/ sábado 2 de diciembre de 2023

Hablemos de tecnología | Código Darwin

Infinita es la necedad de los que, aun teniendo ojos, no pueden ver. La inteligencia artificial y sus derivados ya están transformando los cimientos del mundo, hay personas e instituciones que se quedarán obsoletas en el corto plazo, mientras que aquellas que sigan puntuales al Darwinismo han entendido de lo que se trata “Renovarse o morir”.

Ha muerto el rey, que viva el rey. Estimado lector, permítame llevarlo en un viaje hacia el futuro, uno donde la inteligencia artificial (IA) no solo responde a nuestras necesidades, sino que aprende, se adapta y evoluciona con nosotros. En este mundo fascinante, la IA adaptativa es más que una tecnología emergente; es una promesa de transformación y un espejo de nuestra propia capacidad de adaptación. Somos, sin más, el Universo y su evolución, admirándose a sí mismo.

La IA adaptativa es un paradigma en evolución. La inteligencia artificial adaptativa, como bien lo sugiere su nombre, se basa en la capacidad de adaptación. No es una IA estática, sino una que evoluciona, aprendiendo continuamente del entorno y ajustando sus respuestas en consecuencia. Según un estudio de Gartner, para 2023, el 40% de las aplicaciones de infraestructura y operaciones usarán IA adaptativa, destacando su creciente importancia en el sector tecnológico.

Esta forma de IA se diferencia de la IA generativa, que, aunque poderosa, se limita a los datos con los que ha sido entrenada. La IA adaptativa, por otro lado, no solo aprende de nuevos datos, sino que también puede cambiar su comportamiento y hacer predicciones, todo esto en tiempo real. Esto representa un salto cualitativo en cómo las máquinas entienden y actúan en nuestro mundo.

Sus aplicaciones en la sociedad y la empresa son grandes. Imagine, amigo lector, una IA que no solo automatiza tareas, sino que también mejora su rendimiento a medida que se enfrenta a nuevos desafíos y situaciones. Desde la selección de contenidos hasta la automatización de procesos industriales, la IA adaptativa está encontrando su camino en prácticamente todas las áreas de nuestra vida. Un ejemplo es el uso de IA adaptativa en el procesamiento de lenguaje natural, mejorando la manera en que las máquinas entienden y responden al lenguaje humano.

En el ámbito empresarial, la IA adaptativa puede ser un cambio de juego. Puede transformar cómo las empresas operan y toman decisiones, adaptándose a los cambios del mercado y las necesidades del cliente de manera más eficiente que nunca. Podríamos tener en el futuro Inteligencias Artificiales capaces de llevar la administración y la toma de decisiones de grandes corporaciones basadas en datos, ¿Se imagina?, y aún mejor, a diferencia de los macro sueldos de los CEO de estas empresas, las IA, son gratis.

Entonces, ¿Qué nos depara el futuro? El futuro de la IA adaptativa es prometedor. No solo nos brinda la posibilidad de máquinas más inteligentes y receptivas, sino también la promesa de un mundo donde la tecnología se adapte a nosotros, mejorando nuestras vidas de maneras que aún no podemos imaginar completamente.

Sin embargo, con grandes poderes vienen grandes responsabilidades -Tío Ben-. La implementación de IA adaptativa requiere un enfoque ético y considerado, asegurando que su desarrollo y uso beneficie a la sociedad en su conjunto.

Poco -si no es que nada- impediría a una IA adaptativa razonar sobre las fronteras éticas de la condición humana, derechos humanos, derecho a la libertad, al libre albedrío, o incluso tal vez, derecho a la vida.

La IA adaptativa no es solo una tecnología del futuro; es una realidad que está moldeando nuestro presente. Y como siempre, usted y yo somos parte de este emocionante viaje, testigos y protagonistas de una era donde las máquinas no solo piensan, sino que también aprenden y crecen con nosotros. Así que, miremos hacia adelante con optimismo y curiosidad, listos para adaptarnos y prosperar en esta nueva frontera de la inteligencia artificial.

Facebook:

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Twitter:

@lalodelatorreg

Correo:

tecnologia@lalodelatorre.com

Infinita es la necedad de los que, aun teniendo ojos, no pueden ver. La inteligencia artificial y sus derivados ya están transformando los cimientos del mundo, hay personas e instituciones que se quedarán obsoletas en el corto plazo, mientras que aquellas que sigan puntuales al Darwinismo han entendido de lo que se trata “Renovarse o morir”.

Ha muerto el rey, que viva el rey. Estimado lector, permítame llevarlo en un viaje hacia el futuro, uno donde la inteligencia artificial (IA) no solo responde a nuestras necesidades, sino que aprende, se adapta y evoluciona con nosotros. En este mundo fascinante, la IA adaptativa es más que una tecnología emergente; es una promesa de transformación y un espejo de nuestra propia capacidad de adaptación. Somos, sin más, el Universo y su evolución, admirándose a sí mismo.

La IA adaptativa es un paradigma en evolución. La inteligencia artificial adaptativa, como bien lo sugiere su nombre, se basa en la capacidad de adaptación. No es una IA estática, sino una que evoluciona, aprendiendo continuamente del entorno y ajustando sus respuestas en consecuencia. Según un estudio de Gartner, para 2023, el 40% de las aplicaciones de infraestructura y operaciones usarán IA adaptativa, destacando su creciente importancia en el sector tecnológico.

Esta forma de IA se diferencia de la IA generativa, que, aunque poderosa, se limita a los datos con los que ha sido entrenada. La IA adaptativa, por otro lado, no solo aprende de nuevos datos, sino que también puede cambiar su comportamiento y hacer predicciones, todo esto en tiempo real. Esto representa un salto cualitativo en cómo las máquinas entienden y actúan en nuestro mundo.

Sus aplicaciones en la sociedad y la empresa son grandes. Imagine, amigo lector, una IA que no solo automatiza tareas, sino que también mejora su rendimiento a medida que se enfrenta a nuevos desafíos y situaciones. Desde la selección de contenidos hasta la automatización de procesos industriales, la IA adaptativa está encontrando su camino en prácticamente todas las áreas de nuestra vida. Un ejemplo es el uso de IA adaptativa en el procesamiento de lenguaje natural, mejorando la manera en que las máquinas entienden y responden al lenguaje humano.

En el ámbito empresarial, la IA adaptativa puede ser un cambio de juego. Puede transformar cómo las empresas operan y toman decisiones, adaptándose a los cambios del mercado y las necesidades del cliente de manera más eficiente que nunca. Podríamos tener en el futuro Inteligencias Artificiales capaces de llevar la administración y la toma de decisiones de grandes corporaciones basadas en datos, ¿Se imagina?, y aún mejor, a diferencia de los macro sueldos de los CEO de estas empresas, las IA, son gratis.

Entonces, ¿Qué nos depara el futuro? El futuro de la IA adaptativa es prometedor. No solo nos brinda la posibilidad de máquinas más inteligentes y receptivas, sino también la promesa de un mundo donde la tecnología se adapte a nosotros, mejorando nuestras vidas de maneras que aún no podemos imaginar completamente.

Sin embargo, con grandes poderes vienen grandes responsabilidades -Tío Ben-. La implementación de IA adaptativa requiere un enfoque ético y considerado, asegurando que su desarrollo y uso beneficie a la sociedad en su conjunto.

Poco -si no es que nada- impediría a una IA adaptativa razonar sobre las fronteras éticas de la condición humana, derechos humanos, derecho a la libertad, al libre albedrío, o incluso tal vez, derecho a la vida.

La IA adaptativa no es solo una tecnología del futuro; es una realidad que está moldeando nuestro presente. Y como siempre, usted y yo somos parte de este emocionante viaje, testigos y protagonistas de una era donde las máquinas no solo piensan, sino que también aprenden y crecen con nosotros. Así que, miremos hacia adelante con optimismo y curiosidad, listos para adaptarnos y prosperar en esta nueva frontera de la inteligencia artificial.

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