/ viernes 19 de marzo de 2021

Tampico hermoso | Vamos a la playa

Estas sencillas palabras desataban en la mayoría de los hogares tampiqueños y maderenses una actividad solo comparada con los preparativos del circo Atayde al retirarse.

Por lo pronto la patrona decía: “cómprate el carbón, carne para asar, tortillas, queso, hazte un guacamole, van a querer cheves, refrescos, que esté bien la carpa, no se te olviden las sillas, ah y los trajes de baño de los niños”.

Tampico, Madero y vecinos, más turistas de Monterrey y de San Luis, principalmente llenaban nuestras playas, disfrutando de mar y sol.

La playa por supuesto no era la misma que ahora disfrutamos, al no existir el boulevard y si la memoria no me falla se accedía por dos vías, por la Sarabia pasando por el centro de Madero cruzando la vía; todavía recuerdo un conocido billar de donde salían a gritarnos los cumplidos billaristas, se pasaba por la Refinería, la Terminal Marítima, la Barra, la Escollera y finalmente el Pedro Colón conocido balneario.

La otra entrada por el bulevar Álvaro Obregón paralelo a la vía del tranvía, hasta la parada en la playa en el Hotel Tampico.

Por supuesto que los bañistas en sus vehículos se estacionaban en la arena a dos metros de las olas quedando atascados la mayoría de ellos hasta altas horas de la noche, sin embargo, la gente gozaba y se divertía, incluyendo la atascada en la arena como parte de la diversión.

Y ahora que tenemos, que esperamos, no hay playa, el acceso está restringido, se esperan según las autoridades más de 20 mil turistas que favorecerán la rama hotelera y comercial.

Cuenta la leyenda que en una época la concurrencia era tanta y el entusiasmo que la preocupación de las autoridades por los jóvenes playeros y sus excesos amorosos, los llevaron a ofrecer preservativos.

Ahora tenemos el “Covid”, te diviertes y te enfermas, o como dijo el doctor al jorobado cuando este le gritó “¡que me matas!, pero sin joroba”, le dijo el facultativo apretando la prensa.

DE ÚLTIMA HORA

“Ya saben ca…., ni con el pétalo de una rosa”

Estas sencillas palabras desataban en la mayoría de los hogares tampiqueños y maderenses una actividad solo comparada con los preparativos del circo Atayde al retirarse.

Por lo pronto la patrona decía: “cómprate el carbón, carne para asar, tortillas, queso, hazte un guacamole, van a querer cheves, refrescos, que esté bien la carpa, no se te olviden las sillas, ah y los trajes de baño de los niños”.

Tampico, Madero y vecinos, más turistas de Monterrey y de San Luis, principalmente llenaban nuestras playas, disfrutando de mar y sol.

La playa por supuesto no era la misma que ahora disfrutamos, al no existir el boulevard y si la memoria no me falla se accedía por dos vías, por la Sarabia pasando por el centro de Madero cruzando la vía; todavía recuerdo un conocido billar de donde salían a gritarnos los cumplidos billaristas, se pasaba por la Refinería, la Terminal Marítima, la Barra, la Escollera y finalmente el Pedro Colón conocido balneario.

La otra entrada por el bulevar Álvaro Obregón paralelo a la vía del tranvía, hasta la parada en la playa en el Hotel Tampico.

Por supuesto que los bañistas en sus vehículos se estacionaban en la arena a dos metros de las olas quedando atascados la mayoría de ellos hasta altas horas de la noche, sin embargo, la gente gozaba y se divertía, incluyendo la atascada en la arena como parte de la diversión.

Y ahora que tenemos, que esperamos, no hay playa, el acceso está restringido, se esperan según las autoridades más de 20 mil turistas que favorecerán la rama hotelera y comercial.

Cuenta la leyenda que en una época la concurrencia era tanta y el entusiasmo que la preocupación de las autoridades por los jóvenes playeros y sus excesos amorosos, los llevaron a ofrecer preservativos.

Ahora tenemos el “Covid”, te diviertes y te enfermas, o como dijo el doctor al jorobado cuando este le gritó “¡que me matas!, pero sin joroba”, le dijo el facultativo apretando la prensa.

DE ÚLTIMA HORA

“Ya saben ca…., ni con el pétalo de una rosa”