/ jueves 22 de abril de 2021

No se cambia el mundo con un smartphone | Hay personas que piden ayuda y no se dejan ayudar

Una de las fortalezas del individuo es reconocer cuáles son sus límites, al momento en que marcamos nuestro alcance nos volvemos más centrados y aceptamos que somos humanos.

“Me imagino que para eso son las asociaciones, para poder ayudar” fue el mensaje que llegó a mi Facebook esta semana con el cual una persona demostraba su descontento después de haberle expuesto que habíamos superado el límite de animales silvestres en lactancia que podemos recibir en el Centro de Rescate.

Las asociaciones civiles trabajan bajo tres principales limitantes: el dinero, el personal y el tiempo. En el primero de estos casos, la lactancias o las dietas de animales silvestres no son baratas y cuando una organización se decide a aceptar a un animal se compromete con que tendrá la alimentación que requiere para mantenerlo fuerte y en el mejor estado de salud. En segundo lugar hablemos del personal, la mayoría de las asociaciones se conforman por voluntarios y al no tener una responsabilidad laboral, el círculo de trabajo se hace más pequeño y en tercera por el tiempo, que es el recurso más valioso para cualquier persona.

Muchas de las veces no nos detenemos a ver que las personas que hacen estas labores son personas como tú y yo, que tienen un trabajo, que son estudiantes, que tienen familia, pareja, hijos o mascotas en su casa que también deben de atender y a pesar de todo eso, se dan el tiempo para poder apoyar a quien lo necesita y sin recibir una remuneración a cambio.

Ninguna institución debe sobrepasar su capacidad máxima, no lo hace un cine ni un restaurante, mucho menos un hospital, todos debemos conocer cuál es el alcance que tenemos, porque cuando lo rebasamos, estamos comprometiéndonos a descuidar a los animales que ya tenemos bajo resguardo. Es por eso, que no podemos decir que sí. Dicen que el que mucho abarca poco aprieta.

Sin embargo a pesar de no poder recibirlos, nunca negamos brindar una mano de ayuda. Muchas de las veces en cuanto nos vemos comprometidos con recibirlos, ofrecemos de manera gratuita el asesoramiento para que desde casa la persona que resguarda a los animales pueda darle las atenciones, ahora mismo estoy asesorando por redes sociales a cuatro personas que me han tomado la palabra. Pero digamos la verdad, las personas prefieren las cosas más fáciles.

Me he topado muchas veces casos similares a este y he podido entender la diferencia entre las personas que cuando encuentran un animal y buscan ayudarlo, a quienes realmente están buscando entregarlos a otros grupos para librarse de la responsabilidad.

He recibido llamadas de personas diciéndome que acaban de pasar por una esquina donde hay un animal que está tirado, pidiéndome que vaya a recogerlo. Y yo les pregunto, tú que acabas de pasar por ahí, ¿Por qué no hiciste nada para ayudarlo? En realidad no estás preocupado por el animal, sino por limpiar tu conciencia, porque que realmente no hiciste nada.

No es necesario que seamos groseros con las organizaciones que se dedican al rescate de los animales, recordemos que todas estas instituciones son sin fines de lucro y trabajan con voluntarios que incluso ponen su tiempo y dinero por ayudar a los demás.

Valoremos y respetemos su trabajo.

¡Escríbeme!

guillermoruizrmz@hotmail.com

Facebook.com/GuillermoRuizR

Una de las fortalezas del individuo es reconocer cuáles son sus límites, al momento en que marcamos nuestro alcance nos volvemos más centrados y aceptamos que somos humanos.

“Me imagino que para eso son las asociaciones, para poder ayudar” fue el mensaje que llegó a mi Facebook esta semana con el cual una persona demostraba su descontento después de haberle expuesto que habíamos superado el límite de animales silvestres en lactancia que podemos recibir en el Centro de Rescate.

Las asociaciones civiles trabajan bajo tres principales limitantes: el dinero, el personal y el tiempo. En el primero de estos casos, la lactancias o las dietas de animales silvestres no son baratas y cuando una organización se decide a aceptar a un animal se compromete con que tendrá la alimentación que requiere para mantenerlo fuerte y en el mejor estado de salud. En segundo lugar hablemos del personal, la mayoría de las asociaciones se conforman por voluntarios y al no tener una responsabilidad laboral, el círculo de trabajo se hace más pequeño y en tercera por el tiempo, que es el recurso más valioso para cualquier persona.

Muchas de las veces no nos detenemos a ver que las personas que hacen estas labores son personas como tú y yo, que tienen un trabajo, que son estudiantes, que tienen familia, pareja, hijos o mascotas en su casa que también deben de atender y a pesar de todo eso, se dan el tiempo para poder apoyar a quien lo necesita y sin recibir una remuneración a cambio.

Ninguna institución debe sobrepasar su capacidad máxima, no lo hace un cine ni un restaurante, mucho menos un hospital, todos debemos conocer cuál es el alcance que tenemos, porque cuando lo rebasamos, estamos comprometiéndonos a descuidar a los animales que ya tenemos bajo resguardo. Es por eso, que no podemos decir que sí. Dicen que el que mucho abarca poco aprieta.

Sin embargo a pesar de no poder recibirlos, nunca negamos brindar una mano de ayuda. Muchas de las veces en cuanto nos vemos comprometidos con recibirlos, ofrecemos de manera gratuita el asesoramiento para que desde casa la persona que resguarda a los animales pueda darle las atenciones, ahora mismo estoy asesorando por redes sociales a cuatro personas que me han tomado la palabra. Pero digamos la verdad, las personas prefieren las cosas más fáciles.

Me he topado muchas veces casos similares a este y he podido entender la diferencia entre las personas que cuando encuentran un animal y buscan ayudarlo, a quienes realmente están buscando entregarlos a otros grupos para librarse de la responsabilidad.

He recibido llamadas de personas diciéndome que acaban de pasar por una esquina donde hay un animal que está tirado, pidiéndome que vaya a recogerlo. Y yo les pregunto, tú que acabas de pasar por ahí, ¿Por qué no hiciste nada para ayudarlo? En realidad no estás preocupado por el animal, sino por limpiar tu conciencia, porque que realmente no hiciste nada.

No es necesario que seamos groseros con las organizaciones que se dedican al rescate de los animales, recordemos que todas estas instituciones son sin fines de lucro y trabajan con voluntarios que incluso ponen su tiempo y dinero por ayudar a los demás.

Valoremos y respetemos su trabajo.

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guillermoruizrmz@hotmail.com

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