/ domingo 3 de julio de 2022

Añoranzas | Feminicidio

Se miraron a los ojos, alguien los presentó o simplemente se encontraron y en automático surgió la chispa del amor. Empezaron una relación y demasiado pronto quizás, hubo paridad de objetivos y planes de compartir sueños y futuro. Familiares y amigos veían con gusto a la enamorada pareja que nada ni nadie podría separar. Gran boda, misa solemne, campanas al vuelo. Todo era felicidad. ¡Vivan los novios!!

A su debido tiempo llegaron los hijos a completar aquella felicidad, buen trabajo, casa nueva y cambio de coche… Sin apenas darse cuenta el futuro cambió. Nada era lo que pensaban o lo que habían planeado: el dinero o quizá los demonios que empiezan a surgir en un rincón del alma, como fieras agazapadas estaban al acecho.

Los desencuentros aumentaron, grandes silencios, mentes ausentes. La indiferencia y el desa-mor se instalaron en su hogar. Ella era solo un estorbo, convivencia incómoda y rutinaria que iba agotando el poquísimo amor que quedaba entre los dos.

Para él no había salida ni solución. Aversión y odio iban creciendo dentro del corazón del hombre que le había jurado amor y fidelidad para siempre. Acabar con su presencia era su meta, sin importar el cómo ni en qué momento. Los hijos… eran lo de menos.

Para ella, la actitud violenta, la mirada esquiva y el constante rechazo de su marido le sembraron la duda, la desconfianza, miedo y terror. Pero el miedo la detuvo a denunciarlo. Por miedo no abandonó el hogar, por miedo no enfrentó la vida, por miedo no superó el pavor de seguir viviendo bajo el mismo techo con el hombre que tanto amó, el padre de sus hijos, el hombre de su vida que sin miedo, la mató.

Las causas que llevan al FEMINICIDIO son variadas, pero la más común son los celos. Muchos hombres agresores alegan que los celos los llevan a cometer el asesinato de sus parejas, sobre todo si se trata de una “supuesta” infidelidad. Igual que el corrido Rosita Alvírez que “solo” le dieron tres tiros, hace unos días un anciano abogado mató a su esposa de 21 años en un famoso restaurante de la Ciudad de México.

En lo que va del 2022, 8 mil 500 mujeres y niñas han sido asesinadas y lo que es inadmisible es que solo 800 casos se han investigado. El asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer a manos de un hombre machista y misógino comúnmente queda sin castigo. El crimen atroz de Fátima, una pequeña de siete años que sufrió abuso sexual y golpes antes de morir, ha conmocionado a México. ¡NI UNA MÁS¡ claman las mujeres mexicanas porque los asesinos siguen libres y la justicia no llega…

Se miraron a los ojos, alguien los presentó o simplemente se encontraron y en automático surgió la chispa del amor. Empezaron una relación y demasiado pronto quizás, hubo paridad de objetivos y planes de compartir sueños y futuro. Familiares y amigos veían con gusto a la enamorada pareja que nada ni nadie podría separar. Gran boda, misa solemne, campanas al vuelo. Todo era felicidad. ¡Vivan los novios!!

A su debido tiempo llegaron los hijos a completar aquella felicidad, buen trabajo, casa nueva y cambio de coche… Sin apenas darse cuenta el futuro cambió. Nada era lo que pensaban o lo que habían planeado: el dinero o quizá los demonios que empiezan a surgir en un rincón del alma, como fieras agazapadas estaban al acecho.

Los desencuentros aumentaron, grandes silencios, mentes ausentes. La indiferencia y el desa-mor se instalaron en su hogar. Ella era solo un estorbo, convivencia incómoda y rutinaria que iba agotando el poquísimo amor que quedaba entre los dos.

Para él no había salida ni solución. Aversión y odio iban creciendo dentro del corazón del hombre que le había jurado amor y fidelidad para siempre. Acabar con su presencia era su meta, sin importar el cómo ni en qué momento. Los hijos… eran lo de menos.

Para ella, la actitud violenta, la mirada esquiva y el constante rechazo de su marido le sembraron la duda, la desconfianza, miedo y terror. Pero el miedo la detuvo a denunciarlo. Por miedo no abandonó el hogar, por miedo no enfrentó la vida, por miedo no superó el pavor de seguir viviendo bajo el mismo techo con el hombre que tanto amó, el padre de sus hijos, el hombre de su vida que sin miedo, la mató.

Las causas que llevan al FEMINICIDIO son variadas, pero la más común son los celos. Muchos hombres agresores alegan que los celos los llevan a cometer el asesinato de sus parejas, sobre todo si se trata de una “supuesta” infidelidad. Igual que el corrido Rosita Alvírez que “solo” le dieron tres tiros, hace unos días un anciano abogado mató a su esposa de 21 años en un famoso restaurante de la Ciudad de México.

En lo que va del 2022, 8 mil 500 mujeres y niñas han sido asesinadas y lo que es inadmisible es que solo 800 casos se han investigado. El asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer a manos de un hombre machista y misógino comúnmente queda sin castigo. El crimen atroz de Fátima, una pequeña de siete años que sufrió abuso sexual y golpes antes de morir, ha conmocionado a México. ¡NI UNA MÁS¡ claman las mujeres mexicanas porque los asesinos siguen libres y la justicia no llega…