/ sábado 19 de diciembre de 2020

Tampico hermoso | "Esos amantes a la antigua"

En estos tiempos convulsivos de adelantos electrónicos, de prisas y pandemias que nos sofocan, motivado por un correo que me envió un amigo recordando los tiempos cuando se bailaba chick-to-chick, cuando no se tocaba a la mujer ni con el pétalo de una rosa.

Las pláticas eran siempre respetuosas, tratando de agradar a la elegida, ahora las maldiciones y groserías que se dicen enrojecerían a un cargador. Si se llegaba en coche por la nena, se la abría la puerta al entrar y al salir, ni qué decir de ceder el asiento en los transportes o reuniones, la igualdad de género nos ha liberado de esto; en fiestas y bailes el sexo opuesto acudía acompañada de sus mamás y familiares, el pretenso debía atravesar casi todo el salón para solicitar una invitación a bailar la tanda amenizada por las orquestas de ese tiempo, “Los Gatos Negros” y “Tampico”; en caso de negativa el interfecto se regresaba a sufrir las burlas de los amigos por el fracaso.

Los jueves y domingos en la serenata la banda amenizaba desde el quiosco, el bloque femenino daba vueltas a la plaza, en auto o a pie, saludando o mostrando indiferencia, los fines de semana eran elegidos para llevar serenata (“gallos”) a la amada o con quien quería quedar bien, contratando alguno de los tríos que aducían a la esquina del Café Mundo, iniciando las serenatas con “Despierta dulce amor de mi vida...”, el interesado se hacía presente a través de innumerables prendidas de cigarro.

Desgraciadamente las cosas son muy distintas, los amantes a la antigua que solían mandar flores cada día son menos, ahora simplemente se juntan en un antro que los tiene sordos dedicados a chupar aprovechando la libertad de género.

Quiero aprovechar estas líneas para felicitar al Sr. Antonio Heredia, regidor de la comuna porteña, por su labor callada, desinteresada y efectiva en beneficio de la ciudadanía.

En estos tiempos convulsivos de adelantos electrónicos, de prisas y pandemias que nos sofocan, motivado por un correo que me envió un amigo recordando los tiempos cuando se bailaba chick-to-chick, cuando no se tocaba a la mujer ni con el pétalo de una rosa.

Las pláticas eran siempre respetuosas, tratando de agradar a la elegida, ahora las maldiciones y groserías que se dicen enrojecerían a un cargador. Si se llegaba en coche por la nena, se la abría la puerta al entrar y al salir, ni qué decir de ceder el asiento en los transportes o reuniones, la igualdad de género nos ha liberado de esto; en fiestas y bailes el sexo opuesto acudía acompañada de sus mamás y familiares, el pretenso debía atravesar casi todo el salón para solicitar una invitación a bailar la tanda amenizada por las orquestas de ese tiempo, “Los Gatos Negros” y “Tampico”; en caso de negativa el interfecto se regresaba a sufrir las burlas de los amigos por el fracaso.

Los jueves y domingos en la serenata la banda amenizaba desde el quiosco, el bloque femenino daba vueltas a la plaza, en auto o a pie, saludando o mostrando indiferencia, los fines de semana eran elegidos para llevar serenata (“gallos”) a la amada o con quien quería quedar bien, contratando alguno de los tríos que aducían a la esquina del Café Mundo, iniciando las serenatas con “Despierta dulce amor de mi vida...”, el interesado se hacía presente a través de innumerables prendidas de cigarro.

Desgraciadamente las cosas son muy distintas, los amantes a la antigua que solían mandar flores cada día son menos, ahora simplemente se juntan en un antro que los tiene sordos dedicados a chupar aprovechando la libertad de género.

Quiero aprovechar estas líneas para felicitar al Sr. Antonio Heredia, regidor de la comuna porteña, por su labor callada, desinteresada y efectiva en beneficio de la ciudadanía.