/ jueves 19 de agosto de 2021

Fractal | Creo que hay una tercera realidad en nuestro mundo, evolución o extinción

Creo que las señales son importantes en la vida, y los cambios que se presentan nos obligan a evolucionar.

La contingencia generada por el famoso bicho (covid 19) nos ha revolucionado la mente y la forma de vivir, pero en ocasiones nos dejamos llevar por información que es unidireccional, los medios, las farmacéuticas y la industria que se ha visto más que beneficiada con la tragedia de millones de personas, nos marcan un solo rumbo.

Pero me hago una pregunta al intentar usar un poquito más del 1% de mi cerebro.

¿Solo existirá ese camino?

Nos indican con colores cuando es seguro y cuando no, pero no es un secreto que el color cambia según lo que esté aconteciendo en la política o fechas importantes en las que por arte de magia el verde esperanza se hace presente, pero la realidad que se vive en la cuadra en la que vivimos o la ciudad en donde tenemos que transitar día con día es otra, es como si existieran 2 realidades.

Por qué no mirar si existe una tercera realidad, una en la que, como todo en la naturaleza, no se puede nadar contra corriente, se tiene que buscar el método para adaptarnos a este pequeño virus que miramos con ojos de enemigo, sin ponernos a pensar que existe la posibilidad que nos esté indicando el camino para evolucionar a una forma distinta de vida.

Es sabido que, para evitar enfermedades, el sistema inmunológico es la clave, y para mantenerlo sano es fundamental tener las siguientes características: alimentación sana, actividades físicas al aire libre, tomar sol para activar las células T, ejercitar cuerpo y mente, mantener un estado mental optimista y alegre, evitar enajenarse con información sin fundamento, que solo genera pánico e inmunodepresión.

Y así mismo se tiene que manejar toda enfermedad que busque ingresar en cualquier cuerpo, la gran polémica del regreso a clases es otro gran reto, pero si tomamos en cuenta lo que la naturaleza nos está enseñando, creo que existiría una posible opción.

En columnas anteriores les comenté sobre los beneficios de las escuelas al aire libre, en donde explico la metodología usada en países europeos, así evitamos nadar contra corriente y aprendemos que la naturaleza nos está exigiendo regresar a ella, qué beneficios existen en una educación en la naturaleza, que bien puede ser en parques habilitados como escuelas, aprovechar la sombra de un árbol frondoso, una palapa en la playa, etc.

Cuando un infante se desarrolla en un ambiente en el que puede interactuar con la naturaleza, sus sentidos se agudizan y la interacción con el sonido del aire, agua y animales crean una memoria con el entorno, y esto lo podemos recordar siempre, todos los que crecimos en contacto con la naturaleza, para nosotros es fácil rememorar el sonido de todo aquello que sentimos, escuchamos y olimos con solo cerrar los ojos, ¿por qué es esto posible?, pues porque está grabado en nuestro ser y forma parte de nosotros, el olor a tierra mojada, la textura de la grama en nuestras palmas, el agua fría del río o la calidez del sol por las mañanas nos acompañarán por siempre.

Pero retomando a los niños, ellos en nuestra nueva realidad y época actual jamás tendrán un recuerdo así y la falta de contacto con lo natural y sus estímulos causan un efecto de no pertenencia, o sea no tienen raíces, las transformaciones en nuestro cuerpo y mente solo fueron posibles por la necesidad y la supervivencia, “EVOLUCIONAMOS” pero si en este siglo no tenemos que esforzarnos por nada.

¿Cuál es la exigencia para nuestro cuerpo o mente?

Según las teorías de la neurociencia, un cerebro el cual tiene solo estímulos visuales como lo son los celulares, tabletas o pantallas, genera un trastorno en el desarrollo motriz, conductual y de interacción social, ni hablar del gran daño que ocasiona en la cuestión física a causa del sedentarismo; obesidad, debilidad muscular, sistema inmunológico deficiente, mal desarrollo en huesos y dientes por la falta de exposición solar, dando como resultado niños extremadamente susceptibles a todo, psicológica y físicamente.

Mi opinión sería analizar todas las posibilidades de forma simbiótica y más amigable con nuestra biología, y sé que hay opciones en las que los infantes y nosotros como adultos podemos tener un mejor desarrollo, si todos aprendemos a vivir con nuestro nuevo vecino viral, entendiendo las cláusulas nuevas que nos está dictando la madre naturaleza, tenemos que comenzar a ver y a entender que es mejor nadar a favor de la corriente, hay que evolucionar, la madre naturaleza nos está indicando el camino, se tiene que regresar para poder ver bien el camino en ocasiones.

“En la naturaleza no hay wifi, pero seguro que consigues una mejor conexión”.

O ¿usted qué opina?

Regeneración 19.

Creo que las señales son importantes en la vida, y los cambios que se presentan nos obligan a evolucionar.

La contingencia generada por el famoso bicho (covid 19) nos ha revolucionado la mente y la forma de vivir, pero en ocasiones nos dejamos llevar por información que es unidireccional, los medios, las farmacéuticas y la industria que se ha visto más que beneficiada con la tragedia de millones de personas, nos marcan un solo rumbo.

Pero me hago una pregunta al intentar usar un poquito más del 1% de mi cerebro.

¿Solo existirá ese camino?

Nos indican con colores cuando es seguro y cuando no, pero no es un secreto que el color cambia según lo que esté aconteciendo en la política o fechas importantes en las que por arte de magia el verde esperanza se hace presente, pero la realidad que se vive en la cuadra en la que vivimos o la ciudad en donde tenemos que transitar día con día es otra, es como si existieran 2 realidades.

Por qué no mirar si existe una tercera realidad, una en la que, como todo en la naturaleza, no se puede nadar contra corriente, se tiene que buscar el método para adaptarnos a este pequeño virus que miramos con ojos de enemigo, sin ponernos a pensar que existe la posibilidad que nos esté indicando el camino para evolucionar a una forma distinta de vida.

Es sabido que, para evitar enfermedades, el sistema inmunológico es la clave, y para mantenerlo sano es fundamental tener las siguientes características: alimentación sana, actividades físicas al aire libre, tomar sol para activar las células T, ejercitar cuerpo y mente, mantener un estado mental optimista y alegre, evitar enajenarse con información sin fundamento, que solo genera pánico e inmunodepresión.

Y así mismo se tiene que manejar toda enfermedad que busque ingresar en cualquier cuerpo, la gran polémica del regreso a clases es otro gran reto, pero si tomamos en cuenta lo que la naturaleza nos está enseñando, creo que existiría una posible opción.

En columnas anteriores les comenté sobre los beneficios de las escuelas al aire libre, en donde explico la metodología usada en países europeos, así evitamos nadar contra corriente y aprendemos que la naturaleza nos está exigiendo regresar a ella, qué beneficios existen en una educación en la naturaleza, que bien puede ser en parques habilitados como escuelas, aprovechar la sombra de un árbol frondoso, una palapa en la playa, etc.

Cuando un infante se desarrolla en un ambiente en el que puede interactuar con la naturaleza, sus sentidos se agudizan y la interacción con el sonido del aire, agua y animales crean una memoria con el entorno, y esto lo podemos recordar siempre, todos los que crecimos en contacto con la naturaleza, para nosotros es fácil rememorar el sonido de todo aquello que sentimos, escuchamos y olimos con solo cerrar los ojos, ¿por qué es esto posible?, pues porque está grabado en nuestro ser y forma parte de nosotros, el olor a tierra mojada, la textura de la grama en nuestras palmas, el agua fría del río o la calidez del sol por las mañanas nos acompañarán por siempre.

Pero retomando a los niños, ellos en nuestra nueva realidad y época actual jamás tendrán un recuerdo así y la falta de contacto con lo natural y sus estímulos causan un efecto de no pertenencia, o sea no tienen raíces, las transformaciones en nuestro cuerpo y mente solo fueron posibles por la necesidad y la supervivencia, “EVOLUCIONAMOS” pero si en este siglo no tenemos que esforzarnos por nada.

¿Cuál es la exigencia para nuestro cuerpo o mente?

Según las teorías de la neurociencia, un cerebro el cual tiene solo estímulos visuales como lo son los celulares, tabletas o pantallas, genera un trastorno en el desarrollo motriz, conductual y de interacción social, ni hablar del gran daño que ocasiona en la cuestión física a causa del sedentarismo; obesidad, debilidad muscular, sistema inmunológico deficiente, mal desarrollo en huesos y dientes por la falta de exposición solar, dando como resultado niños extremadamente susceptibles a todo, psicológica y físicamente.

Mi opinión sería analizar todas las posibilidades de forma simbiótica y más amigable con nuestra biología, y sé que hay opciones en las que los infantes y nosotros como adultos podemos tener un mejor desarrollo, si todos aprendemos a vivir con nuestro nuevo vecino viral, entendiendo las cláusulas nuevas que nos está dictando la madre naturaleza, tenemos que comenzar a ver y a entender que es mejor nadar a favor de la corriente, hay que evolucionar, la madre naturaleza nos está indicando el camino, se tiene que regresar para poder ver bien el camino en ocasiones.

“En la naturaleza no hay wifi, pero seguro que consigues una mejor conexión”.

O ¿usted qué opina?

Regeneración 19.