Vaya espectáculo el que están brindando los dirigentes nacionales del PAN, Marko Cortés y de Morena, Mario Delgado, en el contexto de la elección del año entrante por las 6 gubernaturas en juego y la adelantadísima sucesión presidencial del 2024.
El primero en crear polémica fue el panista al afirmar públicamente que su partido sólo tiene posibilidades reales de ganar el estado de Aguascalientes, mientras que “Está muy complicado Durango, Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca”, a lo que el morenista le respondió en redes que era una afirmación correcta “…pero no te equivoques, Aguascalientes la vamos a ganar también”.
Esta “declaracionitis aguda” de la que padecen todos nuestros políticos envalentonados por encuestas alegres o hechas a la medida, llevan como contexto la guerra que el propio presidente de la república inició, al adelantar los tiempos de la sucesión presidencial y destapar a sus cartas (encabezados por Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard), cada uno dando la nota por su lado durante el puente largo, lo que sin duda vuelve a encender los ánimos sucesorios en el país.
En lo que nos toca a Tamaulipas, se ha dicho hasta el hartazgo que el Movimiento de Regeneración Nacional como “marca” lleva clara ventaja en todas las encuestas de cara a la sucesión estatal del 6 de junio próximo, sin embargo, ni en política y mucho menos en elecciones hay nada escrito y prácticamente cualquiera de los que actualmente buscan la gubernatura, podría ser ganador y por ahora sería imposible pensar en que alguno de ellos va “en caballo de hacienda” al triunfo, pues el ejemplo de Nuevo León de este año, dejó muy en claro que un golpe de timón puede provocar que del plato a la boca se caiga la elección.
Así van los aspirantes: es más que evidente el tamaño de estadista que ha tomado Chucho Nader como el mejor alcalde del país, presumiendo a Tampico con una muy exitosa feria y destacadísimas convenciones nacionales, transformando a la ciudad y encabezando las encuestas de su partido; ahí están los masivos que por todo Tamaulipas respaldan por miles a César Augusto Verástegui “El Truco” y ambos abrazándose y sonriendo juntos en clara señal de unidad, con estrategias distintas, pero claramente ambos serían extraordinarios candidatos.
En Morena vemos al “súper” delegado de los programas federales, el sociólogo tampiqueño Rodolfo González Valderrama que ya ha recorrido casi todos los rincones de la entidad, sumando apoyos muy importantes, con una clara encomienda desde el centro del país y esto ha contribuido a que sus números suban exponencialmente en las encuestas, al grado de meterse de lleno en la pelea por la encuesta que lo podría llevar a la candidatura del partido del presidente, apenas hace un par de días, Alejandro Rojas Díaz Durán declinó sus aspiraciones en favor de González Valderrama que crece como la espuma.
Vemos también al senador Américo Villarreal Anaya recibiendo elogios del nuevo gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya “le debo un pedazo de la gubernatura porque él fue el delegado; ahí te lo pagaré en Tamaulipas”, mientras que el como también hace su lucha el alcalde reelecto de Ciudad Madero Adrián Oseguera Kernion, contrario a otros aspirantes, como José Ramón Leal “JR” que busca meterse a la encuesta desde la estructura del partido, Héctor Garza “El Guasón”, Erasmo González Robledo, Felipe Garza Narváez y varios más que apuestan al pasado o a impactar sólo con declaraciones.
Es de destacar lo que está haciendo Maki Ortiz, la ex alcaldesa de Reynosa que con soltura se mueve por todo el territorio estatal y aunque sus veladoras alumbran a Morena, la única dama con posibilidades juega muy bien su carta de la equidad de género y buscará a toda costa colarse en la boleta casi con cualquier franquicia (Morena, Verde, PT, MC y hasta independiente), apostando sus fichas a convertirse en la sorpresa de la elección.
Los priistas juegan con los nombres de siempre (Ramiro Ramos y Enrique Cárdenas) pero saben (bien que saben) que no les alcanza para nada en solitario y en realidad a lo que juegan los grupos de poder del tricolor es a respaldar a uno u otro de los aspirantes panistas y al final de cuentas las dirigencias nacionales serán quienes concreten la alianza PAN-PRI-PRD. En solitario ese sí, juega Arturo Diez Gutiérrez por el movimiento naranja, pero con escasas posibilidades de entrar en real competencia contra las fuerzas políticas polarizadas.
De manera que, aunque complejo, el panorama político que enfrentamos se irá aclarando poco a poco una vez que, de las multicitadas encuestas (o del gran dedo elector en cada caso) surjan los candidatos y con ello se despejen dudas de quiénes y hacia dónde irá el fiel de la balanza, pero, aun así, el resultado final seguirá siendo de pronóstico reservado.
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