/ domingo 20 de febrero de 2022

Añoranzas | Verde, blanco y rojo

El 24 de febrero festejamos a nuestra Bandera y por un par de días ciudades y pueblos de nuestro México se adornan de verde, blanco y rojo. El corazón se nos alegra al ver por todas partes a los vendedores que nos ofrecen la bandera tricolor: Una banderita pequeña para los niños, la que el novio comprará a la novia, la que el conductor pondrá en el espejo de su coche, la que pondrá el ama de casa en la sala cual bella flor, o en la puerta de su casa indicando que ahí vive un patriota.

El canto de la bandera tricolor de los infantes: “Banderita mexicana/ banderita tricolor/eres querida bandera/de toditas la mejor. /Son tus colores hermosos verde, blanco y colorado./Viva la hermosa bandera de mi México adorado!” Así declama el niño solemne y emocionado en la ceremonia a la Bandera de su colegio. El sagrado lábaro patrio de los Niños Héroes. El glorioso pendón que nadie puede mancillar. En los pliegos de ese lienzo se acuna nuestra patria a la que amamos como una madre protectora y amorosa. Los mexicanos nos sentimos más patriotas que nunca al verla ondear bajo su limpio y estrellado cielo.

El gran escritor y poeta Alfonso Reyes dijo: “El patriotismo es el sentimiento que llevamos en nuestros corazones, amor a nuestra patria, a nuestra bandera, a nuestra cultura. El férreo deseo de mejorar nuestro país y confiar en su futuro destino. Ese noble sentimiento que nos debe unir a los mexicanos hoy y siempre”. Hay muchas emociones en juego estos días de polarización política, pero a pesar de las diferencias de ideas y preferencias de partidos que provocan discusiones alteradas, los mexicanos somos ante todos hermanos unidos por el mismo sentimiento, el amor a México.

El escudo de nuestra bandera es muy bello, pero no solo por su imagen de un águila devorando una serpiente, sino por la leyenda que hay detrás y que todo mexicano debería de saber como un deber patrio. ¿A quién no se le ha puesto la carne de gallina al verla ondear en el extranjero? Mirarla ondear en una competencia internacional aún en un tercer lugar es muy emocionante y nos pone la carne de gallina. Saquemos a lucir nuestra bandera, no solo en su día y en las fiestas patrias. Tengámosla siempre presente en nuestro entorno, para lucirla, para honrarla, para demostrar que amamos a nuestro México y a su símbolo patrio con todo nuestro corazón y que nuestras diferencias ideológicas no nos separen. La Patria es primero.

El 24 de febrero festejamos a nuestra Bandera y por un par de días ciudades y pueblos de nuestro México se adornan de verde, blanco y rojo. El corazón se nos alegra al ver por todas partes a los vendedores que nos ofrecen la bandera tricolor: Una banderita pequeña para los niños, la que el novio comprará a la novia, la que el conductor pondrá en el espejo de su coche, la que pondrá el ama de casa en la sala cual bella flor, o en la puerta de su casa indicando que ahí vive un patriota.

El canto de la bandera tricolor de los infantes: “Banderita mexicana/ banderita tricolor/eres querida bandera/de toditas la mejor. /Son tus colores hermosos verde, blanco y colorado./Viva la hermosa bandera de mi México adorado!” Así declama el niño solemne y emocionado en la ceremonia a la Bandera de su colegio. El sagrado lábaro patrio de los Niños Héroes. El glorioso pendón que nadie puede mancillar. En los pliegos de ese lienzo se acuna nuestra patria a la que amamos como una madre protectora y amorosa. Los mexicanos nos sentimos más patriotas que nunca al verla ondear bajo su limpio y estrellado cielo.

El gran escritor y poeta Alfonso Reyes dijo: “El patriotismo es el sentimiento que llevamos en nuestros corazones, amor a nuestra patria, a nuestra bandera, a nuestra cultura. El férreo deseo de mejorar nuestro país y confiar en su futuro destino. Ese noble sentimiento que nos debe unir a los mexicanos hoy y siempre”. Hay muchas emociones en juego estos días de polarización política, pero a pesar de las diferencias de ideas y preferencias de partidos que provocan discusiones alteradas, los mexicanos somos ante todos hermanos unidos por el mismo sentimiento, el amor a México.

El escudo de nuestra bandera es muy bello, pero no solo por su imagen de un águila devorando una serpiente, sino por la leyenda que hay detrás y que todo mexicano debería de saber como un deber patrio. ¿A quién no se le ha puesto la carne de gallina al verla ondear en el extranjero? Mirarla ondear en una competencia internacional aún en un tercer lugar es muy emocionante y nos pone la carne de gallina. Saquemos a lucir nuestra bandera, no solo en su día y en las fiestas patrias. Tengámosla siempre presente en nuestro entorno, para lucirla, para honrarla, para demostrar que amamos a nuestro México y a su símbolo patrio con todo nuestro corazón y que nuestras diferencias ideológicas no nos separen. La Patria es primero.