/ miércoles 15 de mayo de 2024

¡Legado imborrable! Silvia y Mario, maestros que dejaron huella en la educación de Altamira

Llegaron de Ocampo y Nuevo Laredo para enseñar a las entonces pasadas generaciones; se casaron y en octubre del año 2021, murieron durante la pandemia del Covid-19

Un maestro siempre será guía y referente en la comunidad escolar, padres de familia y población donde imparte sus conocimientos, pero cuando realiza obras y acciones su huella permanece para siempre, como el caso de los maestros Silvia y Mario.

La profesora Silvia González González, originaria de Nuevo Laredo, llegó a Altamira a principios de la década de los años ochenta, mientras que el profesor Mario Alberto Velazquez Herrera nació en Ocampo y empezó a ejercer a finales de la década de los setentas.

La maestra Silvia González González llegó a dar clases a una escuela a un costado del río Tamesí, fue removida a Estación Colonia y a partir del año de 1982 a la escuela primaria Ignacio Allende, en el ejido Santa Amalia”, informó Mónica Aracely Colorado Cervantes, compañera por casi tres décadas.

Silvia y Mario se casan

En el Día del Maestro, reconocen a este matrimonio, que tras venir de otras localidades de Tamaulipas se asentaron de manera permanente en el municipio, donde edificaron con su vocación a hombres y mujeres, y donde tuvieron a sus hijos Silvia María y Mario Guadalupe.

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Ellos fueron maestros excepcionales, entregados a su profesión y servicio a la comunidad, siempre dieron un plus en sus enseñanzas y en su función, por eso no solo se les recuerda con cariño en Santa Amalia, Unidos Avanzamos, Felipe Carrillo Puerto, Diana Laura Riojas y otros sectores”, dijo.

Silvia y Mario, no solo los unió el amor, también el reto que significaba educar, sin embargo, durante la pandemia del Covid-19 murieron / Cortesía de Mónica Colorado

Una maestra que siempre dio clases en primero y segundo grado

La docente Silvia, egresada de la Escuela Normal de Nuevo Laredo, siempre impartió clases a estudiantes de primero y segundo grado de primaria.

Siempre tuvo la habilidad de enseñar clases muy bien a los estudiantes de primero y segundo grado, los hacía reflexionar en las sumas, restas, los números y desde luego, en saber leer, comprender y escribir”, agregó Colorado.

Mario, un director entregado a su escuela

El profesor Mario Adalberto a partir de 1980 fungió como director en la escuela primaria “Ignacio Allende”, en el ejido Santa Amalia, hasta su jubilación en 2009.

El maestro conoció al amor de su vida aquí en Altamira, coincidieron en la zona escolar a la que pertenecían, trabajaron juntos en el mismo plantel. Él siempre fue un director ejemplar, hacía todo lo administrativo, mantuvo el orden y la disciplina, estricto”.

Reconocen a esta pareja, como personas que edificaron y dejaron huella en la enseñanza que se imparte en Altamira / Cortesía de Mónica Colorado

Cuando faltaba un maestro de diferente grado “él impartía la clase para que los estudiantes no se atrasaran en su programa de estudios, por lo que nosotros como docentes pocas veces faltábamos pues era muy estricto con la asistencia”, agregó la maestra Colorado.

En el año 2009 se jubiló pero acudía a la escuela que lo vio crecer junto con su esposa, conocía plenamente el plantel, pero sobre todo tenía un liderazgo en la comunidad, asesoraba a los maestros en bailables, comperencias académicas, hasta entrenar a los estudiantes en beisbol.

Fue muy reconocido por todos los maestros y los supervisores, pero también la comunidad, participó mucho en el programa Escuelas de Calidad en la que se logró un avance importante para la escuela, ocupando el primer lugar, así como en lo académico, eso nos dio mucho prestigio a pesar de ser una escuela rural”, agregó.

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Lamentablemente ambos fallecieron en el mes de octubre del año 2021, durante la pandemia del Covid-19, la maestra Silvia González González aún estaba activa, mientras su esposo ya era jubilado, pero muy cerca de la escuela en la que se desempeñó por 29 años como director. Ella murió primero, él no soportó la partida de su compañera de vida y a los pocos días él también.

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Estamos a la espera de que el Gobierno Municipal nos dé una fecha para un rendir homenaje a los maestros Silvia y Mario que llegaron a Altamira y se entregaron de lleno a la educación básica, dejando un legado muy importante en Santa Amalia y colonias aledañas, pues exalumnos ahora llevan a sus hijos a tomar clases en su querida escuela Ignacio Allende”, concluyó la maestra.

Un maestro siempre será guía y referente en la comunidad escolar, padres de familia y población donde imparte sus conocimientos, pero cuando realiza obras y acciones su huella permanece para siempre, como el caso de los maestros Silvia y Mario.

La profesora Silvia González González, originaria de Nuevo Laredo, llegó a Altamira a principios de la década de los años ochenta, mientras que el profesor Mario Alberto Velazquez Herrera nació en Ocampo y empezó a ejercer a finales de la década de los setentas.

La maestra Silvia González González llegó a dar clases a una escuela a un costado del río Tamesí, fue removida a Estación Colonia y a partir del año de 1982 a la escuela primaria Ignacio Allende, en el ejido Santa Amalia”, informó Mónica Aracely Colorado Cervantes, compañera por casi tres décadas.

Silvia y Mario se casan

En el Día del Maestro, reconocen a este matrimonio, que tras venir de otras localidades de Tamaulipas se asentaron de manera permanente en el municipio, donde edificaron con su vocación a hombres y mujeres, y donde tuvieron a sus hijos Silvia María y Mario Guadalupe.

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Ellos fueron maestros excepcionales, entregados a su profesión y servicio a la comunidad, siempre dieron un plus en sus enseñanzas y en su función, por eso no solo se les recuerda con cariño en Santa Amalia, Unidos Avanzamos, Felipe Carrillo Puerto, Diana Laura Riojas y otros sectores”, dijo.

Silvia y Mario, no solo los unió el amor, también el reto que significaba educar, sin embargo, durante la pandemia del Covid-19 murieron / Cortesía de Mónica Colorado

Una maestra que siempre dio clases en primero y segundo grado

La docente Silvia, egresada de la Escuela Normal de Nuevo Laredo, siempre impartió clases a estudiantes de primero y segundo grado de primaria.

Siempre tuvo la habilidad de enseñar clases muy bien a los estudiantes de primero y segundo grado, los hacía reflexionar en las sumas, restas, los números y desde luego, en saber leer, comprender y escribir”, agregó Colorado.

Mario, un director entregado a su escuela

El profesor Mario Adalberto a partir de 1980 fungió como director en la escuela primaria “Ignacio Allende”, en el ejido Santa Amalia, hasta su jubilación en 2009.

El maestro conoció al amor de su vida aquí en Altamira, coincidieron en la zona escolar a la que pertenecían, trabajaron juntos en el mismo plantel. Él siempre fue un director ejemplar, hacía todo lo administrativo, mantuvo el orden y la disciplina, estricto”.

Reconocen a esta pareja, como personas que edificaron y dejaron huella en la enseñanza que se imparte en Altamira / Cortesía de Mónica Colorado

Cuando faltaba un maestro de diferente grado “él impartía la clase para que los estudiantes no se atrasaran en su programa de estudios, por lo que nosotros como docentes pocas veces faltábamos pues era muy estricto con la asistencia”, agregó la maestra Colorado.

En el año 2009 se jubiló pero acudía a la escuela que lo vio crecer junto con su esposa, conocía plenamente el plantel, pero sobre todo tenía un liderazgo en la comunidad, asesoraba a los maestros en bailables, comperencias académicas, hasta entrenar a los estudiantes en beisbol.

Fue muy reconocido por todos los maestros y los supervisores, pero también la comunidad, participó mucho en el programa Escuelas de Calidad en la que se logró un avance importante para la escuela, ocupando el primer lugar, así como en lo académico, eso nos dio mucho prestigio a pesar de ser una escuela rural”, agregó.

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Lamentablemente ambos fallecieron en el mes de octubre del año 2021, durante la pandemia del Covid-19, la maestra Silvia González González aún estaba activa, mientras su esposo ya era jubilado, pero muy cerca de la escuela en la que se desempeñó por 29 años como director. Ella murió primero, él no soportó la partida de su compañera de vida y a los pocos días él también.

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Estamos a la espera de que el Gobierno Municipal nos dé una fecha para un rendir homenaje a los maestros Silvia y Mario que llegaron a Altamira y se entregaron de lleno a la educación básica, dejando un legado muy importante en Santa Amalia y colonias aledañas, pues exalumnos ahora llevan a sus hijos a tomar clases en su querida escuela Ignacio Allende”, concluyó la maestra.

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