El Día del Bombero se celebra el 22 de agosto de cada año. La medida impulsada por el Gobierno de México coincide con la fecha de la primera apertura de un cuartel de este tipo en el país, el 22 de agosto de 1873, en Veracruz.
Hoy, hace 150 años, los primeros voluntarios se colocaban el traje. Desde ese fecha, el oficio se rige por una regla: no cualquiera puede ser un bombero.
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La Academia Mexicana de la Lengua acepta como sinónimo de “bombero”, la expresión “tragahumo”, propia del territorio.
El término es bastante acertado al describir la demanda física y mental que involucra entrar en un espacio cubierto por las llamas, con el fin de sofocar el fuego.
El mundo tiende al caos, pero ellos mantienen la calma
La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) informa cuáles son los mecanismos de defensa que surgen ante un evento traumático, en este caso, al vivir un incendio:
- Altos índices de estrés
- Estado de humor irritable
- Presencia de síntomas de ansiedad, nerviosismo y depresión
- Aumento de los latidos cardiacos y sudoración
- Problemas de concentración
- Dificultad para tomar decisiones
- Patrones de sueño alterados
- Cambios en la alimentación
- Confusión temporal
- Conducta retraída y solitaria
- Dolores de cabeza, náuseas y opresión en el pecho
Un evento de este tipo, sostiene la APA, puede ocasionar pensamientos repetitivos o escenas retrospectivas. En ambos casos, los síntomas corporales y psicológicos experimentados pueden ser de igual intensidad a los sufridos durante el trauma original.
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Tal cuadro médico le ocurre, en menor o mayor medida, a quienes padecen un siniestro, pero, ¿qué pasa en el cuerpo y en la mente de aquellos que arriesgan su propia integridad para rescatar a los demás?
Hacer frente al peligro requiere determinación, temple, agilidad y claridad mental. El escenario catastrófico es analizado en cuestión de segundos, antes de proceder actuar.
Acorde a una de las organizaciones más importantes que investiga los procesos mentales, en el instante en que una persona “ingresa” al fuego, su cuerpo entra en un estado de estrés. La adrenalina se incrementa, comienzan las palpitaciones, las pupilas se dilatan y surgen los pensamientos confusos.
Aunado a ello, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), enuncia cuáles son las consecuencias a nivel orgánico de un incendio: altas temperaturas, visión limitada, ojos irritados, presencia de gases tóxicos e irritación de vías respiratorias.
En Tampico los bomberos rescatan hasta cocodrilos
Todo lo cual puede provocar desde pérdida de coordinación motriz, supresión del espacio-tiempo, disminución del campo de visión y elevados índices de pánico.
A pesar de todo esto, desde el 30 de marzo de 1903, cada vez que existen llamadas de auxilio en la ciudad y los bomberos de Tampico entran por propio pie a tratar de remediar las situaciones de riesgo.
Además, en la zona conurbada del sur de Tamaulipas, en la descripción de labores de los bomberos, se añade una actividad extra: la captura de cocodrilos, depredadores naturales que tienen su hábitat en la laguna del Carpintero.
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¿Dónde se fundó el primer cuartel de bomberos en México?
La Presidencia de la República sostiene que el primer cuartel de Bomberos se fundó en el puerto de Veracruz el 22 de agosto de 1873.
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Sin embargo, en entrevista con EL SOL DE TAMPICO, el cronista municipal, Josué Iván Picasso, indica que existen registros que en 1835, en Tampico, se adquirió una bomba antincendios, bajo la jurisdicción de Juan Francisco Garibay. En 1871, incluso, se nombró jefe de bomberos a Juan Galizia. Sin embargo, la asociación se desintegró.
Hasta 1903, Fernando Plazaola organizó una reunión con diversas personalidades de la ciudad para proponer oficialmente la integración de un cuerpo de bomberos. En dicha junta estuvo presente el inspector de Obras del Puerto, Tranquilino Romero Rubio, cuñado de Porfirio Díaz. En ese periodo el presidente era Benito Juárez.
El grupo envío una petición forma a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas para tramitar una bomba manual, la cual llegó tiempo después.
¿Por qué los niños ya no quieren ser bomberos?
A pesar de todos los beneficios que el oficio conlleva, cada vez es menos la población infantil que tiene interés por desarrollarla. Esta falta de motivación quizás se puede explicar mediante el análisis de la realidad que, en el 2019, realizó el Centro de Investigaciones Parlamentarias del Estado de Sonora (CIPES):
- Se opera en condiciones deficientes en cuanto a infraestructura, equipamiento y condiciones laborales
- La mitad de los 14 mil o 16 bomberos en el país, son voluntarios. Es decir, sus ingresos dependen de cooperaciones
- El salario promedio mensual en este campo es de siete mil 500 pesos
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En el Día Nacional del Bombero es importante recordar que no cualquier persona puede ejercer este oficio. La descripción del puesto incluye temple, trabajo en equipo, coordinación, inteligencia emocional y una amplia tolerancia ante el estrés, el pánico, la ansiedad y el peligro.
