En ocasiones, el asombro, el miedo o la duda paralizan a las personas. Imagina que alguien a quien aprecias, te dice: “¡Estás mal! ¡Todo esto es tu culpa! ¡Mira lo que me haces hacer!”. Tales oraciones corresponden muy probablemente a un abuso emocional, ¿sabes cómo responder ante ellas?
En la actualidad se conoce como “gaslighting”, pero anteriormente ha tenido otros muchos nombres: manipulación y violencia psicológica, son algunos de ellos. Cuando una persona intenta, de manera constante y repetitiva, hacerte dudar de tu percepción de la realidad e incluso cuestiona tu salud mental, es momento de prestar atención a sus intenciones.
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¿Cómo detectar el abuso emocional?
El Instituto Politécnico Nacional, por medio de la Unidad Politécnica de Gestión de Perspectiva de Género, dio a conocer el “Violentómetro”. En él se reconoce al hecho de “culpabilizar, ridiculizar, ofender y humillar en público (también en privado)” como una manera de ejercer crueldad contra otro ser humano.
El artículo “6 frases tóxicas que pueden surgir durante una discusión (...)”, escrita por Alicia Hernández, para la BBC, reproduce los consejos de Cortney S. Warren, psicóloga de la Universidad de Harvard, sobre cómo reconocer y responder ante la violencia verbal.
Lo primero es entender cuándo se está inmerso en una situación de abuso. Ante ello, es preciso reconocer cuándo el discurso de otra persona nos hace sentir vulnerables, incómodos y mal con respecto a nosotros mismos. Lo segundo es forjar una buena autoestima para hacer frente a los ataques con mayor asertividad.
¿Cómo hacer frente a la violencia psicológica?
Warren, quien también es autora del libro “Deja ir a tu ex: habilidades para sanar el dolor de una ruptura y superar la adicción al amor”, señala algunos posibles argumentos para hacer frente a situaciones de alta tensión emocional.
No obstante, ella misma concluye que el mejor aliado para evitar caer en situaciones de violencia es una autoestima bien construida.
Lo que te dicen: ¡Estás loco!
Lo que implica: Eliminar la validez de tus emociones y pensamientos.
Cómo contestar: “"Puedes pensar que estoy siendo exagerado/a en este momento, pero esta es mi experiencia ahora mismo”.
Lo que te dicen: “Solo estaba bromeando”
Lo que implica: Comentarios críticos y dolorosos.
Cómo contestar: "Puedes haber pensado que esto era una broma, pero no es divertido y realmente hirió mis sentimientos".
Lo que te dicen: “Todo es culpa tuya”
Lo que implica: Hacerte creer que eres completamente responsable de los pensamientos y acciones de alguien más.
Cómo contestar: “Puede que haya hecho cosas que no te hicieron sentir bien, pero la forma en que actuaste es tu responsabilidad, no la mía. Como actuaste depende de ti, no de mí”.
Lo que te dicen: “Si me quisieras, harías esto”
Lo que implica: No respetan los límites que has marcado.
Cómo contestar: “No me siento cómodo/a haciéndolo. Puedes decirme que es porque no te amo lo suficiente, pero, aun así, no voy a hacerlo porque no está bien para mí”.
Lo que te dicen: "Todos están de acuerdo conmigo, menos tú..."
Lo que implica: Fomentar el aislamiento al generalizar las críticas.
Cómo contestar: "Apreciaría que hablaras por ti mismo y no por otra gente".
Lo que te dicen: “El verdadero problema aquí es…”
Lo que implica: Tratar de desviar la atención a otro asunto fuera de tu interés.
Cómo contestar: “Ese es un problema aparte del que gustosamente hablaré más tarde contigo si lo deseas. Pero ahora mismo el problema central es este”.
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Entonces, si alguna vez has escuchado alguna de estas frases: “¡Estás mal! ¡Todo esto es tu culpa! ¡Mira lo que me haces hacer!”, te recomendamos que analices en profundidad quién te las dijo, por qué lo hizo y tomes decisiones proactivas para tu salud mental.
