Estaremos conmemorando el próximo 5 de febrero nuestra reformada Constitución de 1917.
Según el maestro Justo Sierra, conocido liberal, la Constitución de 1857 representaba solamente a un grupo minoritario de mexicanos, la población rural no votaba, la urbana y los industriales y hombres de empresa obedecían a sus capataces y el partido conservador no se interesaba por estos comicios, en consecuencia, esta Constitución fue producto de una minoría, en la que establecía el Régimen Republicano.
El poder ejecutivo “se depositó en el presidente de la República por 4 años”, aceptó y acogió el principio de protección a los derechos personales o garantías individuales a través del amparo, que hizo valer los principios el maestro Manuel Crescencio Rejón en la Constitución Yucateca, así como la obra legislativa de don Mariano Otero.
En mi acostumbrado recorrido motociclístico, me llevo a la vecina ciudad de Pueblo Viejo, Veracruz, en donde tuve como siempre, una vez más, admirar la belleza de la perspectiva del río Pánuco, desde lo más alto del puente y ya en el pueblo, la hermosa laguna del mismo nombre, “Pueblo Viejo”, totalmente abandonada; al pasar por la presidencia municipal, me llamó la atención una "placa”, afuera de dicha presidencia, que a la letra dice: “En Pueblo Viejo de Tampico se firmó la Capitulación de Barradas, el 11 de septiembre de 1829”.
Sin embargo, afuera de la casa que era de los Meade, esquina de Juárez y Madero, aparece otra placa con la misma leyenda.
Continuando en la búsqueda en los libros de historia, la aventura de Barradas iniciada en Cabo Rojo tuvo un descalabro, aceptando una rendición del propio General Santa Anna; el General Barradas se retiró a La Habana, sin volverse a saber de sus aventuras.
