2021 en el imaginario popular, la gran mayoría de los nacidos en los años 60 ó 70, que crecimos con las historias de Julio Verne, vislumbrábamos un entorno futurista con coches voladores y viajes al espacio, donde la civilización humana tenía el control perfecto de todo, y las soluciones para los grandes problemas se simplificaban.
No existía pobreza, las enfermedades ya estaban erradicadas y la cuestión alimenticia sería cubierta al ingerir sólo cápsulas nutritivas o hidratando comida como la de los astronautas de las historias fantásticas, pero la realidad golpea nuestras narices, ya pasamos el año 2000 tan icónico y 20 años más adelante, la cruda verdad nos está haciendo recordar otras historias, las cuales también fueron parte de nuestro legado cultural.
Estas historias son las de las culturas como la maya o azteca que desaparecieron sin explicación o por lo menos no hay aún una versión científica de por qué un imperio tan adelantado a su época se extinguió, algunos científicos culpan a las grandes sequías que azotaron el continente, y generaron hambruna, y por consecuencia la aparición de nuevas enfermedades que diezmaron la población, otros lo atribuyen al descontrol social y el aumento en la densidad de la población, generando una sobreexplotación de los recursos naturales, según los relatos del historiador y misionero español Juan de Torquemada, una epidemia devastadora, la cual se menciona con el nombre de “cocoliztli” redujo una población aproximada de 20 millones a tan sólo 2 millones, causando la debacle de un gran imperio, aquí es donde las coincidencias del pasado toman gran importancia en este futuro, si aprendemos de nuestros errores nos podemos dar cuenta que, la sobrecarga de población, el daño al entorno, sobreexplotación de los recursos, mala alimentación, cambios dramáticos en la forma de producir los alimentos a gran escala, la contaminación de los mantos acuíferos, son una radiografía de la época actual, y sin afán de vaticinar ni predecir el futuro próximo, creo que cualquiera que tenga sentido común y dos ojos, se puede dar cuenta de lo que puede pasar, si seguimos como niños soñando con naves espaciales y seres intergalácticos, o miramos al pasado y aprendemos de la historia dramática y cruda, pero es la que puede mostrarnos hacia dónde nos dirigimos.
El ciclo se repite, en nosotros está evitar que otro pequeño bicho escriba las últimas letras de este bucle en el que estamos atrapados.
“La primera oportunidad se da, la segunda se gana y la tercera no existe”.
O ¿usted qué opina?
Regeneración 19
