/ sábado 25 de mayo de 2024

Hablemos de Tecnología / Innovar o Morir

Se estima que vivimos una etapa histórica para el mundo, y en nuestro país vivimos lo que los expertos definen como probablemente los 15 días más calientes en la historia conocida de México. Creo que nunca es tarde para reflexionar, pero también que estamos en los últimos momentos en los que podremos actuar.

Nos encontramos en un momento crítico de la historia de la humanidad, donde las acciones que tomemos hoy determinarán el futuro del planeta. El cambio climático no es una amenaza futura; es una realidad presente que demanda soluciones urgentes. Las temperaturas extremas y los patrones climáticos inusuales son solo síntomas de un problema mucho mayor. ¿Podemos revertir estos efectos devastadores con tecnología?

Recientemente, un grupo de científicos de la UNAM alertó que México experimentará temperaturas récord en los próximos días. Esta situación sin precedentes es un recordatorio alarmante del impacto del cambio climático y la necesidad de actuar con rapidez y determinación. Según la Organización Meteorológica Mundial, la temperatura más alta registrada de manera fiable en la Tierra fué de 54,0 °C (129,2 °F) en el Valle de la Muerte, California, EE.UU., el 30 de junio de 2013, habiendo otras de incluso hasta 80 °C pero sin haber sido verificadas. En México el desierto de Sonora ha llegado a reportar temperaturas constantes de más de 48 °C, y sí, lo peor al parecer está por venir.

A medida que los efectos del cambio climático se hacen más evidentes, la innovación tecnológica se presenta como una esperanza vital. Según la BBC, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) ha señalado la necesidad de reducir las emisiones globales de dióxido de carbono en un 45% para 2030 para evitar que el aumento de temperatura supere los 1.5 °C respecto a la era preindustrial. Esta es una meta ambiciosa pero alcanzable con las tecnologías adecuadas.

La tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CAC) ofrece una solución prometedora. Esta técnica puede aplicarse en grandes industrias que emiten CO2, como plantas industriales, refinerías de petróleo y fábricas de cemento, acero y vidrio. Estas centrales eléctricas no solo almacenan las emisiones de dióxido de carbono, sino que también ayudan a mitigar el daño ambiental y protegen nuestra salud.

También, los vehículos eléctricos son otra innovación clave en la lucha contra el cambio climático. Aunque todavía no son muy comunes, su desarrollo continuo promete hacerlos más accesibles y funcionales -Ahora China ha tomado la delantera con BYD-. Estos vehículos reducen significativamente las emisiones de CO2, proporcionando una alternativa sostenible a los motores de combustión interna.

Asimismo, la adopción de iluminación LED es un cambio simple pero efectivo.

Una bombilla regular de 100 watts emite en 100 horas tres kilos de dióxido de carbono. Las bombillas Led, por otro lado, son ecológicas y ahorradoras, reduciendo tanto las emisiones de CO2 como la contaminación por mercurio y argón. Aunque está la trampa claro de lo terriblemente contaminante también que se ha vuelto la producción en masa de Leds.

Por otra parte, la bioenergía que utiliza vegetación para captar el CO2 y convertirlo en biomasa es otra solución innovadora. Esta energía renovable no solo evita que el dióxido de carbono contamine, sino que también proporciona una fuente sostenible de energía. De manera importante han tomado trascendencia también los paneles solares, ya que captan la energía de la radiación solar y la convierten en electricidad o calor. Mejorar su capacidad de almacenamiento podría significar un avance significativo para los vehículos eléctricos y otras aplicaciones tecnológicas, ahí su gran reto.

Y por último, aunque controversial, la energía nuclear ofrece una alternativa libre de gases de efecto invernadero. A diferencia de las centrales térmicas convencionales que utilizan combustibles fósiles, las plantas nucleares obtienen su energía a través de procesos que no emiten gases contaminantes, su uso de manera segura puede hacer grandes diferencias.

Es por ello que, estimado lector, el tiempo apremia. Las tecnologías están aquí, listas para ser implementadas y escaladas. Lo que necesitamos es la voluntad colectiva de actuar. Cada uno de nosotros tiene un papel que jugar en esta batalla crucial. Por cierto, estamos a un fin de semana de un proceso de votaciones históricas en el país, ¿Cuántas propuestas de uso de tecnología para apoyar el medio ambiente recuerda?

“La Tierra provee lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la codicia de cada hombre.”

Mahatma Gandhi

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tecnologia@lalodelatorre.com

Se estima que vivimos una etapa histórica para el mundo, y en nuestro país vivimos lo que los expertos definen como probablemente los 15 días más calientes en la historia conocida de México. Creo que nunca es tarde para reflexionar, pero también que estamos en los últimos momentos en los que podremos actuar.

Nos encontramos en un momento crítico de la historia de la humanidad, donde las acciones que tomemos hoy determinarán el futuro del planeta. El cambio climático no es una amenaza futura; es una realidad presente que demanda soluciones urgentes. Las temperaturas extremas y los patrones climáticos inusuales son solo síntomas de un problema mucho mayor. ¿Podemos revertir estos efectos devastadores con tecnología?

Recientemente, un grupo de científicos de la UNAM alertó que México experimentará temperaturas récord en los próximos días. Esta situación sin precedentes es un recordatorio alarmante del impacto del cambio climático y la necesidad de actuar con rapidez y determinación. Según la Organización Meteorológica Mundial, la temperatura más alta registrada de manera fiable en la Tierra fué de 54,0 °C (129,2 °F) en el Valle de la Muerte, California, EE.UU., el 30 de junio de 2013, habiendo otras de incluso hasta 80 °C pero sin haber sido verificadas. En México el desierto de Sonora ha llegado a reportar temperaturas constantes de más de 48 °C, y sí, lo peor al parecer está por venir.

A medida que los efectos del cambio climático se hacen más evidentes, la innovación tecnológica se presenta como una esperanza vital. Según la BBC, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) ha señalado la necesidad de reducir las emisiones globales de dióxido de carbono en un 45% para 2030 para evitar que el aumento de temperatura supere los 1.5 °C respecto a la era preindustrial. Esta es una meta ambiciosa pero alcanzable con las tecnologías adecuadas.

La tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CAC) ofrece una solución prometedora. Esta técnica puede aplicarse en grandes industrias que emiten CO2, como plantas industriales, refinerías de petróleo y fábricas de cemento, acero y vidrio. Estas centrales eléctricas no solo almacenan las emisiones de dióxido de carbono, sino que también ayudan a mitigar el daño ambiental y protegen nuestra salud.

También, los vehículos eléctricos son otra innovación clave en la lucha contra el cambio climático. Aunque todavía no son muy comunes, su desarrollo continuo promete hacerlos más accesibles y funcionales -Ahora China ha tomado la delantera con BYD-. Estos vehículos reducen significativamente las emisiones de CO2, proporcionando una alternativa sostenible a los motores de combustión interna.

Asimismo, la adopción de iluminación LED es un cambio simple pero efectivo.

Una bombilla regular de 100 watts emite en 100 horas tres kilos de dióxido de carbono. Las bombillas Led, por otro lado, son ecológicas y ahorradoras, reduciendo tanto las emisiones de CO2 como la contaminación por mercurio y argón. Aunque está la trampa claro de lo terriblemente contaminante también que se ha vuelto la producción en masa de Leds.

Por otra parte, la bioenergía que utiliza vegetación para captar el CO2 y convertirlo en biomasa es otra solución innovadora. Esta energía renovable no solo evita que el dióxido de carbono contamine, sino que también proporciona una fuente sostenible de energía. De manera importante han tomado trascendencia también los paneles solares, ya que captan la energía de la radiación solar y la convierten en electricidad o calor. Mejorar su capacidad de almacenamiento podría significar un avance significativo para los vehículos eléctricos y otras aplicaciones tecnológicas, ahí su gran reto.

Y por último, aunque controversial, la energía nuclear ofrece una alternativa libre de gases de efecto invernadero. A diferencia de las centrales térmicas convencionales que utilizan combustibles fósiles, las plantas nucleares obtienen su energía a través de procesos que no emiten gases contaminantes, su uso de manera segura puede hacer grandes diferencias.

Es por ello que, estimado lector, el tiempo apremia. Las tecnologías están aquí, listas para ser implementadas y escaladas. Lo que necesitamos es la voluntad colectiva de actuar. Cada uno de nosotros tiene un papel que jugar en esta batalla crucial. Por cierto, estamos a un fin de semana de un proceso de votaciones históricas en el país, ¿Cuántas propuestas de uso de tecnología para apoyar el medio ambiente recuerda?

“La Tierra provee lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la codicia de cada hombre.”

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