/ martes 20 de abril de 2021

Cambiavía | Lolita

Este próximo 23 de abril celebraremos el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. Como es sabido, en esa fecha murieron William Shakespeare, Miguel de Cervantes Saavedra y el Inca Garcilaso de la Vega. Alrededor de esa fecha nacieron y murieron grandes escritores de la literatura universal.

En este espacio recordamos a Vladimir Nabokov, nacido en San Petersburgo, Rusia, el 22 de abril de 1899. Nacionalizado estadounidense, Nabokov fue experto en mariposas y autor de la novela Lolita, en el que mostró un trabajo riguroso, descripciones dramáticas, un estilo innovador y, por supuesto, una trama cuidadosamente estructurada.

Los padres de Nabokov eran ricos y lo alentaron a desarrollar su imaginación. Estudió idiomas, matemáticas, y era un hábil jugador de ajedrez, futbol y boxeo. Educado por tutores privados aprendió a leer inglés antes que el ruso. Desde su primera infancia mostró gran interés por las mariposas, al tiempo, se convirtió en una autoridad en el tema. A los trece años de edad comenzó a escribir poemas porque como él mismo dijo, “la furia entumecida de la creación de versos se me ocurrió por primera vez”. Después de la Revolución Rusa, la familia perdió su tierra y fortuna; huyeron a Londres, Inglaterra, lugar en el que Nabokov ingresaría a la prestigiada Universidad de Cambridge en 1919, tres años después se graduó y se trasladó a Berlín, Alemania, ciudad en la que su padre fue asesinado por un monárquico, mientras intentaba defender al líder del Partido Democrático Constitucional.

En 1925 Nabokov contrajo matrimonio con Vera Slonim. Tuvieron un hijo, Dmitri, quien años después se convirtió en cantante de ópera. En Berlín desempeñó diversas actividades: enseñó boxeo, tenis e idiomas, también construía crucigramas. Al inicio de su carrera literaria se firmaba con el nombre de “V. Sirin”. Vendía historias, poemas y ensayos a periódicos en ruso, primero en Berlín y más tarde en París, Francia. Entre sus primeros trabajos notables se encuentra una traducción de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carrol.

En 1940 se traslada a Estados Unidos. Enseñó idiomas en la Universidad de Stanford en California, luego, como profesor de literatura en el Wellesley College en Massachusetts. Alternaba su tiempo entre la escritura, la enseñanza y el estudio de los insectos, esto último, en el Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard. Tiempo después descubrió varias especies de mariposas, incluida la “ninfa del bosque de Nabokov”. En 1941 escribió La verdadera vida de Sebastian Knight, parodia de una historia de misterio, cuyo héroe se basa en su propia vida. En 1945 obtuvo la ciudadanía estadounidense, al tiempo en que sus historias aparecían de manera regular en revistas de importancia. Dos años después escribió Barra siniestra, novela en la que narra la batalla de un intelectual con un estado policial. Fue nombrado profesor de literatura rusa y europea en la universidad de Cornell, Nueva York, en 1949. Tiempo después escribió Habla, memoria (1951), un libro de recuerdos de su vida en Rusia.

No obstante todo ese trabajo realizado, Nabokov permaneció prácticamente desconocido como escritor hasta que escribió Lolita, un relato triste y divertido a la vez de Humbert Humbert, un maestro de mediana edad que se enamora de una estudiante de doce años. Originalmente fue rechazada por lo menos por cuatro editores estadounidenses, quienes consideraron demasiado incendiaria la historia de la lujuria de un profesor de mediana edad con su hijastra preadolescente. Nabokov persistió y Lolita fue finalmente publicada en Francia en 1955 por Olympia Press, de poca reputación. Pronto se convirtió en una sensación literaria clandestina en Francia. Gracias a la creciente aclamación de la crítica por el libro, la Editorial Putnam publicó una edición estadounidense en 1958. Algunos países la consideraron obscena y prohibida, pero la novela se convirtió en un éxito de ventas a pesar de su controvertido tema.

Lolita fue revolucionaria para su época. Si bien es cierto que D. H. Lawrence, Virginia Woolf y James Joyce habían escrito sobre sexualidad en los albores del siglo XX y aunque los avances en psicología había tratado dichos temas, ningún otro libro había explorado abiertamente los elementos más oscuros de sexo y deseo. Se sabe que Nabokov no defendía la psicología freudiana, pero tampoco ignoraba su impacto en lo literario o en el estudio de las emociones humanas. Lolita representa un ejemplo clásico de lo que se ha dado en llamar literatura posmoderna; es decir, tomar distancia de la noción de que la novela debería contar historias realistas bajo una perspectiva objetiva. Los posmodernistas se interesan en un tipo de escritura que evoca la naturaleza fragmentaria de la experiencia y la complejidad del lenguaje. Humbert Humbert, el protagonista de Lolita, narra la historia de manera muy subjetiva y para ello utiliza un lenguaje rico y sofisticado. La obra contiene diversos recursos lingüísticos: juegos de palabras, expresiones multilingües, referencias a otras obras, alusiones artísticas. Todo eso debido a la idea de que una novela no era una obra literaria fija, sino por el contrario, una reacción orgánica mucho más fluida que se interconectaba con otros medios. La belleza y la intensidad del lenguaje permiten a los lectores crear empatía con el protagonista pedófilo y los obligan a seguir leyendo, no obstante los numerosos momentos de angustia que se presentan a lo largo de la novela.

Aunque Lolita es una obra de ficción, podemos observar que Nabokov comparte muchos rasgos de personalidad con su protagonista Humbert Humbert: los dos hombres eran exiliados europeos, académicos, con alto nivel de educación; ambos se establecieron en Estados Unidos y poseían un manejo envidiable del lenguaje; sin embargo, Nabokov era todo un hombre de familia que llevaba una vida tranquila y erudita.

Nabokov aceptó escribir el guión para la versión cinematográfica de 1962. La novela y la película le redituaron grandes beneficios económicos, con lo que pudo dejar de enseñar y dedicarse por completo a la escritura y a la caza de mariposas.

En 1960 se trasladó a Montreux, Suiza. Escribió Pálido fuego (1962), obra que recibió muchos elogios, un trabajo elaborado como un poema de 999 líneas con un extenso discurso de un erudito de Nueva Inglaterra, quien era en realidad un rey mítico en el exilio. En 1963 se publicó Eugene Onegin, novela romántica escrita por Alexander Pushkin y traducida al inglés por Nabokov, este trabajo lo consideró como su “obra de amor”.

Nabokov fue un experto en la creación de tramas, sus novelas eran un rompecabezas, pues no contaba la historia de manera lineal (de principio a fin). En 1964 en entrevista con la revista Life, expresó: “Escribir siempre ha sido para mí una tortura y un pasatiempo”. Este gran escritor murió el 2 de julio de 1977 en el Palace Hotel de Montreux, Suiza.

Lolita fue adaptada dos veces al cine, Stanley Kubrick dirigió la primera adaptación y Adrian Lyne, la segunda. Ninguna, sin embargo, logra mostrar la complicada mezcla de lenguaje, comedia negra y sentimiento romántico por el que la novela había sido tan famosa. Mostrar la amplia gama de emociones humanas, de lo trágico a lo cómico, sólo se consigue en el propio libro.

Celebremos la palabra este 23 de abril, corra a leer esta obra, haga un digno homenaje a este gran escritor, ¡que viva Nabokov!

Nabokov permaneció prácticamente desconocido como escritor hasta que escribió Lolita, un relato triste y divertido a la vez de Humbert Humbert, un maestro de mediana edad que se enamora de una estudiante de doce años.

Este próximo 23 de abril celebraremos el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. Como es sabido, en esa fecha murieron William Shakespeare, Miguel de Cervantes Saavedra y el Inca Garcilaso de la Vega. Alrededor de esa fecha nacieron y murieron grandes escritores de la literatura universal.

En este espacio recordamos a Vladimir Nabokov, nacido en San Petersburgo, Rusia, el 22 de abril de 1899. Nacionalizado estadounidense, Nabokov fue experto en mariposas y autor de la novela Lolita, en el que mostró un trabajo riguroso, descripciones dramáticas, un estilo innovador y, por supuesto, una trama cuidadosamente estructurada.

Los padres de Nabokov eran ricos y lo alentaron a desarrollar su imaginación. Estudió idiomas, matemáticas, y era un hábil jugador de ajedrez, futbol y boxeo. Educado por tutores privados aprendió a leer inglés antes que el ruso. Desde su primera infancia mostró gran interés por las mariposas, al tiempo, se convirtió en una autoridad en el tema. A los trece años de edad comenzó a escribir poemas porque como él mismo dijo, “la furia entumecida de la creación de versos se me ocurrió por primera vez”. Después de la Revolución Rusa, la familia perdió su tierra y fortuna; huyeron a Londres, Inglaterra, lugar en el que Nabokov ingresaría a la prestigiada Universidad de Cambridge en 1919, tres años después se graduó y se trasladó a Berlín, Alemania, ciudad en la que su padre fue asesinado por un monárquico, mientras intentaba defender al líder del Partido Democrático Constitucional.

En 1925 Nabokov contrajo matrimonio con Vera Slonim. Tuvieron un hijo, Dmitri, quien años después se convirtió en cantante de ópera. En Berlín desempeñó diversas actividades: enseñó boxeo, tenis e idiomas, también construía crucigramas. Al inicio de su carrera literaria se firmaba con el nombre de “V. Sirin”. Vendía historias, poemas y ensayos a periódicos en ruso, primero en Berlín y más tarde en París, Francia. Entre sus primeros trabajos notables se encuentra una traducción de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carrol.

En 1940 se traslada a Estados Unidos. Enseñó idiomas en la Universidad de Stanford en California, luego, como profesor de literatura en el Wellesley College en Massachusetts. Alternaba su tiempo entre la escritura, la enseñanza y el estudio de los insectos, esto último, en el Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard. Tiempo después descubrió varias especies de mariposas, incluida la “ninfa del bosque de Nabokov”. En 1941 escribió La verdadera vida de Sebastian Knight, parodia de una historia de misterio, cuyo héroe se basa en su propia vida. En 1945 obtuvo la ciudadanía estadounidense, al tiempo en que sus historias aparecían de manera regular en revistas de importancia. Dos años después escribió Barra siniestra, novela en la que narra la batalla de un intelectual con un estado policial. Fue nombrado profesor de literatura rusa y europea en la universidad de Cornell, Nueva York, en 1949. Tiempo después escribió Habla, memoria (1951), un libro de recuerdos de su vida en Rusia.

No obstante todo ese trabajo realizado, Nabokov permaneció prácticamente desconocido como escritor hasta que escribió Lolita, un relato triste y divertido a la vez de Humbert Humbert, un maestro de mediana edad que se enamora de una estudiante de doce años. Originalmente fue rechazada por lo menos por cuatro editores estadounidenses, quienes consideraron demasiado incendiaria la historia de la lujuria de un profesor de mediana edad con su hijastra preadolescente. Nabokov persistió y Lolita fue finalmente publicada en Francia en 1955 por Olympia Press, de poca reputación. Pronto se convirtió en una sensación literaria clandestina en Francia. Gracias a la creciente aclamación de la crítica por el libro, la Editorial Putnam publicó una edición estadounidense en 1958. Algunos países la consideraron obscena y prohibida, pero la novela se convirtió en un éxito de ventas a pesar de su controvertido tema.

Lolita fue revolucionaria para su época. Si bien es cierto que D. H. Lawrence, Virginia Woolf y James Joyce habían escrito sobre sexualidad en los albores del siglo XX y aunque los avances en psicología había tratado dichos temas, ningún otro libro había explorado abiertamente los elementos más oscuros de sexo y deseo. Se sabe que Nabokov no defendía la psicología freudiana, pero tampoco ignoraba su impacto en lo literario o en el estudio de las emociones humanas. Lolita representa un ejemplo clásico de lo que se ha dado en llamar literatura posmoderna; es decir, tomar distancia de la noción de que la novela debería contar historias realistas bajo una perspectiva objetiva. Los posmodernistas se interesan en un tipo de escritura que evoca la naturaleza fragmentaria de la experiencia y la complejidad del lenguaje. Humbert Humbert, el protagonista de Lolita, narra la historia de manera muy subjetiva y para ello utiliza un lenguaje rico y sofisticado. La obra contiene diversos recursos lingüísticos: juegos de palabras, expresiones multilingües, referencias a otras obras, alusiones artísticas. Todo eso debido a la idea de que una novela no era una obra literaria fija, sino por el contrario, una reacción orgánica mucho más fluida que se interconectaba con otros medios. La belleza y la intensidad del lenguaje permiten a los lectores crear empatía con el protagonista pedófilo y los obligan a seguir leyendo, no obstante los numerosos momentos de angustia que se presentan a lo largo de la novela.

Aunque Lolita es una obra de ficción, podemos observar que Nabokov comparte muchos rasgos de personalidad con su protagonista Humbert Humbert: los dos hombres eran exiliados europeos, académicos, con alto nivel de educación; ambos se establecieron en Estados Unidos y poseían un manejo envidiable del lenguaje; sin embargo, Nabokov era todo un hombre de familia que llevaba una vida tranquila y erudita.

Nabokov aceptó escribir el guión para la versión cinematográfica de 1962. La novela y la película le redituaron grandes beneficios económicos, con lo que pudo dejar de enseñar y dedicarse por completo a la escritura y a la caza de mariposas.

En 1960 se trasladó a Montreux, Suiza. Escribió Pálido fuego (1962), obra que recibió muchos elogios, un trabajo elaborado como un poema de 999 líneas con un extenso discurso de un erudito de Nueva Inglaterra, quien era en realidad un rey mítico en el exilio. En 1963 se publicó Eugene Onegin, novela romántica escrita por Alexander Pushkin y traducida al inglés por Nabokov, este trabajo lo consideró como su “obra de amor”.

Nabokov fue un experto en la creación de tramas, sus novelas eran un rompecabezas, pues no contaba la historia de manera lineal (de principio a fin). En 1964 en entrevista con la revista Life, expresó: “Escribir siempre ha sido para mí una tortura y un pasatiempo”. Este gran escritor murió el 2 de julio de 1977 en el Palace Hotel de Montreux, Suiza.

Lolita fue adaptada dos veces al cine, Stanley Kubrick dirigió la primera adaptación y Adrian Lyne, la segunda. Ninguna, sin embargo, logra mostrar la complicada mezcla de lenguaje, comedia negra y sentimiento romántico por el que la novela había sido tan famosa. Mostrar la amplia gama de emociones humanas, de lo trágico a lo cómico, sólo se consigue en el propio libro.

Celebremos la palabra este 23 de abril, corra a leer esta obra, haga un digno homenaje a este gran escritor, ¡que viva Nabokov!

Nabokov permaneció prácticamente desconocido como escritor hasta que escribió Lolita, un relato triste y divertido a la vez de Humbert Humbert, un maestro de mediana edad que se enamora de una estudiante de doce años.