“Los escritores son seres que viven en soledad y eso es especialmente cierto en el caso de los poetas”. Con esas palabras dio inició la conferencia “La poesía de Isaura Calderón” dictada por Ana Elena Díaz Alejo en la Casa de la Cultura el viernes 21 de abril. Calderón, autora tamaulipeca, se destacó por una creación artística con tintes de erotismo y amor.
¿Quién fue Isaura Calderón?
Isaura Calderón nació en Tula, Tamaulipas, el 04 de noviembre de 1914 y falleció en el puerto de Tampico, el 06 de febrero de 2002.
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Desde pequeña tomó clases de piano en su ciudad natal, práctica habitual entre las jóvenes de la época. Calderón llegó a compartir después ante sus amistades que por las tardes Tula se inundaba de música debido a las clases particulares de decenas de jóvenes.
A los 13 años, Calderón junto con su madre se mudó a Tampico, su padre había muerto años antes. Su talento ante el instrumento de cuerdas (considerados por mucho de percusión) la llevó a ser concertista en Bellas Artes.
Motivada por un impulso artístico, la autora solía ofrecer tertulias semanales en su casa de CDMX, reuniendo a figuras claves en el panorama cultural. En las reuniones se citaba a los autores clásicos de la literatura española, entre ellos, Lope de Vega, Francisco de Quevedo y Luis de Góngora.
Rodeada de letras y arte, Calderón comenzó a escribir poesía. Una antología de su obra fue editada por el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes en el 2015. Llevó por nombre “Amor sin tiempo” y fue uno de los seis volúmenes de “Seis poetas en el Metro”, haciendo referencia al Espacio Cultural Metropolitano, lugar donde el trabajo fue presentado.
En la oscura espiral de mi palabra
Isaura Calderón, define la poesía de la siguiente manera: “relámpagos de espejos, rosa en llamas, ahí estás escondida una y múltiple, verdad última, próxima y lejana, oscura transparencia a flor de agua, teorema metafísico en la vid y en el árbol, memoria encielada en un lirio y sueño de un sueño”.
El trabajo poético de Calderón fue recordado en la Conferencia en presencia de su nieto, Alejandro Calderón, y de su familia, acompañados de cerca de 27 asistentes.
Díaz Alejo, explicó cuál es la importancia de celebrar esta clase de eventos en el Puerto: “Dice mucho de una sociedad el que se preocupe por sus artistas, por divulgar y preservar su obra. Se necesitan más espacios para la alta cultura, para exponer la música, la poesía, la danza, la literatura y el teatro. Ningún artista puede morir si su labor es preservada”.
La conferencista reconoce en la labor de Calderón un canto al Estado, la voz de una artista que intenta seducir a su tierra.
Para probar su argumento, Alejo leyó un fragmento de “Cantares de amor en vilo” de la poeta dedicado a la región que dormita en la margen del río: “Para decirte que llevo en la sangre y en el alma, tu recia sabia encendida, quemándome como un ascua: Tamaulipas, tierra mía”.
Entre la soledad y el erotismo
A lo largo de la exposición fueron dos los hilos conductores de la charla. Primero, el carácter retraído de los artistas. Segundo, la necesidad de amor y de atención que se experimenta durante la composición de una obra.
Para Díaz Alejo, la creación artística es siempre una relación entre el autor y su propio Dios. Entiéndase por la palabra Dios, una fuerza interior que brota en el artista, provocando una necesidad por crear algo nuevo.
En el caso de Calderón, Alejo ve esa conexión entre Dios y la autora a través de la poesía mística: donde hay un deleite sensual hacia el Cristo crucificado. Las líneas de Calderón, explica la conferencista, son fuertes y agónicas por su temática.
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En palabras de Alejo: “en la poesía de Calderón hay reclamos a Dios, se pone al tú por tú con él, pero lo desea. La autora increpa al amor”.
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Los interesados en conocer más acerca de la obra de la poeta tamaulipeca Isaura Calderón pueden dirigirse a la Biblioteca que lleva su nombre en la Casa de la Cultura y consultar sus libros. En ellos, como lo apunta Díaz Alejo, van a encontrar una mezcla de soledad y erotismo.
