Gabriela, venezolana de 15 años de edad, miraba nerviosa el Río Bravo, pensaba en los riesgos, se imaginaba cómo sería cruzarlo sobre un colchón inflable y la angustia aumentaba cuando se ponía a pensar en qué pasaría cuando se pusiera a disposición de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos.
La menor llegó con su familia hace meses a Tamaulipas, pidieron refugio en la Casa Migrante de Matamoros y ahí se instalaron con la esperanza de que la aplicación CBP les otorgará una cita que les permitiera ingresar a Estados Unidos legalmente, o de lo contrario, lanzarse al río y entregarse a las autoridades.
¿Por qué dejó Venezuela?
Ella huyó de Venezuela junto con su mamá, tíos y primos porque asegura que en este país ya no hay oportunidades.
“Salí de Venezuela por que está muy duro y eso nos obliga a todos nosotros a emigrar y buscar un sueño, por ejemplo, ahorita no hay clases y es muy difícil porque la educación está primero y no se puede avanzar porque no hay estudios”, relató la joven.
Recorrió miles de kilómetros, hay veces en carro y otras muchas a pie, su travesía incluyó la selva del Darién, entre Colombia y Panamá, así como por zonas desérticas entre Chile y Perú.
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“La verdad la selva es muy difícil, pero yo lo tomé como una aventura, como un campamento, bañándome en el río. Una vez me desmayé porque era puro desierto y me había deshidratado, vi cadáveres en la selva, pero eso nos ayudó a avanzar más rápido”, declaró.
“Nuestra familia de Venezuela se quedó preocupada por nosotros por el cruce por la selva y por lo peligroso que dicen que es México”, añadió.
“Gracias a Dios nos han tratado bien porque estamos en un refugio, ahí nos recibieron con los brazos abiertos y nos daban todo”, expresó.
Después de muchos días de espera, de acudir al campamento, donde subsisten al menos mil 500 migrantes y observar cómo cruzan prácticamente de forma masiva el río, Gabriela y su familia se habían decidido a llegar a Estados Unidos por medio de este río donde apenas hace unos días murió uno de sus compatriotas.
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Llegó la cita en el último momento
El día límite que se puso la familia fue el 3 de mayo, en esa fecha cruzarían como muchos lo hacen por el río, sin embargo, la suerte les sonrío porque justo en ese momento obtuvieron su cita por medio de la aplicación CBP One.
“La cita la hice desde el celular, fue algo muy emocionante, comenzamos a llorar porque si no nos hubiera salido la cita estaríamos aquí en algo tan difícil”, expresó la adolescente junto al río Bravo, observando cómo sus connacionales arriesgan sus vidas al lanzarse al agua”, declaró la joven.
“Todos tenemos ese momento de desesperación y pensamos lanzarnos por el río, incluso ya habíamos planeado cruzar y ese día nos salió la cita para el 3 de mayo”, contó con alegría.
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Tras el logro obtenido, Gabriela y su familia ayudaron a algunos de sus paisanos para tramitar la cita.
“Es muy triste ver cómo hacen esto, por qué lo hacen por un sueño por un futuro. Porque una persona no supo gobernar un país. Vamos, sí se puede con la cita, habemos venezolanos buenos, sí se puede”, aseguró la joven.
Gabriela, quien estaba a punto de cruzar el río Bravo cuando Estados Unidos les dio la oportunidad de ingresar ya se encuentra en este territorio de Joe Biden y Donald Trump, tal vez el sueño americano apenas comienza.
Con información de EnlaceMx