En los bajos de la colonia Águila se encuentra un paisaje que bien pudiera extraerse de las películas del director de fotografía Gabriel Figueroa, quien se afirmaba que “no solo aprisionaba los colores, las luces y la sombra, sino el movimiento que es la vida”. Precisamente, sobre esta naturaleza se encuentra ubicado, cercano a la ribera de la Laguna del Chairel, el campo “18 de Marzo”, rodeado de amplia vegetación, árboles frutales, gradas deportivas, terrazas habitacionales que son testigo de bravías disputas por la posición privilegiada desde un balón, y que a grandes pincelazos, dicho campo se ubica a unos metros de la calle Tancol, a orillas del Chairel; la bajada hacia el Chairel se llama Leroy H. Dorsey; al oriente está la colonia Águila; hacia el sur, la colonia Sauce, y hacia el norte la colonia Flores.
De los datos pretéritos sobre este templo de futbol se rastrea una crónica de EL SOL DE TAMPICO, de 1955, donde en su sección deportiva se publica que para celebrar el “Día de la Expropiación Petrolera”, el superintendente de Petróleos Mexicanos de la zona norte, el ingeniero Vicente Inguanzo, donaría este campo bautizado como “18 de Marzo”. Realmente, este acto de Petróleos Mexicanos sería una reinauguración, porque antes de 1955 ya existía dicho complejo futbolero.
Sede del Tampico
En 1969 los "Celestes” del Tampico, debido a que su viejo estadio “Tampico” sería demolido para convertirse en el Deportivo Español, decidieron cambiar el lugar de entrenamiento para arribar al “18 de Marzo” por órdenes de su presidente, el señor Carlos González, quien pensaba que sería un sitio ideal para que su equipo se ejercitara; en ese tiempo Felipe Arregui, dueño del estadio “Tamaulipas”, sólo permitía al Ciudad Madero, como al Tampico, realizar su interescuadras y partido oficial de fin de semana.
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Gracias a este campo, jugué profesionalmente –afirma Salvador Meza, quien fuera portero jaibo- ya que en este sitio jugaba el “Mercado Madero”, el cual entrenaba el “Veracruz" Aguilar quien observó mi entrenamiento de nadador, invitándome a jugar. Al año llegaría el Tampico con “Chato” Mata como auxiliar, convenciendo al entrenador Alberto Cazaubón sobre mis condiciones como arquero. Otro de los “Celestes” que entrenaría en el “18 de Marzo” sería Mariano Goldaracena, quien a principios de los 70 vino de Cruz Azul recién operado de los meniscos, bajo la recomendación de practicar con el Tampico para poder rehabilitarse, llegando a los “Jaibos” cuando los dirigía “Chato” Mata.
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Fueron momentos complicados –comenta Goldaracena-, el campo no contaba con pasto, era un terregal durísimo, las porterías no tenían redes, y los que no teníamos coche teníamos que cambiarnos en las gradas. Estas andanzas, lejos de desmotivarnos, servían para concientizarnos en trabajar fuerte para poder llegar a Primera División. Otra de las circunstancias adversas fue la odisea para poder llegar al “18 de Marzo”, porque se llegaba por la ruta “Bellavista”, que se apartaba en el centro de Tampico corriendo por toda la orilla del Chairel, hasta el “Rincón Gaucho”, de Ricardo Bonelli.
Quien ha vivido por 50 años en los alrededores del “18 de Marzo” es Diego Gómez Colín, quien recuerda que cuando surgió el auge del petróleo nació la b, fundada por personas americanas que vinieron a trabajar en la compañía petrolera “El Águila”, que en los años 20 compraron 20 hectáreas, gustándoles la zona baja del “Chairel” para crear un terreno dónde practicar futbol. Posterior a la Expropiación Petrolera, Pemex adquiere esta zona baja, ya que existe un derecho de vía, siendo en 1955 cuando el ingeniero Vicente Inguanzo donaría el campo.
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En aquella época cuando fue ocupado por el Club Tampico, de 1969 a 1973, el campo contaba con las dimensiones profesionales. Poseía gradas, vestidores, un marcador grande de madera donde se escribían los goles, incluso existía un apartamento para que los árbitros pudieran cambiarse y, sobre todo, lo más importante: el “18 de Marzo” ha funcionado como un gran semillero de futbolistas. -Miguel Saint André, Mariano Varela, “Bacho” Salazar, jugaron en la gloriosa Liga de Futbol Tampico-Reforma, que viene desde mediados del siglo pasado–, alude Diego Gómez Colín.
Siempre recordaré este campo –refiere “Chava” Meza , aquí recibí mis primeros consejos de guardameta por parte del “Veracruz” Aguilar, seleccionándome a un estatal de la Liga Tampico-Reforma. En lo profesional también aprendí de “Chato” Mata, quedándome después del entrenamiento. También de Cazaubón recibí consejos sobre los recorridos y a dirigir a los defensas para que no dejaran espacios, y los huecos que subsistían pudiera detenerlos con soltura.
Sigue vigente
Hoy en día el “18 de Marzo” se ha adaptado para los torneos de minifutbol, existiendo una gran actividad amateur, continúa asombrando a los que descubren este campo pegado a la orilla del Chairel y, sobre todo, que su atmósfera sigue evocando a jugadores como “Lencho” Rentería, Mariano Varela, Jesús Tapia, Miguel Saint André, Óscar Cortez, Javier Zapién, Óscar Narro, “Papy” Navarro, “Bacho” Salazar, Mariano Goldaracena y Ricardo Díaz.
