En el documental “El estafador de Tinder”, un hombre se hace pasar por heredero de la fortuna de una familia joyera y se dedica a embaucar mujeres de distintos países que conoce a través de la popular aplicación de citas.
Tras ver esta historia, donde las víctimas aún siguen pagando las cuantiosas deudas que les dejó el ladrón, valdría preguntarse si un caso de esta naturaleza podría presentarse en nuestro país.
“EL ESTAFADOR, UN PSICÓPATA”
Para la psicóloga Natalia Gonzales todos somos susceptibles a ser una víctima de una persona como Simon Leviev, al que describe como “un psicópata integrado”, alguien que se comporta de manera utilitaria y parasitaria con el otro y no muestra empatía por nadie.
“Es inteligente, carismático, seductor y encantador, y sumamente hábil en la construcción y escenificación de sus diversos personajes”, comparte la especialista desde una publicación de la clínica de salud mental Psicología para Nadie.
Añade que las personas con este perfil eligen víctimas con muchos recursos emocionales, profesionales, materiales y económicos para aprovecharse de ellas.
“Contrario al mito generalizado, las víctimas no son débiles, son inteligentes y hasta empoderadas, lo cual demuestra que cualquiera puede ser víctima de un psicópata”, afirma.
QUÉ RECOMIENDAN LAS AUTORIDADES MEXICANAS
La estafa cometida por Simon Leviev es conocida como catfishing, un fraude cibernético donde, de acuerdo a la Condusef, el ciberdefraudador crea un perfil falso en Internet para conseguir amistades o pareja; reúne información de sus víctimas, como el nivel de sus ingresos y estilo de vida.
A partir de ahí, establece un vínculo de amistad, emocional y de confianza. En algún momento, con una excusa, pide algún depósito de dinero. Cuando la víctima accede, el ciberdefraudador desaparece sin dejar rastro alguno.
El organismo federal recomienda nunca aceptar realizar un depósito de dinero a un desconocido, ya que podría ser un engaño. De igual modo es importante no divulgar información privada en redes sociales.
Otro consejo es que si llegas a conocer a alguien mediante alguna aplicación de citas o en redes sociales, asegúrate que sus publicaciones y fotos tengan años de antigüedad. Si son recientes, es muy probable que se trate de una cuenta falsa.