Parecía una bola de billar, pero tuvo que verla con detenimiento para saber bien de qué se trataba. En China, en la provincia de Henan, un granjero descubrió una esfera color negro, casi azul oscuro, tan grande que pensó que se trataba de un huevo de dinosaurio, pero resultó ser algo mucho más raro: un enorme huevo de tortuga fosilizado.
MUY SEMEJANTE A LAS TORTUGAS MODERNAS
La revista científica Royal Society dio a conocer este hallazgo y consideran que el huevo perteneció a un grupo extinto de tortugas terrestres llamadas nanhsiungchélidos, que vivieron junto a los dinosaurios entre 145 y 66 millones de años, durante el Cretácico.
La tortuga que puso el voluminoso huevo era probablemente de grandes dimensiones: los investigadores estiman que su caparazón medía más de 1.5 metros. El huevo podría haber quedado sepultado cuando un sistema fluvial cercano se desbordó durante la temporada de lluvias, preservándolo así como fósil, con un embrión de tortuga intacto en su interior.
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El artículo indica que la fisiología del antiguo embrión es sorprendentemente similar a la de las tortugas modernas. Y aunque el hecho de que las tortugas y los dinosaurios coexistieran en el pasado está bien definido, la rareza de los huevos fosilizados significa que se sabe muy poco sobre las prácticas de anidación de los animales.
PASABAN BUENA PARTE DEL TIEMPO SOBRE TIERRA
En ese sentido, dice la publicación, el descubrimiento refuerza la teoría de que estas tortugas pasaban todo el tiempo sobre tierra. Y este estilo de vida terrestre también puede haber sido su perdición. Los nanhsiungchélidos desaparecieron hace aproximadamente 66 millones de años a causa del mismo asteroide que mató a los dinosaurios.
Las tortugas acuáticas sobrevivieron a la explosión, quizá protegidas por sus viviendas submarinas. Sin embargo, pasado el periodo Cretácico, los caparazones de las tortugas nanhsiungchélidas desaparecieron del registro fósil, para no volver a ser vistos.