/ domingo 31 de marzo de 2024

Hablando de medicina y salud / La obesidad en la población femenina. Perspectivas presentes y futuras

Hemos estado celebrando durante el transcurso de este mes a las mujeres no solo en el tema de la igualdad entre hombres y mujeres, no solo en los aspectos de derechos humanos, sino que también debemos abordar el tema en cuestión a los derechos a la salud: reproductiva, sexual y acceso a la salud pública.

También en este mes que termina celebramos el Día Internacional de la Concientización sobre la Obesidad; un problema de salud pública global que no solo afecta la calidad de vida, sino que incrementa el riesgo de enfermedades como diabetes, hipertensión y cardiovasculares. Sin embargo, con el avance de la medicina han surgido tratamientos altamente eficaces para la obesidad que no solo ayudan en la gestión del peso sino en la reducción de la morbimortalidad de la población en general. Haremos un análisis de esos dos tópicos en este artículo.

Como platicamos al inicio de este mes, la mujer enfrenta retos únicos durante la vida por los cambios hormonales en las diferentes etapas por las que atraviesa y que afectan la composición corporal; la niñez, la pubertad, el embarazo y la menopausia son solo algunos de estos cambios trascendentes que modifican la grasa corporal. Además, los roles sociales y culturales influyen sobre los hábitos, la gestión del tiempo, la participación en actividades físicas y, por supuesto, su alimentación. Tener en cuenta estos factores nos hace entender las diferencias epidemiológicas de la obesidad a nivel global y en los países con más carencias, en donde la población más vulnerable sin duda es la femenina.

Actualmente existen terapias innovadoras efectivas y aprobadas para el tratamiento de la obesidad que incluyen medicamentos que actúan inhibiendo el apetito como es el caso de la fentermina, aquellos que actúan impidiendo la absorción de las grasas en el intestino como es el caso del Orlistat por años comercializado; más recientemente han surgido tratamientos efectivos basados en el efecto “incretina”, los también llamados análogos de GLP-1 por sus siglas en inglés Glucagon Like peptide 1 y que han demostrado ser no solamente eficaces en la reducción de peso, sino en la prevención del riesgo cardiovascular. El problema: el COSTO. Una de las terapias que se han venido desarrollando durante décadas ha sido la de la cirugía bariátrica con sus diferentes modalidades desde restrictivas (limitación en la capacidad del consumo de alimentos) así como las metabólicas (alterando la absorción y metabolismo de los alimentos) con indicaciones precisas y con riesgos a considerar de forma adecuados antes de decidir un procedimiento de este tipo.

No debemos dejar de lado el hecho que un programa efectivo de reducción de peso cualquiera que sea debe incluir asesoría nutricional, educativa, cambios en el comportamiento, además del abordaje psicoemocional de la mujer para asegurar un cambio que perdura en tiempo; este enfoque holístico asegura la eficacia a largo plazo de cualquier tratamiento e intervención en la lucha contra la obesidad.

Se vienen en los próximos meses y años en nuestro país cambios significativos en el abordaje de la obesidad, la disponibilidad de los medicamentos existentes como Semaglutide; la comercialización en México de las terapias con eficacia demostrada en los estudios, como la Tirzepatida y en el futuro la llegada de nuevas moléculas en desarrollo. Sin duda vienen a cambiar el panorama de esta terrible enfermedad y la visión que habíamos tenido de la misma.

A pesar de todas estas buenas noticias se requiere un cambio en las políticas de la salud pública que limite la brecha de desigualdad para el acceso a un programa de intervención integral y de acceso universal. Cuando entendamos que la inversión en estos programas y terapias impactará en la reducción de los costos en salud y en una mejor calidad de vida para nuestra población y nuestras mujeres habremos crecido como sociedad.

Hemos estado celebrando durante el transcurso de este mes a las mujeres no solo en el tema de la igualdad entre hombres y mujeres, no solo en los aspectos de derechos humanos, sino que también debemos abordar el tema en cuestión a los derechos a la salud: reproductiva, sexual y acceso a la salud pública.

También en este mes que termina celebramos el Día Internacional de la Concientización sobre la Obesidad; un problema de salud pública global que no solo afecta la calidad de vida, sino que incrementa el riesgo de enfermedades como diabetes, hipertensión y cardiovasculares. Sin embargo, con el avance de la medicina han surgido tratamientos altamente eficaces para la obesidad que no solo ayudan en la gestión del peso sino en la reducción de la morbimortalidad de la población en general. Haremos un análisis de esos dos tópicos en este artículo.

Como platicamos al inicio de este mes, la mujer enfrenta retos únicos durante la vida por los cambios hormonales en las diferentes etapas por las que atraviesa y que afectan la composición corporal; la niñez, la pubertad, el embarazo y la menopausia son solo algunos de estos cambios trascendentes que modifican la grasa corporal. Además, los roles sociales y culturales influyen sobre los hábitos, la gestión del tiempo, la participación en actividades físicas y, por supuesto, su alimentación. Tener en cuenta estos factores nos hace entender las diferencias epidemiológicas de la obesidad a nivel global y en los países con más carencias, en donde la población más vulnerable sin duda es la femenina.

Actualmente existen terapias innovadoras efectivas y aprobadas para el tratamiento de la obesidad que incluyen medicamentos que actúan inhibiendo el apetito como es el caso de la fentermina, aquellos que actúan impidiendo la absorción de las grasas en el intestino como es el caso del Orlistat por años comercializado; más recientemente han surgido tratamientos efectivos basados en el efecto “incretina”, los también llamados análogos de GLP-1 por sus siglas en inglés Glucagon Like peptide 1 y que han demostrado ser no solamente eficaces en la reducción de peso, sino en la prevención del riesgo cardiovascular. El problema: el COSTO. Una de las terapias que se han venido desarrollando durante décadas ha sido la de la cirugía bariátrica con sus diferentes modalidades desde restrictivas (limitación en la capacidad del consumo de alimentos) así como las metabólicas (alterando la absorción y metabolismo de los alimentos) con indicaciones precisas y con riesgos a considerar de forma adecuados antes de decidir un procedimiento de este tipo.

No debemos dejar de lado el hecho que un programa efectivo de reducción de peso cualquiera que sea debe incluir asesoría nutricional, educativa, cambios en el comportamiento, además del abordaje psicoemocional de la mujer para asegurar un cambio que perdura en tiempo; este enfoque holístico asegura la eficacia a largo plazo de cualquier tratamiento e intervención en la lucha contra la obesidad.

Se vienen en los próximos meses y años en nuestro país cambios significativos en el abordaje de la obesidad, la disponibilidad de los medicamentos existentes como Semaglutide; la comercialización en México de las terapias con eficacia demostrada en los estudios, como la Tirzepatida y en el futuro la llegada de nuevas moléculas en desarrollo. Sin duda vienen a cambiar el panorama de esta terrible enfermedad y la visión que habíamos tenido de la misma.

A pesar de todas estas buenas noticias se requiere un cambio en las políticas de la salud pública que limite la brecha de desigualdad para el acceso a un programa de intervención integral y de acceso universal. Cuando entendamos que la inversión en estos programas y terapias impactará en la reducción de los costos en salud y en una mejor calidad de vida para nuestra población y nuestras mujeres habremos crecido como sociedad.