/ martes 23 de julio de 2019

Hacia el 2022

La rumorología habla de que desde el más alto nivel, se ha frenado cualquier intento para acelerar las intenciones de quienes buscarían en un par de años más, la sucesión estatal en Tamaulipas…al menos en Acción Nacional; sin embargo las apuestas ya se van centrando en varias figuras, cuyos nombres seguramente estaremos viendo cuando llegue el momento.

Incluso se podría decir que, ante el incierto panorama político nacional, todas las cartas están sobre la mesa y aún falta mucho, muchísimo tiempo para que podamos hablar en serio de la sucesión gubernamental en Tamaulipas; y aunque hoy podríamos especular que la contienda estaría polarizada entre el PAN y MORENA, como en la elección de este año; la realidad es que cada proceso electoral es distinto y los factores que entrarán en juego impiden cualquier acelere. En la última elección el PAN obtuvo el 48 por ciento de los votos, MORENA ganó el 27 por ciento, el PRI apenas un 10 por ciento y Movimiento Ciudadano apenas el 3 por ciento requerido para continuar como partido político en el estado; el resto, quedaron fuera.

Tampoco se ha definido si el próximo sexenio estatal será una realidad o sólo será un mandato de dos o cinco años, para empatarse, como marca la ley con el resto de las elecciones federales, una decisión que depende de la próxima Legislatura local y que podría cambiar drásticamente la decisión.

Los nombres que son públicos, que han “sonado” en el PAN están muy claros; Mariana Gómez de García Cabeza de Vaca, actual presidenta del DIF Tamaulipas, el senador Ismael García Cabeza de Vaca, el diputado local plurinominal y próximo pastor del Congreso, Gerardo Peña Flores, evidentemente el secretario general de Gobierno, César Verástegui Ostos y el jefe de la Oficina del Gobernador, Víctor Manuel Sáenz Martínez están en el primer círculo cercano de quien manda en Tamaulipas, aunque también sus amigos, los alcaldes de Nuevo Laredo Enrique Rivas Cuéllar y de Tampico Chucho Nader. Tampoco podría dejarse fuera de la lista a la alcaldesa de Reynosa, la doctora Maki Ortiz Domínguez.

Desde la Cuarta Transformación las cosas están tan turbias, como revuelto se ve el panorama en todo el país. El desconcierto de un partido dividido y que incluso se percibe al garete, no permite tampoco el futurismo.

Al interior del Movimiento de Regeneración Nacional se manejan los nombres del oficial mayor de la Secretaría de Educación, Héctor Garza González, del senador Américo Villarreal Anaya, del “Superdelegado” José Ramón Gómez Leal y de los alcaldes de Matamoros y Ciudad Madero, Mario Alberto López Hernández y Adrián Oseguera Kernion. Falta mucho para la decisión y los alcaldes de MORENA tienen la desventaja de que no podrían ser (al menos hasta ahora) reelectos, pues por ley, deben ser postulados por el mismo partido y en este caso en los estatutos de MORENA la reelección no está permitida, por lo que se quedarían sin plataforma para la contienda, aunque podrían formar parte del gobierno federal en el estado, lo que también les daría la proyección territorial que requieren. En el PRI sólo hay gente cabizbaja con muy pocos ánimos de seguir adelante, pero aún hay perfiles de quienes seguramente buscarán llegar a la candidatura; es el caso de los ex diputados federales Enrique Cárdenas del Avellano, Luis Alejandro Guevara Cobos y Edgardo Melhem Salinas.

Todos ellos saben muy bien que la cuesta que deben subir es muy pronunciada y llena de obstáculos. El único partido que aún podría considerarse “chico”, pero aún vivo en Tamaulipas, es el Movimiento Ciudadano, en donde aún no aparece ningún liderazgo visible, después del gris paso por el Congreso de Gustavo Cárdenas González. Sin figuras de peso estatal y recursos muy limitados, el movimiento naranja podría acabar en alguna coalición o enviando a la guerra a un perfil muy malo. Tampoco se avizora algún candidato independiente en el horizonte político estatal, pues cumplir con todos los requisitos que pide el árbitro electoral en tiempo y forma, parece una tarea titánica y con muy pocas posibilidades reales de competir, mucho menos de triunfar. Insisto en que falta mucho para el 2022 y antes hay que ver el nuevo panorama político que pintará la elección del 2021 de alcaldes, diputados federales y diputados locales. Falta mucho, pero no hay que perder de vista estos nombres.

E-MAIL: marioagamezh@hotmail.com

El mejor profeta del futuro es el pasado

Lord Byron, Poeta británico


La rumorología habla de que desde el más alto nivel, se ha frenado cualquier intento para acelerar las intenciones de quienes buscarían en un par de años más, la sucesión estatal en Tamaulipas…al menos en Acción Nacional; sin embargo las apuestas ya se van centrando en varias figuras, cuyos nombres seguramente estaremos viendo cuando llegue el momento.

Incluso se podría decir que, ante el incierto panorama político nacional, todas las cartas están sobre la mesa y aún falta mucho, muchísimo tiempo para que podamos hablar en serio de la sucesión gubernamental en Tamaulipas; y aunque hoy podríamos especular que la contienda estaría polarizada entre el PAN y MORENA, como en la elección de este año; la realidad es que cada proceso electoral es distinto y los factores que entrarán en juego impiden cualquier acelere. En la última elección el PAN obtuvo el 48 por ciento de los votos, MORENA ganó el 27 por ciento, el PRI apenas un 10 por ciento y Movimiento Ciudadano apenas el 3 por ciento requerido para continuar como partido político en el estado; el resto, quedaron fuera.

Tampoco se ha definido si el próximo sexenio estatal será una realidad o sólo será un mandato de dos o cinco años, para empatarse, como marca la ley con el resto de las elecciones federales, una decisión que depende de la próxima Legislatura local y que podría cambiar drásticamente la decisión.

Los nombres que son públicos, que han “sonado” en el PAN están muy claros; Mariana Gómez de García Cabeza de Vaca, actual presidenta del DIF Tamaulipas, el senador Ismael García Cabeza de Vaca, el diputado local plurinominal y próximo pastor del Congreso, Gerardo Peña Flores, evidentemente el secretario general de Gobierno, César Verástegui Ostos y el jefe de la Oficina del Gobernador, Víctor Manuel Sáenz Martínez están en el primer círculo cercano de quien manda en Tamaulipas, aunque también sus amigos, los alcaldes de Nuevo Laredo Enrique Rivas Cuéllar y de Tampico Chucho Nader. Tampoco podría dejarse fuera de la lista a la alcaldesa de Reynosa, la doctora Maki Ortiz Domínguez.

Desde la Cuarta Transformación las cosas están tan turbias, como revuelto se ve el panorama en todo el país. El desconcierto de un partido dividido y que incluso se percibe al garete, no permite tampoco el futurismo.

Al interior del Movimiento de Regeneración Nacional se manejan los nombres del oficial mayor de la Secretaría de Educación, Héctor Garza González, del senador Américo Villarreal Anaya, del “Superdelegado” José Ramón Gómez Leal y de los alcaldes de Matamoros y Ciudad Madero, Mario Alberto López Hernández y Adrián Oseguera Kernion. Falta mucho para la decisión y los alcaldes de MORENA tienen la desventaja de que no podrían ser (al menos hasta ahora) reelectos, pues por ley, deben ser postulados por el mismo partido y en este caso en los estatutos de MORENA la reelección no está permitida, por lo que se quedarían sin plataforma para la contienda, aunque podrían formar parte del gobierno federal en el estado, lo que también les daría la proyección territorial que requieren. En el PRI sólo hay gente cabizbaja con muy pocos ánimos de seguir adelante, pero aún hay perfiles de quienes seguramente buscarán llegar a la candidatura; es el caso de los ex diputados federales Enrique Cárdenas del Avellano, Luis Alejandro Guevara Cobos y Edgardo Melhem Salinas.

Todos ellos saben muy bien que la cuesta que deben subir es muy pronunciada y llena de obstáculos. El único partido que aún podría considerarse “chico”, pero aún vivo en Tamaulipas, es el Movimiento Ciudadano, en donde aún no aparece ningún liderazgo visible, después del gris paso por el Congreso de Gustavo Cárdenas González. Sin figuras de peso estatal y recursos muy limitados, el movimiento naranja podría acabar en alguna coalición o enviando a la guerra a un perfil muy malo. Tampoco se avizora algún candidato independiente en el horizonte político estatal, pues cumplir con todos los requisitos que pide el árbitro electoral en tiempo y forma, parece una tarea titánica y con muy pocas posibilidades reales de competir, mucho menos de triunfar. Insisto en que falta mucho para el 2022 y antes hay que ver el nuevo panorama político que pintará la elección del 2021 de alcaldes, diputados federales y diputados locales. Falta mucho, pero no hay que perder de vista estos nombres.

E-MAIL: marioagamezh@hotmail.com

El mejor profeta del futuro es el pasado

Lord Byron, Poeta británico