Ciudad de Lérida, nordeste de España, 18 de agosto de 1980. Suena la ocarina del "hombre de negro" y corta abruptamente las acciones sobre el Camp d’ Esports (inaugurado el 1 de enero de 1919) al tiempo que la fanaticada española se levanta de sus asientos para reconocer, mediante un aplauso generalizado, a los dos apasionados contendientes: Unió Esportiva Lleida y el Tampico FC, quienes sudaron la casaca durante los 90 minutos con empate a cero goles.
Ambos cuadros movieron nerviosamente las fibras más recónditas de la fanaticada ibérica, ya que a lo largo del encuentro la pelota estuvo merodeando las porterías, sobre todo la local donde la “Jaiba Brava” aportó en la segunda parte una cuota significativa de lanzamientos a gol.
Los jaibos alinearon prácticamente con los mismos elementos que un día anterior consiguieron su primer galardón a nivel internacional, el trofeo “Ciudad de Cáceres”: Vázquez del Mercado, Bernal, Esquivel, Salazar, Nájera, Vega, Ojeda, Galindo, Pomárico, Castillo y Revetria (quien se incorporó hasta este tercer juego por encontrarse lastimado).
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TRES JUEGOS EN TRES DÍAS
Tampico comenzaba su excursión por latitudes hispanas jugando tres partidos en tres días, desarrollando un futbol innovador, seductor al espectador e incomodando a los rivales, bajo una idea en la mente: “ganar-ganar”, como lo mencionaba el jaibo Enrique Hugo Esquivel: - En el equipo existían compañeros jóvenes: “La Chula” Bernal, José Luis Vega, Galindo, Loreto Solís, Mario Martínez, entre otros que no estaban acostumbrados a jugar hoy, mañana viajar y volver a jugar.
Lo positivo es que se hallaban Neri Castillo, “Paco” Castrejón, Revetria, un servidor con experiencia en torneos veraniegos, que tratábamos de contagiarlos para que adquirieran fuerza en esta gira.
20 de agosto. Levante y Tampico se disputan el Trofeo Ayuntamiento de Valencia. El partido se encuentra trabado en todos los sectores de la cancha, nadie quiere brindar cuartel a la pelota. Levante, impulsado por la localía juega rápido, vertical.
Tampico pone disciplina táctica, pierna fuerte. El marcador en el segundo tiempo continúa empatado a un tanto (autogol de Enrique Esquivel y por los jaibos, Revetria). Dagoberto Moll, entrenador celeste, conociendo que los partidos se ganan en la estrategia de la media cancha, solicita a un joven defensa calentar.
“Moll, que estaba en La Coruña, salió urgentemente para Méjico: tiene que incorporarse a su nuevo equipo, el Tampico”, así informaba el periódico español “Hoja de Lunes” en su sección de deportes el 4 de agosto de 1980. - Cuando pacté la gira con el promotor Juan Pareja Alcoy -recuerda Paulino Lomas, dueño del Tampico- pregunté si conocía a Dagoberto Moll porque me interesaba contratar un técnico.
Alcoy, quien conocía el prestigio de Moll en España, concertó una charla telefónica en la cual nunca platicamos de dinero, sólo su confianza de viajar a México para concretar un buen arreglo para ambas partes.
Durante la estadía de Moll en Tampico -expresa Paulino Lomas- fue un hombre capaz, honesto, que de hecho cuando quisimos pagarle el tiempo que transcurrimos en Europa, además de la primera semana en Tampico, no aceptó el dinero argumentando que ese mes le había servido para conocer a los muchachos.
DEBUT EN ESPAÑA
El árbitro retiene el juego para que el abanderado en medio del campo suba sus cartones llamando a la banca al habilidoso Neri Castillo. -Fue una gran sorpresa que Dagoberto Moll me llamara para entrar por Neri siendo un magnifico extremo izquierdo -afirma Loreto Solís-, pero los entrenadores imaginan movimientos de cómo cambiar el juego, porque jugábamos en línea de 4-3-3 para pasar a un 4-4-2. En la media de contención debuté en España para aquietar los embates a velocidad que realizaba el rival.
En cuanto al comportamiento del público valenciano que observaba a los celestes mostrando tenacidad y lanzamiento al frente, prosigue Solís: -La fanaticada estaba brava, apoyaba en cada jugada a su escuadra, en un partido de constantes roces que cuando los locales pegaban el público aplaudía, cuando poníamos la pierna enérgica querían lincharnos –y concluye: -Al principio hubo desconcentración, porque tocaban bien la pelota, rápidos, verticales, nosotros estábamos acostumbrados a un juego más elaborado, aunque pronto tuvimos que adaptarnos para hacerles frente tanto que empatamos el juego, alcanzando la etapa de los penales.
Dentro de la gira no todo fue fut-bol, entrenamientos y viajes, también existieron las anécdotas diarias: -A los españoles les llamó fuertemente la atención que un equipo mexicano anduviera por allá de gira -acota Paulino Lomas- así que donde se presentaba la “Jaiba Brava” se llenaba el estadio.
Como parte de la comitiva invité a un gran amigo, Omar Alexander, que se mantenía como fisicoculturista de primer nivel, y antes de comenzar un partido salió a la cancha para reconocer el terreno, debido al intenso calor se quitó la camisa, quedando en playera, los jóvenes españoles que lo observaron se quedaron impresionados con su físico. –¿Tú juegas con el Tampico, qué posición?- le cuestionaron, respondiendo Omar: –Soy defensa central. Un aficionado le volvió a preguntar: -¿Y todos están como vos?. –No -le respondió Omar. - Yo soy el más fregado, los demás están mejor. Ya solo exclamó el muchacho: -Ostia, esto va a ser una masacre -, se fueron comentando los chicos entre ellos.
-La gira significó una gran alegría -retoma Loreto Solís-, permitió al Tampico jugar por primera ocasión en otro país. También ayudó para que José Luis Vega, Mario Martínez, Benjamín Galindo, “La Chula” Bernal, un servidor, que estábamos muy jóvenes, jugáramos en un tiempo que para viajar al extranjero debías apelar a estar en la Selección Mexicana.
Por otra parte, pese a que la gira llegó cuando estábamos iniciando pretemporada, donde no existe toque de balón, no existen partidos de futbol porque te dedicas al acondicionamiento físico, resintiendo por un tiempo el toque del balón, logramos el objetivo de conseguir buenos resultados para la afición.
Es importante reconocer el esfuerzo de don Paulino Lomas, a quien debería considerarse como un padre moderno del futbol de la zona.
El Diario de Burgos, en su nota deportiva del jueves 21 de agosto de 1980, en su página 19, escribiría que el Levante terminaría adjudicándose la copa Ayuntamiento de Valencia, al vencer a los equiperos aztecas 5-4 en penales (aunque para el registro oficial pasaría como empate). Tampico volvería a jugar hasta el 23 de agosto al enfrentar al Club Deportivo Castellón.
