El compositor Félix Leclerc decía que “El piano debe ser tu amigo, es decir, un confidente que calme tu rabia”, y un claro ejemplo de ello es Tabita Ostos Vargas, distinguida pianista que comparte su experiencia.
En el marco del Día Mundial del Piano, la originaria de Rosarito, Baja California describe que su camino en la música especialmente con este instrumento inició a los ocho años, en su primera escuela el Instituto Regional de Bellas Artes (IRBA) de Tampico.
UN ESPECIAL ACERCAMIENTO AL PIANO
Asegurando que su gusto por la música nace gracias a sus padres, quienes poco a poco fueron encaminándola a la profesionalización, hoy se ha convertido en una mujer que destaca por compartir su talento y conocimientos.
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“Mi gusto por la música fue dándose cuando mis padres me llevaron a las clases y empecé a escuchar los sonidos del piano, a cantarlos y a bailarlos inclusive porque una maestra una vez se puso a tocar una Sonata de Beethoven, y una amiga y yo nos pusimos a bailar por toda el aula”, recuerda con nostalgia.
UNA PREPARACIÓN DE MANERA PROFESIONAL
Con más de 40 años de trayectoria en el instrumento de teclas blancas y negras recuerda que aun cuando en el IRBA fue su primer acercamiento, la UAT fue la escuela en donde tuvo una preparación ya profesional.
“Estuve en la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. A lo largo de mi vida he tomado diferentes cursos para tener herramientas y métodos para la enseñanza de mis alumnos, tanto de piano como del colegio donde soy maestra de Artes a nivel secundaria”.
Tabita describe: “El piano para mí es la manera que tengo de expresarme cuando las palabras no me alcanzan, es un desfogue a mis emociones, un instrumento muy noble que enseguida que tocas una tecla se produce la magia del sonido, y se puede reproducir música de una manera más sencilla para los niños o cualquier persona”.
PRESENTACIONES Y MOMENTOS DE COMPARTIR
La carrera de Ostos Vargas se ha visto marcada por una serie de presentaciones especiales, tanto de ella como solista, como acompañada por distinguidos maestros y hasta por los alumnos que han pasado por su aula.
“La presentación más significativa para mí fue la que hice cuando presenté mi examen profesional porque estaban conmigo las personas más importantes de mi vida.
El ser formadora de diversas generaciones tanto en la SEP, como en la Casa de la Cultura o mis alumnos particulares de piano ha sido de retos, de emociones, de aprendizajes, de experiencias”, narra.
La distinguida instructora describe que cada alumno es único y ha sido satisfactorio para ella ver como poco a poco se van desarrollando.
“Van pasando por diferentes etapas de crecimiento, algunos me sorprenden, me enternecen, me hacen crecer como persona y poder seguir acompañándolos en su proceso que cada uno tiene”.
LA MUJER EN EL PIANO
Hoy, el rol de la mujer es versátil, se les ve dando clases, en la industria, en la educación y la música también ha abierto el camino para mujeres talentosas como la entrevistada.
“Las mujeres músicos especialmente las pianistas somos personas que tenemos mucho que expresar, que decir por medio de nuestro instrumento o de la música, en tiempos donde ha habido encierro por la pandemia, incertidumbre por todo lo que sucede en el mundo, la música nos permite sentirnos acompañadas en medio de la soledad y últimamente somos más valoradas dentro de los escenarios y reconocidas como músicos”, comentó.
Tabita señala que una mujer pianista a la que admira mucho y con la que ha tenido oportunidad de una master class y platicar es la pianista mexicana Guadalupe Parrondo, radicada en la CdMx.
EL PIANO, UNA FORMA DE EXPRESARSE
Tabita Ostos invitó a las personas que les guste la música de piano, a siempre buscar permitirse escuchar o tocar las piezas que quieran, ya que el piano es una forma de expresarse.
“Si tienen la oportunidad de tomar clases profesionalmente o sólo por gusto, háganlo y dejen a los más pequeños acercarse a un instrumento musical y disfrutar de él, porque los acompañará a lo largo de toda su vida”, finalizó.
