Al parecer nuestras autoridades insisten en convertir la región en zona turística (que naturalmente lo es). Se vuelve a querer manejar indebidamente la marca “Tampico-Miramar”.
Efectivamente nuestra zona tiene una belleza natural no aprovechada. En letras anteriores hice ver de manera muy ligera bellos lugares de nuestra hermosa zona totalmente abandonados.
En Altamira tenemos la iglesia de Santiago Apóstol, construida según la leyenda con leche y barro. Doña Cecilia cuenta con una extensa, bella y segura playa, abandonada por la zona hotelera. Nuestro faro, que es una joya arquitectónica y técnica completamente abandonado, algunas veces se ha dicho que se puede unir en un corredor turístico a la escollera, en donde está el malecón mandado hacer para la navegación de nuestro puerto y uno de los lugares más socorridos por los habitantes de la región. Y nuestro puerto, nuestro Tampico Hermoso, que cuenta con un tesoro escondido que no se acaba de descubrir, la hermosísima Laguna del Carpintero, descuidada y abandonada, propiedad de los cocodrilos.
Y por último, la zona de muelles, la Estación del Ferrocarril, el edificio de la Aduana, el nuevo Mercado, el propio Centro Histórico, que debía ser una activa zona turística.
Nunca he comprendido por qué los hoteles de la zona no participan de alguna manera, atendiendo a los turistas que concurren a la playa.
