/ viernes 12 de abril de 2019

Con café y a media luz | ¡Sana oportunidad!

Con la situación que prevalece en nuestros días, en la que la fragilidad del peso mexicano, la ganancia al interior de las familias y algunos síntomas delincuenciales, son “el pan nuestro de cada día”, la semana mayor deberá considerarse seriamente como la oportunidad de retornar a su esencia de recogimiento y reflexión para tratar de ser mejores individuos y, por ende, construir en conjunto una mejor sociedad.

Es de esperarse que muchas personas, particularmente las nuevas generaciones, estén ansiosos de vivir y disfrutar esta quincena, olvidándose por un instante de las responsabilidades que les son atribuidas durante todo un año, para arrojarse libremente y sin cuidado a los goces que representa la primavera, con viajes a la playa, paseos en la feria y otro tipo de cuestiones.

Si bien es cierto que todos merecemos un momento de reposo, relajación y, si usted gusta verlo así, hasta de olvido de todo aquello que nos representa un estado de estrés, también es verdad que no podemos caer en los excesos que pongan en riesgo nuestra integridad y la de aquellos que amamos. En otras palabras, siempre será necesario encontrar un equilibrio sano, hasta en esto que representa el periodo de descanso.

Los cuerpos de seguridad están listos para atender a la población al iniciar, de manera conjunta, el operativo de Semana Santa 2019, en el que participan autoridades militares, civiles, cuerpos de rescate, de bomberos, Cruz Roja y las direcciones municipales de Protección Civil de la zona conurbada, así como la delegación regional de dicha dependencia que se encuentra en la zona industrial de Altamira.

No obstante, debemos recapacitar y no adjudicarles todo el trabajo a los cuerpos de auxilio y guardianes del orden. Con nuestra conducta, prudencia, sentido común y buena actitud podemos colaborar en mucho para tener un saldo blanco durante los quince días que conforman el periodo vacacional al que conocemos como de “semana mayor”.

Usted recordará cuando a mitad de los 80, la ciudad se estremeció cuando se enteró que un viperino anidado en una figura del carrusel en las instalaciones de la feria mordió a un menor por haberse sentido agredido por el niño que pateaba incesante al “caballito” en el que lo habían montado. Detalle que obligó a los cuerpos de protección a no nada más supervisar las instalaciones mecánicas y eléctricas de los aparatos, sino también a observar con suma precaución la posible presencia de cualquier animal peligroso para el ser humano.

En fechas más cercanas a nuestros días, hubo momentos de pánico cuando se difundió rápidamente que, al interior del improvisado recinto ferial, una artista había sido objeto de un ataque, ello ocasionó que los asistentes huyeran despavoridos generando lesionados leves y crisis nerviosas.

Debemos reconocer que, en la gran mayoría de los años, visitantes provenientes de lugares en los que no hay playa, se bañan en las aguas de Miramar, desconociendo las normas que deben tener por su propia seguridad, o si las conocen, las ignoran u olvidan e ingresan a zonas en las que las olas chocan con mayor violencia, siendo arrastrados a la profundidad, para emerger tres días después.

La irresponsabilidad, la falta de atención y el querer seguir “en ambiente”, en ocasiones pueden enlutar una familia.

Como lo dije en la entrega de este día, gentil amigo lector, otro de los factores que inciden en este llamado a la prudencia, el recogimiento y la unión familiar es el económico. A los trabajadores federales, por ejemplo, se les pagará con anticipación dos quincenas y una prima, lo que les obliga a mostrarse mejor administrados para que el recurso les rinda el mes que estarán sin percibir un ingreso.

Aquellos que pertenezcan a la iniciativa privada deberán estar al pendiente de ser beneficiados como marca la ley en caso de que se vean obligados a presentarse en su centro de trabajo durante los días considerados como “descanso” por cuestiones relativas a la fe humana.

Y, por último, los autoempleados saben, de antemano, que durante los periodos de descanso las ventas disminuyen y, junto con ellas, a las ganancias les ocurre lo mismo, por lo que están obligados, también, a cuidar el bolsillo.

Por tanto, la semana de descanso primaveral es una sana oportunidad para acercarse a la familia, disfrutar de los hijos, tomar el calor de hogar y programar actividades económicas y seguras que le permitan a usted y a los suyos relajarse tranquilamente sin que nada les inquiete par que, con renovados bríos, pueda volver a su rutina laboral o académica, según sea el caso, y continuar con la productividad de nuestras vidas.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a:

licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

Con la situación que prevalece en nuestros días, en la que la fragilidad del peso mexicano, la ganancia al interior de las familias y algunos síntomas delincuenciales, son “el pan nuestro de cada día”, la semana mayor deberá considerarse seriamente como la oportunidad de retornar a su esencia de recogimiento y reflexión para tratar de ser mejores individuos y, por ende, construir en conjunto una mejor sociedad.

Es de esperarse que muchas personas, particularmente las nuevas generaciones, estén ansiosos de vivir y disfrutar esta quincena, olvidándose por un instante de las responsabilidades que les son atribuidas durante todo un año, para arrojarse libremente y sin cuidado a los goces que representa la primavera, con viajes a la playa, paseos en la feria y otro tipo de cuestiones.

Si bien es cierto que todos merecemos un momento de reposo, relajación y, si usted gusta verlo así, hasta de olvido de todo aquello que nos representa un estado de estrés, también es verdad que no podemos caer en los excesos que pongan en riesgo nuestra integridad y la de aquellos que amamos. En otras palabras, siempre será necesario encontrar un equilibrio sano, hasta en esto que representa el periodo de descanso.

Los cuerpos de seguridad están listos para atender a la población al iniciar, de manera conjunta, el operativo de Semana Santa 2019, en el que participan autoridades militares, civiles, cuerpos de rescate, de bomberos, Cruz Roja y las direcciones municipales de Protección Civil de la zona conurbada, así como la delegación regional de dicha dependencia que se encuentra en la zona industrial de Altamira.

No obstante, debemos recapacitar y no adjudicarles todo el trabajo a los cuerpos de auxilio y guardianes del orden. Con nuestra conducta, prudencia, sentido común y buena actitud podemos colaborar en mucho para tener un saldo blanco durante los quince días que conforman el periodo vacacional al que conocemos como de “semana mayor”.

Usted recordará cuando a mitad de los 80, la ciudad se estremeció cuando se enteró que un viperino anidado en una figura del carrusel en las instalaciones de la feria mordió a un menor por haberse sentido agredido por el niño que pateaba incesante al “caballito” en el que lo habían montado. Detalle que obligó a los cuerpos de protección a no nada más supervisar las instalaciones mecánicas y eléctricas de los aparatos, sino también a observar con suma precaución la posible presencia de cualquier animal peligroso para el ser humano.

En fechas más cercanas a nuestros días, hubo momentos de pánico cuando se difundió rápidamente que, al interior del improvisado recinto ferial, una artista había sido objeto de un ataque, ello ocasionó que los asistentes huyeran despavoridos generando lesionados leves y crisis nerviosas.

Debemos reconocer que, en la gran mayoría de los años, visitantes provenientes de lugares en los que no hay playa, se bañan en las aguas de Miramar, desconociendo las normas que deben tener por su propia seguridad, o si las conocen, las ignoran u olvidan e ingresan a zonas en las que las olas chocan con mayor violencia, siendo arrastrados a la profundidad, para emerger tres días después.

La irresponsabilidad, la falta de atención y el querer seguir “en ambiente”, en ocasiones pueden enlutar una familia.

Como lo dije en la entrega de este día, gentil amigo lector, otro de los factores que inciden en este llamado a la prudencia, el recogimiento y la unión familiar es el económico. A los trabajadores federales, por ejemplo, se les pagará con anticipación dos quincenas y una prima, lo que les obliga a mostrarse mejor administrados para que el recurso les rinda el mes que estarán sin percibir un ingreso.

Aquellos que pertenezcan a la iniciativa privada deberán estar al pendiente de ser beneficiados como marca la ley en caso de que se vean obligados a presentarse en su centro de trabajo durante los días considerados como “descanso” por cuestiones relativas a la fe humana.

Y, por último, los autoempleados saben, de antemano, que durante los periodos de descanso las ventas disminuyen y, junto con ellas, a las ganancias les ocurre lo mismo, por lo que están obligados, también, a cuidar el bolsillo.

Por tanto, la semana de descanso primaveral es una sana oportunidad para acercarse a la familia, disfrutar de los hijos, tomar el calor de hogar y programar actividades económicas y seguras que le permitan a usted y a los suyos relajarse tranquilamente sin que nada les inquiete par que, con renovados bríos, pueda volver a su rutina laboral o académica, según sea el caso, y continuar con la productividad de nuestras vidas.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a:

licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!