/ domingo 17 de marzo de 2024

Añoranzas / Magnolias de acero

A principios de marzo casi el mundo entero anualmente festeja el Día Internacional de la Mujer, motivo por el cual se recuerda con admiración y cariño a las mujeres que han luchado y siguen sin tregua luchando por una sociedad más libre, más justa, más equitativa, más equilibrada. Misión sumamente difícil ante el “machismo” que impera en el mundo, por ser un cáncer que les impide crecer y vivir plenamente.

Las mujeres no quieren parecerse a los hombres; las mujeres quieren ser ellas mismas. Diferentes, pero con los mismos derechos y con la misma dignidad, ni más ni menos. Aún hay millones de mujeres sometidas, humilladas, golpeadas, asesinadas, víctimas de prostitución y escarnio en todo el mundo. Valientes e idealistas mujeres que luchan por lograr su cometido desde diferentes trincheras, a pesar del camino sinuoso y empantanado por recorrer se empieza a ver una luz al final del túnel.

Los usos y costumbres, las ideas obsoletas y misóginas tienden a desaparecer. La Sherezada hija del visir de “Las mil y una noches”, que narra un cuento todas las noches a su amo para no morir, ya no existe. Ya va a la universidad, ya se arrancó la Burka, ya rompió cadenas porque ya tiene derechos constitucionales, ya es ella misma. Es lo que quiere ser y sin duda lo será. Ellas son insumergibles e indestructibles, son como las nombra una famosa película, “Magnolias de Acero”, poseen bellos aromas de una flor, pero también tienen la enorme resistencia del metal que embellece y resiste todo.

Hoy en día la mujer es imparable. Tiene una meta en su vida porque ha decidido aprender, prepararse y ejercer la libertad. Ya no teme a la soledad porque ha demostrado ser autosuficiente.

Ante este panorama lo que les corresponde a los señores es pactar con ellas y negociar una rendición honrosa, antes de que se les venga el mundo encima. Si en la negociación consiguen conservar para ellos el control de la tele, dense por bien servidos…

A principios de marzo casi el mundo entero anualmente festeja el Día Internacional de la Mujer, motivo por el cual se recuerda con admiración y cariño a las mujeres que han luchado y siguen sin tregua luchando por una sociedad más libre, más justa, más equitativa, más equilibrada. Misión sumamente difícil ante el “machismo” que impera en el mundo, por ser un cáncer que les impide crecer y vivir plenamente.

Las mujeres no quieren parecerse a los hombres; las mujeres quieren ser ellas mismas. Diferentes, pero con los mismos derechos y con la misma dignidad, ni más ni menos. Aún hay millones de mujeres sometidas, humilladas, golpeadas, asesinadas, víctimas de prostitución y escarnio en todo el mundo. Valientes e idealistas mujeres que luchan por lograr su cometido desde diferentes trincheras, a pesar del camino sinuoso y empantanado por recorrer se empieza a ver una luz al final del túnel.

Los usos y costumbres, las ideas obsoletas y misóginas tienden a desaparecer. La Sherezada hija del visir de “Las mil y una noches”, que narra un cuento todas las noches a su amo para no morir, ya no existe. Ya va a la universidad, ya se arrancó la Burka, ya rompió cadenas porque ya tiene derechos constitucionales, ya es ella misma. Es lo que quiere ser y sin duda lo será. Ellas son insumergibles e indestructibles, son como las nombra una famosa película, “Magnolias de Acero”, poseen bellos aromas de una flor, pero también tienen la enorme resistencia del metal que embellece y resiste todo.

Hoy en día la mujer es imparable. Tiene una meta en su vida porque ha decidido aprender, prepararse y ejercer la libertad. Ya no teme a la soledad porque ha demostrado ser autosuficiente.

Ante este panorama lo que les corresponde a los señores es pactar con ellas y negociar una rendición honrosa, antes de que se les venga el mundo encima. Si en la negociación consiguen conservar para ellos el control de la tele, dense por bien servidos…