/ lunes 28 de junio de 2021

Desde el faro | Hasta luego cocodrilo, no pasaste de caimán

Así versa la canción al ritmo del rock and roll, interpretada por Bill Haley en la mitad de la década de los años 50, haciendo alusión a una despedida amorosa.

Sin embargo, el tema de los cocodrilos se torna relevante debido a los acontecimientos recientes en donde cada vez y con más frecuencia se registran hechos lamentables de experiencias con los saurios que habitan y conviven de manera “socializada” con la población, digo socializada porque ya es normal para los residentes de la zona, encontrarlos cuando van cruzando el Perimetral, saliendo de una alcantarilla, verlos en todas las lagunas o de plano en la cochera o jardín de una casa.

El punto es que ha rebasado de ser solo espectadores en lo que pareciera un atractivo turístico en la Laguna del Carpintero a representar un peligro latente en todas las lagunas de la zona.

Por la ubicación geográfica en la que nos encontramos, estamos rodeados de agua, tanto de lagunas como por el río Pánuco.

En una nota del extinto periódico El Mundo de 1973, publicó un reportaje del pequeño zoológico que se encontraba en la parte trasera de la presidencia municipal de Ciudad Madero, donde se veía en la fotografía un cocodrilo de gran tamaño.

En ese estanque habitaban dos ejemplares como aparte del zoológico donde también había tortugas, un chango y otros animalitos.

Tristemente nos estamos acostumbrando a ver noticias trágicas en donde personas invaden el hábitat de los saurios con resultados trágicos.

En el caso específico de la laguna del Parque Bicentenario, construido en 2010 como parte de las actividades conmemorativas al Centenario y Bicentenario, por Sergio Posadas Lara, en donde se retiraron 300 toneladas de basura para recuperar el estanque que había sido rellenado de basura, se trabajó muy conscientemente para precisamente evitar que alguno de estos animales se colara a la laguna por el canal de agua que viene de la colonia Candelario Garza. Una malla que funcionó durante estos años hasta ahora que se ha reportado la presencia de dos ejemplares dentro del agua, lo que da como resultado la atinada decisión del alcalde Adrián Oseguera Kernion de cerrar el recinto para evitar alguna desgracia.

La pregunta es, ¿en qué momento proliferó tanto ejemplar? Los que ahora están en todos los espejos de agua como un peligro, incluso se registraron avistamientos en el río Pánuco donde el agua salada no es la más idónea para su desarrollo.

Valdría la pena recordar que los espacios de lagunas y manglares han sido reducidos como hábitat natural y sobre todo la imprudencia de la gente al exponerse de no tomar distancia y respeto a estos animales que actúan por instinto y son totalmente territoriales. Luego no quieran echar culpas a las autoridades por la misma imprudencia, ¡no se pongan en el tentadero!

Si las autoridades de Tampico, Madero y hasta de Altamira proponen como atractivos turísticos las lagunas, el trabajo de señalética donde se advierte del peligro y la instalación de mallas como lo están haciendo, ayudará al cuidado y protección del paseante, pero no a la imprudencia del mismo ciudadano.

Así que mi estimado lector, vamos a seguir viendo a los Juanchos y no nada más en vivo y a todo color, sino también como piezas de rico pan, rellenos de cajeta o de igual forma en las exóticas tortas de la barda, pero eso sí, de Juancho, que, por cierto, no las he probado, ¡así que me voy a dar a la tarea de degustarlas y les platico que tal están!

Nos vemos la próxima semana, Desde el Faro.

Lic. Adriana Carolina Infante Pacheco

Cronista municipal de Ciudad Madero



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