/ jueves 19 de agosto de 2021

No se cambia el mundo con un smartphone | La educación ambiental es el legado de un futuro colectivo

La semana pasada me contactó Gabriela, mamá de Victoria, una niña de siete años de edad que al igual que yo comparte la inquietud por aprender y ayudar a las especies en peligro de extinción.

Resulta que el cumpleaños de Victoria se acercaba y su mamá buscaba que esta pequeña se llevara una sorpresa que marcara su vida, así es como nos coordinamos y decidimos abrir las puertas del Centro de Rescate de Vida Silvestre para que viviera un cumpleaños inolvidable. Esta conmovedora celebración tuvo lugar el pasado lunes 16 de agosto, donde la pequeña fue nuestra voluntaria por un día y tuvo la oportunidad de participar en las actividades que involucran el mantenimiento de más de 150 ejemplares que en el lugar tenemos bajo resguardo.

La celebración por demás de ser divertida y emocionante, es motivo de reflexión por el impacto que a trasfondo pudiera llevar. Qué importante es que los padres busquen este tipo de oportunidades para la formación de sus hijos, sobre todo a una temprana edad, ¿no lo crees? Y que dejando a un lado lo fascinante que hubiera sido festejar en un restaurante, en un cine o en un parque de juegos, se dé la ocasión de acercarlos con aquello que pudiera ayudarlos a entender el planeta en donde están parados y cómo es que pueden ayudar a crear un mejor lugar para todos.

Siempre he creído que más allá de disfrutar la belleza estética de un animal o los movimientos que pudieran parecernos graciosos, la verdadera apreciación va en entender su contexto y dejarnos admirar por su función en este mundo, eso es algo de lo que pocos pudieran estar interesados, pero que para mi sorpresa parecía que Victoria entendía muy bien, considero que la educación ambiental es el legado de un futuro colectivo. Y más allá de repetir un mensaje que lleva sonando muchos años en libros de texto, el modelo debe ir enfocado a desarrollarse a través de experiencias vivenciales que nos acerquen a entender el contexto, y con esto a trabajar en sensibilizar el comportamiento humano.

La invitación es a los padres para impulsar en sus hijos herramientas que desde pequeños les permitan ejercer un liderazgo y a buscar oportunidades para que puedan ser aplicadas.

Un niño que busca entender su alrededor y se preocupa por modificar los escenarios con los que no está de acuerdo, es un futuro agente cambio. Nunca cortemos la inspiración de un pequeño por explorar, opinar, imaginar o hacer preguntas con respuestas complicadas. Yo estoy seguro de que esta no fue la última vez que Victoria y yo cruzamos camino, y estaré contando los días por ayudar a una pequeña próxima activista.

¡Escríbeme!

guillermoruizrmz@hotmail.com

Facebook.com/GuillermoRuizR

La semana pasada me contactó Gabriela, mamá de Victoria, una niña de siete años de edad que al igual que yo comparte la inquietud por aprender y ayudar a las especies en peligro de extinción.

Resulta que el cumpleaños de Victoria se acercaba y su mamá buscaba que esta pequeña se llevara una sorpresa que marcara su vida, así es como nos coordinamos y decidimos abrir las puertas del Centro de Rescate de Vida Silvestre para que viviera un cumpleaños inolvidable. Esta conmovedora celebración tuvo lugar el pasado lunes 16 de agosto, donde la pequeña fue nuestra voluntaria por un día y tuvo la oportunidad de participar en las actividades que involucran el mantenimiento de más de 150 ejemplares que en el lugar tenemos bajo resguardo.

La celebración por demás de ser divertida y emocionante, es motivo de reflexión por el impacto que a trasfondo pudiera llevar. Qué importante es que los padres busquen este tipo de oportunidades para la formación de sus hijos, sobre todo a una temprana edad, ¿no lo crees? Y que dejando a un lado lo fascinante que hubiera sido festejar en un restaurante, en un cine o en un parque de juegos, se dé la ocasión de acercarlos con aquello que pudiera ayudarlos a entender el planeta en donde están parados y cómo es que pueden ayudar a crear un mejor lugar para todos.

Siempre he creído que más allá de disfrutar la belleza estética de un animal o los movimientos que pudieran parecernos graciosos, la verdadera apreciación va en entender su contexto y dejarnos admirar por su función en este mundo, eso es algo de lo que pocos pudieran estar interesados, pero que para mi sorpresa parecía que Victoria entendía muy bien, considero que la educación ambiental es el legado de un futuro colectivo. Y más allá de repetir un mensaje que lleva sonando muchos años en libros de texto, el modelo debe ir enfocado a desarrollarse a través de experiencias vivenciales que nos acerquen a entender el contexto, y con esto a trabajar en sensibilizar el comportamiento humano.

La invitación es a los padres para impulsar en sus hijos herramientas que desde pequeños les permitan ejercer un liderazgo y a buscar oportunidades para que puedan ser aplicadas.

Un niño que busca entender su alrededor y se preocupa por modificar los escenarios con los que no está de acuerdo, es un futuro agente cambio. Nunca cortemos la inspiración de un pequeño por explorar, opinar, imaginar o hacer preguntas con respuestas complicadas. Yo estoy seguro de que esta no fue la última vez que Victoria y yo cruzamos camino, y estaré contando los días por ayudar a una pequeña próxima activista.

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