/ jueves 16 de diciembre de 2021

Fractal | Gracias a la pirotecnia, no todos pasarán una feliz Navidad

El día de hoy abordaremos un tema muy sencillo pero muy poco entendido por los seres más inteligentes sobre la faz de la tierra.

Como es costumbre, los humanos siempre anteponemos nuestros deseos a los de los demás seres, y en las épocas de festividades desde hace muchos años, la pirotecnia ha sido relacionada con la felicidad y el bienestar de una sociedad, pero nos olvidamos de que en este mismo entorno coexistimos con más organismos.

A diferencia de los humanos, los animales son capaces de percibir ultrasonidos, por este supersentido, son tan sensibles a los estruendos causados por la pirotecnia.

  • Los humanos perciben sonidos entre 20Hz y 25KHz.
  • Los perros perciben sonidos entre 60Hz y 64KHz.
  • Los gatos perciben sonidos entre 45Hz y 64KHz.

Los animales silvestres y fauna que se encuentra en nuestras ciudades también sufren y mueren por miedo, y accidentes causados por nuestra intransigencia.

Dejando en claro este dato como contexto, cualquiera que tenga un poco de entendimiento puede reflexionar sobre el suplicio que se refiere, el estallido de la pirotecnia para las demás especies animales, a las cuales ocasiona que su sistema de defensa se active intentando huir sin importar el daño que ellos mismos se puedan causar por el terror auditivo al que están sometidos, y esto desencadena un sinnúmero de problemas.

El sistema inmunológico de los animales es muy delicado y las situaciones de estrés extremo o miedo desenfrenado ocasionan la baja de sus defensas, dando como resultado que posterior a estos eventos caigan en enfermedades serias o sean más susceptibles a contraer cuadros virales como moquillo, parvovirus, leptospira y pueden verse agravados los cuadros ya presentes como la erlichia (transmitida por garrapatas) o filaria (transmitida por zancudos).

En otro de los peligros que ocasiona la pirotecnia podemos encontrar los daños físicos, como heridas por intentar escapar, caídas de alojamientos en azoteas, atropellamientos por escape de las casas, y en casos extremos de miedo y desesperación se presentan infartos fatales o accidentes cardiovasculares, con consecuencias muy serias, dejando en estado grave a nuestros amigos de cuatro patas.

Aún no entiendo qué tiene que ver la felicidad con hacer alarde de la manipulación de artefactos explosivos, que aparte de dañar a otras especies también daña a los más vulnerables de nuestra misma familia, como lo son personas de la tercera edad, bebés, personas con algún trastorno nervioso o con autismo, que en situaciones extremas puede llegar a desquiciarlos.

Esto solo es una pequeña reflexión sobre el tema que en pocos días tendremos como colofón de fondo en estas fiestas navideñas, en las cuales creo sería importante entender las dos palabras que se mencionan con mayor frecuencia: AMOR y PAZ.

Creo que en el sentido de estas dos palabras englobamos lo que todo ser sobre la tierra busca y anhela.

Exhorto a toda la población a ser felices viviendo en armonía con el entorno, y que se nos reconozca, por ser ejemplo de respeto, amor y paz en esta Navidad, usando nuestro raciocinio y, el menos común de los sentidos, el sentido común.

O ¿usted qué opina?

Regeneración 19.

El día de hoy abordaremos un tema muy sencillo pero muy poco entendido por los seres más inteligentes sobre la faz de la tierra.

Como es costumbre, los humanos siempre anteponemos nuestros deseos a los de los demás seres, y en las épocas de festividades desde hace muchos años, la pirotecnia ha sido relacionada con la felicidad y el bienestar de una sociedad, pero nos olvidamos de que en este mismo entorno coexistimos con más organismos.

A diferencia de los humanos, los animales son capaces de percibir ultrasonidos, por este supersentido, son tan sensibles a los estruendos causados por la pirotecnia.

  • Los humanos perciben sonidos entre 20Hz y 25KHz.
  • Los perros perciben sonidos entre 60Hz y 64KHz.
  • Los gatos perciben sonidos entre 45Hz y 64KHz.

Los animales silvestres y fauna que se encuentra en nuestras ciudades también sufren y mueren por miedo, y accidentes causados por nuestra intransigencia.

Dejando en claro este dato como contexto, cualquiera que tenga un poco de entendimiento puede reflexionar sobre el suplicio que se refiere, el estallido de la pirotecnia para las demás especies animales, a las cuales ocasiona que su sistema de defensa se active intentando huir sin importar el daño que ellos mismos se puedan causar por el terror auditivo al que están sometidos, y esto desencadena un sinnúmero de problemas.

El sistema inmunológico de los animales es muy delicado y las situaciones de estrés extremo o miedo desenfrenado ocasionan la baja de sus defensas, dando como resultado que posterior a estos eventos caigan en enfermedades serias o sean más susceptibles a contraer cuadros virales como moquillo, parvovirus, leptospira y pueden verse agravados los cuadros ya presentes como la erlichia (transmitida por garrapatas) o filaria (transmitida por zancudos).

En otro de los peligros que ocasiona la pirotecnia podemos encontrar los daños físicos, como heridas por intentar escapar, caídas de alojamientos en azoteas, atropellamientos por escape de las casas, y en casos extremos de miedo y desesperación se presentan infartos fatales o accidentes cardiovasculares, con consecuencias muy serias, dejando en estado grave a nuestros amigos de cuatro patas.

Aún no entiendo qué tiene que ver la felicidad con hacer alarde de la manipulación de artefactos explosivos, que aparte de dañar a otras especies también daña a los más vulnerables de nuestra misma familia, como lo son personas de la tercera edad, bebés, personas con algún trastorno nervioso o con autismo, que en situaciones extremas puede llegar a desquiciarlos.

Esto solo es una pequeña reflexión sobre el tema que en pocos días tendremos como colofón de fondo en estas fiestas navideñas, en las cuales creo sería importante entender las dos palabras que se mencionan con mayor frecuencia: AMOR y PAZ.

Creo que en el sentido de estas dos palabras englobamos lo que todo ser sobre la tierra busca y anhela.

Exhorto a toda la población a ser felices viviendo en armonía con el entorno, y que se nos reconozca, por ser ejemplo de respeto, amor y paz en esta Navidad, usando nuestro raciocinio y, el menos común de los sentidos, el sentido común.

O ¿usted qué opina?

Regeneración 19.