramos jugar al “aboga- do del diablo”, argumentaríamos que “como se trata de un hecho aislado no hay mucho qué mostrar”, sin embargo, como lo dijimos al inicio de la entrega de este día, estamos ante un fenómeno que nos obliga a cuestionarnos sobre lo que hay detrás de la cortina que pomposa y dulcemente llamamos “jornada electoral 2018”

O bien, dígame usted, querido amigo lector, ¿recuerda alguna otra contienda en la que semana con semana nos enteremos del asesinato en una parte de nuestro país de uno de los participantes?

Lo anterior también nos de- be obligar a realizarnos cuestionamientos en torno al “paquete” que tendrá en sus manos aquel que resulte ganador del puesto de Presidente de México en las urnas el día 1 de julio, porque todos estos “hechos aislados” son síntomas de cómo está cada uno de los esta- dos que forman nuestra nación en materia delictiva.

Por tanto, en el siguiente debate, las preguntas obligadas son ¿Cuál será la estrategia de combate a la delincuencia?, ¿Cómo participarán las fuerzas armadas en la protección al ciudadano?, ¿Cuánto se invertirá en tecnología, capacitación, oportunidad de crecimiento y sueldos para aquellos que se dediquen a la difícil tarea de proteger y servir?, ¿En cuánto tiempo se espera obtener los primeros resultados?, ¿Cuál es la propuesta para endurecer las penas a aquellos que incurran en delitos federales contra la salud, la privación ilegal de la libertad y más?

Y con todo respeto, para usted amigo lector, que probable- mente ya esté simpatizando con alguno de los candidatos o simplemente ya se sienta re- presentado por él, en este tema no estamos para “consultas ciudadanas” o contestaciones vagas y viajeras, aquí debemos exigir respuestas concretas, medibles, comprobables y, sobre todo, que nos garanticen tranquilidad, seguridad y paz, puesto que ya nos lo merecemos.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

A lo largo de la jornada política que está a punto de concluir, hemos sido, lamentablemente, testigos de una serie de homicidios a lo largo y ancho de nuestro país.

De personajes que aspiraban a un puesto de elección popular y que, por lo ya mencionado, les fue impedido. Como impedida quedó la oportunidad para sus hijos, parejas, padres y her- manos de volverlos a abrazar, oler su aroma o escuchar su voz.

Ya sea en el norte, centro o sur de la República Mexicana, no ha habido una semana en la que los noticiarios nacionales y las redes sociales no den cuenta de un hecho en el que, a una mujer u hombre, le hayan arrebatado la existencia. Unos por ser posibles triunfadores en la contienda particular que tenían y otros, según dicen los expertos, por estar vinculados a otro tipo de actividades y con otras personas. No obstante, el símil de todos era el de ser una figura conocida en sus respectivos lares gracias al servicio público.

Todos estos eventos tienen varias lecturas que, al parecer, a los medios de comunicación de índole nacional no les con- viene, no quieren o no es prudente tocar con la profundidad debida pues terminarían por oscurecer y opacar la máxima de las reyertas que es la de la silla presidencial. Lo que me ha llevado a pensar en un acto de menosprecio en la agenda noticiosa por el momento que vi- ve nuestra nación.

Bajo el paradigma de “Para muestra basta un botón” y que “El todo es la suma de sus partes”, los ciudadanos comunes, “de a pie”, con mugre en los codos y sudor en la frente, podemos argumentar que la gran mayoría de los miembros de la clase política de México sin im- portar la extracción que tengan, siguen celebrando compromisos y acuerdos con de- terminados sectores empresariales.

También observamos que el contexto de seguridad en este México lindo y qué herido no ha mejorado mucho. Además de ello, no he observado, como antes, a la autoridad en cuestión salir ante las cámaras y micrófonos para dar cuenta de las acciones que están llevando a cabo para erradicar este fenómeno delictivo. Tal vez por- que se está acabando el sexenio y lo mejor es heredar el problema, quizá porque la or- den es dejar que se hagan cargo los cuerpos de seguridad de ca- da una de las entidades federativas o, en el mejor de los casos, sí están cumpliendo desde la trinchera de la investigación científica de carácter policial y muy pronto atenderemos a los resultados. Espero que sea esa última situación.

Pero lo que me parece más decepcionante es la poca participación que están teniendo los noticiarios. Es como si se aplicara una regla: Si el candidato es a una diputación local, a una presidencia municipal o a una regiduría, el caso no merece más de un minuto de mención. Si pudiéramos jugar al “aboga- do del diablo”, argumentaríamos que “como se trata de un hecho aislado no hay mucho qué mostrar”, sin embargo, como lo dijimos al inicio de la entrega de este día, estamos ante un fenómeno que nos obliga a cuestionarnos sobre lo que hay detrás de la cortina que pomposa y dulcemente llamamos “jornada electoral 2018”

O bien, dígame usted, querido amigo lector, ¿recuerda alguna otra contienda en la que semana con semana nos enteremos del asesinato en una parte de nuestro país de uno de los participantes?

Lo anterior también nos de- be obligar a realizarnos cuestionamientos en torno al “paquete” que tendrá en sus manos aquel que resulte ganador del puesto de Presidente de México en las urnas el día 1 de julio, porque todos estos “hechos aislados” son síntomas de cómo está cada uno de los esta- dos que forman nuestra nación en materia delictiva.

Por tanto, en el siguiente debate, las preguntas obligadas son ¿Cuál será la estrategia de combate a la delincuencia?, ¿Cómo participarán las fuerzas armadas en la protección al ciudadano?, ¿Cuánto se invertirá en tecnología, capacitación, oportunidad de crecimiento y sueldos para aquellos que se dediquen a la difícil tarea de proteger y servir?, ¿En cuánto tiempo se espera obtener los primeros resultados?, ¿Cuál es la propuesta para endurecer las penas a aquellos que incurran en delitos federales contra la salud, la privación ilegal de la libertad y más?

Y con todo respeto, para usted amigo lector, que probable- mente ya esté simpatizando con alguno de los candidatos o simplemente ya se sienta re- presentado por él, en este tema no estamos para “consultas ciudadanas” o contestaciones vagas y viajeras, aquí debemos exigir respuestas concretas, medibles, comprobables y, sobre todo, que nos garanticen tranquilidad, seguridad y paz, puesto que ya nos lo merecemos.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!