/ domingo 18 de febrero de 2024

Hablando de medicina y salud / Hígado graso metabólico no alcohólico

Hace algunos años atrás nos preguntábamos por qué alguien que nunca en su vida había consumido alcohol presentaba cirrosis y el único factor de riesgo que tenía era la obesidad. En los últimos años hemos ido comprendiendo poco a poco los factores de riesgo asociados a esta enfermedad que gracias a las nuevas tecnologías podemos prevenir, detectar y tratar de forma temprana.

El hígado graso también conocido como esteatosis hepática, es una enfermedad silenciosa que afecta a millones de personas en el mundo. Se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado que finalmente altera su función y que finalmente puede ocasionar cirrosis y la pérdida de la función de este órgano vital.

Las causas de hígado graso son diversas, pero sin duda la más importante es la obesidad, la diabetes tipo 2 que es asociada a resistencia a la insulina y que en la mayoría de las personas podemos detectar mediante el obscurecimiento de algunas partes del cuerpo mejor conocida como acantosis nigricans; los niveles altos de colesterol y triglicéridos con otras de las grasas que pueden estar presentes en la sangre son factores de riesgo significativo para esta patología. En el caso de los consumidores de alcohol este es un factor de riesgo para presentar alteraciones en el funcionamiento del hígado, principalmente en aquellos que tienen un consumo excesivo.

En muchos casos los síntomas son muy sutiles, sin embargo, algunas personas pueden presentar fatiga, debilidad, dolor abdominal, pérdida del apetito, nauseas e hígado agrandado.

Uno de los estudios que ayudan a detectar esta enfermedad es el ultrasonido hepático, en algunos casos se agrega una técnica de elastografía; estos pueden complementarse con pruebas de funcionamiento hepático en sangre y más recientemente se ha documentado el uso del FibroScan que es una técnica novedosa que permite diagnosticar y dar seguimiento de forma no invasiva para las personas que viven con este padecimiento. Finalmente, la biopsia hepática permite mediante punción tomar una muestra del hígado y analizarla para documentar la presencia de hígado graso.

Sin duda un estilo de vida adecuado ayudará a prevenir el hígado graso, debemos tratar en primer término la obesidad, controlar la resistencia a la insulina y la diabetes, reducir los niveles de colesterol y triglicéridos y por supuesto evitar el consumo de alcohol. Tenemos que evitar las complicaciones crónicas del hígado graso como esteatohepatitis (NASH), la cual se caracteriza por la inflamación del hígado, la cirrosis y el cáncer de hígado. Para ello debemos mantener un peso saludable con disminución de la grasa abdominal, llevar una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente e insisto evitar el consumo de alcohol.

El hígado graso puede ser una enfermedad grave, pero con una intervención temprana en el diagnóstico y tratamiento adecuado puede prevenir el daño hepático y mejorar la calidad de vida a largo plazo. Si has escuchado en este artículo que tienes o puedes tener factores de riesgo para este padecimiento acude con tu médico y plática con él sobre tu preocupación y tu deseo de prevenir este padecimiento.

Hace algunos años atrás nos preguntábamos por qué alguien que nunca en su vida había consumido alcohol presentaba cirrosis y el único factor de riesgo que tenía era la obesidad. En los últimos años hemos ido comprendiendo poco a poco los factores de riesgo asociados a esta enfermedad que gracias a las nuevas tecnologías podemos prevenir, detectar y tratar de forma temprana.

El hígado graso también conocido como esteatosis hepática, es una enfermedad silenciosa que afecta a millones de personas en el mundo. Se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado que finalmente altera su función y que finalmente puede ocasionar cirrosis y la pérdida de la función de este órgano vital.

Las causas de hígado graso son diversas, pero sin duda la más importante es la obesidad, la diabetes tipo 2 que es asociada a resistencia a la insulina y que en la mayoría de las personas podemos detectar mediante el obscurecimiento de algunas partes del cuerpo mejor conocida como acantosis nigricans; los niveles altos de colesterol y triglicéridos con otras de las grasas que pueden estar presentes en la sangre son factores de riesgo significativo para esta patología. En el caso de los consumidores de alcohol este es un factor de riesgo para presentar alteraciones en el funcionamiento del hígado, principalmente en aquellos que tienen un consumo excesivo.

En muchos casos los síntomas son muy sutiles, sin embargo, algunas personas pueden presentar fatiga, debilidad, dolor abdominal, pérdida del apetito, nauseas e hígado agrandado.

Uno de los estudios que ayudan a detectar esta enfermedad es el ultrasonido hepático, en algunos casos se agrega una técnica de elastografía; estos pueden complementarse con pruebas de funcionamiento hepático en sangre y más recientemente se ha documentado el uso del FibroScan que es una técnica novedosa que permite diagnosticar y dar seguimiento de forma no invasiva para las personas que viven con este padecimiento. Finalmente, la biopsia hepática permite mediante punción tomar una muestra del hígado y analizarla para documentar la presencia de hígado graso.

Sin duda un estilo de vida adecuado ayudará a prevenir el hígado graso, debemos tratar en primer término la obesidad, controlar la resistencia a la insulina y la diabetes, reducir los niveles de colesterol y triglicéridos y por supuesto evitar el consumo de alcohol. Tenemos que evitar las complicaciones crónicas del hígado graso como esteatohepatitis (NASH), la cual se caracteriza por la inflamación del hígado, la cirrosis y el cáncer de hígado. Para ello debemos mantener un peso saludable con disminución de la grasa abdominal, llevar una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente e insisto evitar el consumo de alcohol.

El hígado graso puede ser una enfermedad grave, pero con una intervención temprana en el diagnóstico y tratamiento adecuado puede prevenir el daño hepático y mejorar la calidad de vida a largo plazo. Si has escuchado en este artículo que tienes o puedes tener factores de riesgo para este padecimiento acude con tu médico y plática con él sobre tu preocupación y tu deseo de prevenir este padecimiento.