En 1747, José de Escandón, coronel del regimiento de Querétaro, inició una expedición por la Sierra Gorda con el objetivo de “reconocer, pacificar y poblar” la región. Para el coronel, el territorio era una pieza clave para la corona española. Por lo cual, era importante revocar cuanto antes el dominio de los grupos indígenas de pames y jonases sobre dicha zona.
El viaje de expedición
El documento titulado “Mapa de la Sierra Gorda y costa del Seno Mexicano…” fue creado, en 1747, por José de Escandón y Helguera. El material cartográfico fue presentado al virrey de la Nueva España, Juan de Horcasitas, en 1748, como parte del “Informe para reconocer, pacificar y poblar la Costa del Seno Mexicano”.
El Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE) indica que, de enero a marzo de 1747, el Coronel del regimiento de Querétaro, José de Escandón y Helguera, inició una expedición sobre el territorio de Sierra Gorda para conocer y documentar su geografía, con el fin de asentar poblaciones españolas en él.
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De acuerdo al Ministerio de Cultura y Deporte Español, las tropas de José de Escandón y Helguera iniciaron su recorrido en la Jurisdicción de Querétaro, prosiguieron por la Jurisdicción de San Luis de la Paz, después por la Jurisdicción de Valles, hasta llegar a la Costa del Seno Mexicano, cerca del río Norte o Bravo.
Durante su trayecto, otros capitanes se unieron a Escandón desde diferentes puntos. Entre las cerca de 889 personas que participaron en el proyecto, se pueden encontrar nombres como: fray José de Velasco, fray Lorenzo de Medina, Antonio Fernández, capitán Miguel de la Garza Falcón, capitán Blas María de la Garza Falcón, Antonio Ladrón de Guevara, capitán Carlos Cantú, Francisco Manrique de Lara y el marqués del Castillo de Aysa.
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El Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE) sostiene que el día 20 de enero de 1747, el capitán de la Jurisdicción de Tampico tenía la encomienda de Escandón de examinar la costa junto con 150 hombres a su cargo.
Analizando las palabras del Informe
En el “Informe para reconocer, pacificar y poblar la Costa del Seno Mexicano” se puede leer como el Coronel estaba consternado por la situación política y religiosa de la Sierra Gorda, diciendo:
“[Hay que pacificar y poblar] aquella importantísima costa; que se puede decir, ha sido mengua de la nación española, tenerla en el estado en que se halla, al cabo de tantos años, ignorando lo que contenía en sí, expuesta a que la hubiera poblado alguna nación extranjera, y lo que es más, en la tirana esclavitud del demonio, aquella máquina de almas, en el centro del reino”.
Cuando Escandón enuncia sobre la Sierra Gorda que “se puede decir, ha sido mengua de la nación española, tenerla en el estado en que se halla, al cabo de tantos años”, se refiere al periodo transcurrido desde el inicio de la colonización hasta el momento en que él redacta su Informe.
La colonización del México prehispánico se desarrolló a partir de 1535, momento en que finaliza el período de conquista e inicia el Virreinato de la Nueva España.
Escandón evidencia que, de 1535 a 1747, las autoridades españolas aún no habían logrado controlar la costa nordeste del Seno Mexicano. En otras palabras, pasaron 212 años desde la instauración del Virreinato, pero los grupos indígenas de pames y jonases no cesaban en su lucha por preservar la autonomía de su territorio.
Cuando el autor señala que hay que salvar la zona de “la tirana esclavitud del demonio, aquella máquina de almas, en el centro del reino”, por “máquina de almas” se refiere a los asentamientos indígenas. Los cuales son representados en el Mapa y en el Informe cómo personajes bélicos, contrarios a la fe católica.
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José de Escandón y Helguera tenía el firme propósito de “pacificar” a los pames y a los jonases, con el objetivo de “poblar” la zona de familias españolas. De esa manera, el Coronel pretendía evitar tanto una invasión extranjera, como aprovechar los recursos naturales de la región en beneficio de la corona española.
¿Por qué la Sierra Gorda era tan importante para la colonización? José de Escandón lo explica muy claro: el control de la costa era vital para preservar y aumentar el control del Virreinato sobre la Nueva España.
