Imagina irte a dormir y despertar al mañana siguiente ciego, esa la historia de don Héctor Martínez quien desde hace 15 años dejó de ver y ahora se gana la vida vendiendo artículos puerta por puerta.
En su camino ha encontrado de todo, desde los que le tienden una mano de ayuda, hasta gritos de odio y violencia de quienes no creen que una persona en su condición salga a la calle a ganarse el sustento.
“Un día de repente me empezó a doler la cabeza muy feo en la noche, me acosté y cuando desperté ya no veía nada, pero no me iba a quedar así”, recordó aquel día en que todo en su vida se volvió sombras.
Hoy, 12 de marzo, se conmemora el Día Mundial del Glaucoma como una forma de generar conciencia entre los países sobre este padecimiento.
DESCONOCÍA LA ENFERMEDAD
Con apoyo de su familia llegó hasta Mérida, en Yucatán, para ser revisado por especialistas cubanos donde el diagnostico fue: glaucoma.
Los especialistas le indicaron que era imposible que volviera a ver, ya que debido a la diabetes que padecía cualquier operación o tratamiento no le ayudaría a recuperar la vista.
“Me llevaron a México, me dieron láser -tratamiento- por unos dos meses, pero ya no se pudo hacer nada al tercer mes dejé de ver totalmente” contó don Héctor, quien en sus palabras aún se siente aquella tristeza de recordar lo ocurrido.
“YO NO ME IBA A QUEDAR QUIETO”
Con la ayuda de su esposa, el hombre logró contactar a un grupo de personas en su misma condición, quienes le enseñaron a valerse por sí mismo y adaptarse a su nueva vida.
“Yo soy una persona muy inquieta, sé de mucha gente que al quedarse ciega se deprime y se quedan en su casa, y si no te mueves te oxidas, ¡yo quiero salir adelante!”, dijo el hombre mientras cargaba trapeadores y escobas que vende casa por casa.
Siendo de familia de comerciantes de la Ciudad de México, encontró en ello una forma de llevar un ingreso a su hogar, vendiendo diversos productos y también realiza viajes a la capital del país para ir por más mercancías.
LE GRITAN “MENTIROSO” AL VERLO TRABAJAR
Tan increíble parece la historia de don Héctor que la gente duda que padezca ceguera al verlo caminar con gran animo en la calle vendiendo sus productos, llegando a gritarle que miente y realmente puede ver.
“Me han gritado 'mentiroso', la gente rompía mis bastones porque decía que yo veía, por eso me hice uno de acero inoxidable para que ya no se doble”, dijo el hombre a EL SOL DE TAMPICO.
El abuso llega a tal grado que “hay gente que me pide cosas en la calle, las toma y no me paga, o me da billetes que no son creyendo que no los podré distinguir”, agregó.
SEGUIRÁ ADELANTE CON LA FRENTE EN ALTO
Aun con las dificultades de la vida y lo duro de su situación, don Héctor sigue firme y estoico ante la adversidad, caminando hasta ocho horas diarias y llegando a los domicilios de quien le solicité alguna escoba, trapeador, rancheritos y hasta artículos electrónicos.
Hace un llamado para que la gente dignifique a sus familiares o seres queridos que atraviesen una discapacidad, “motívenlos a salir, a hacer algo, que no les de pena, nosotros somos personas y seres humanos que si nos ponen a prueba se van a sorprender de lo que podemos hacer”.
ACERCA DEL GLAUCOMA EN MÉXICO
El glaucoma es la segunda causa común de ceguera en el mundo en personas mayores de 40 años, solo después de la catarata; es irreversible y asintomática, de acuerdo con información Facultad de Estudios Superiores (FES) de la UNAM.
Esta afección se vincula a enfermedades sistémicas como diabetes o hipertensión, pero también quienes tienen familiares directos con glaucoma tienen mayor probabilidad de padecerlo, afirmaron Mary Carmen Bates Souza y Óscar Ramos Montes, especialistas de la FES.
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En 2020 se tenía el pronóstico de que esta enfermedad podía llegar a afectar a cerca de 11 millones a nivel mundial. Según datos de la OMS, en México existen más de 1.5 millones de casos de glaucoma.