/ martes 29 de diciembre de 2020

Cambiavía | ¿Qué esperar para el 2021?

Estamos a punto de terminar un año histórico, inolvidable, atípico y la humanidad se pregunta ¿qué nos depara el próximo? El 2021 debiera ser un año en el que todos sintamos, entendamos y aceptemos el hecho de que el principal propósito de nuestra experiencia hasta ahora ha sido reorganizar el mundo de una manera positiva. Los desafíos que hemos tenido que enfrentar son aliados valiosos para ayudarnos a escudriñar cómo alcanzar una nueva etapa de desarrollo, cómo alcanzar una evidente mejoría de nuestra existencia.

El 2020 se caracterizó por la polarización, la crisis económica, los desastres naturales y una pandemia que cerró las puertas en todo el mundo. El próximo año será un año de transición y puede que dure algunos más, pero nos servirá de base para comprender las condiciones futuras que debemos alcanzar. Está claro que lo realmente importante radica en crear cosas esenciales. El fundamento básico es la educación, asimilar que debemos educarnos a nosotros mismos para alcanzar una solidaridad mutua.

¿La pandemia ha terminado con la llegada de las nuevas vacunas? No. El proceso de vacunación será lento pues apenas se comienzan a producir y se requieren millones, por lo tanto no debemos bajar la guardia; es decir, debemos cuidarnos para cuidar a los demás, con algo tan simple como lavarnos las manos, usar cubrebocas y mantener una distancia de dos metros con las demás personas.

No está escrito en las estrellas cómo será el próximo año, no hay predicciones que valgan, ni siquiera en lo que respecta a las vacunas. El futuro depende de nosotros, depende de cuánto intentemos comprender lo que nos dice la naturaleza. Si no dejamos de producir cosas innecesarias que destruyen el medio ambiente, si no atendemos el tema del calentamiento global, enfrentaremos grandes adversidades. Debemos cambiar el rumbo en el sistema educativo para dejar la competencia y la división a cambio de un ambiente comunitario y solidario.

El propósito principal para el año nuevo es establecer un mundo integral, crear una cultura de colaboración humana, el uno para el otro y en armonía con la naturaleza. Para cumplirlo los gobiernos del mundo tendrán que calcular qué es realmente prioritario y qué no. Debemos deshacernos de todo aquello que no se considere indispensable, esas medidas, dolorosas, provocarán el cierre de una importante cantidad de tiendas y negocios.

Por ahora, la gente está terminando el año con un dejo de preocupación por cómo serán los primeros días del próximo, preocupada por el desempleo, la falta de oportunidades laborales. En este sentido, los gobiernos deberán comenzar a cuestionarse cómo adoptar una nueva manera de pensar en donde todos podamos ser contemplados para mirar hacia el futuro con grandes esperanzas. Será necesario poner el acento en una educación humanista, en educarnos a nosotros mismos para ser comunidad y desarrollar una solidaridad mutua.

Es cierto, las vacunas ya están aquí, pero llegar a todos los rincones del mundo seguirá siendo una aspiración. La humanidad seguirá adaptándose a vivir con el virus, la convivencia seguirá siendo restringida, continuaremos con el uso de mascarillas, el lavado de manos. Debido al impacto de las nuevas formas de relacionarse, la gente le dará a los demás una distancia más amplia en los espacios públicos de manera espontánea e inconsciente. En el año venidero la manera de relacionarnos no será prácticamente la misma que ahora. Pero ante este panorama debemos adoptar el ya clásico “No bajar la guardia”, porque nos queremos vivos, porque nos queremos juntos porque aún falta tiempo para seguir soñando.

Si somos capaces de unirnos, entenderemos todo lo bueno que se encuentra ante nosotros. La bondad, la solidaridad debieran primar por encima de egoísmos y luchas personales. Darse es la clave para construir una nueva sociedad que pueda caminar con certidumbre el año venidero. Y no, no es una utopía, todo depende de cuán dispuestos estemos para abrir nuestras mentes y nuestros corazones.

Este juntapalabras les desea un feliz año nuevo, pleno de salud, trabajo, luz y armonía en sus vidas y la de sus seres queridos.

Estamos a punto de terminar un año histórico, inolvidable, atípico y la humanidad se pregunta ¿qué nos depara el próximo? El 2021 debiera ser un año en el que todos sintamos, entendamos y aceptemos el hecho de que el principal propósito de nuestra experiencia hasta ahora ha sido reorganizar el mundo de una manera positiva. Los desafíos que hemos tenido que enfrentar son aliados valiosos para ayudarnos a escudriñar cómo alcanzar una nueva etapa de desarrollo, cómo alcanzar una evidente mejoría de nuestra existencia.

El 2020 se caracterizó por la polarización, la crisis económica, los desastres naturales y una pandemia que cerró las puertas en todo el mundo. El próximo año será un año de transición y puede que dure algunos más, pero nos servirá de base para comprender las condiciones futuras que debemos alcanzar. Está claro que lo realmente importante radica en crear cosas esenciales. El fundamento básico es la educación, asimilar que debemos educarnos a nosotros mismos para alcanzar una solidaridad mutua.

¿La pandemia ha terminado con la llegada de las nuevas vacunas? No. El proceso de vacunación será lento pues apenas se comienzan a producir y se requieren millones, por lo tanto no debemos bajar la guardia; es decir, debemos cuidarnos para cuidar a los demás, con algo tan simple como lavarnos las manos, usar cubrebocas y mantener una distancia de dos metros con las demás personas.

No está escrito en las estrellas cómo será el próximo año, no hay predicciones que valgan, ni siquiera en lo que respecta a las vacunas. El futuro depende de nosotros, depende de cuánto intentemos comprender lo que nos dice la naturaleza. Si no dejamos de producir cosas innecesarias que destruyen el medio ambiente, si no atendemos el tema del calentamiento global, enfrentaremos grandes adversidades. Debemos cambiar el rumbo en el sistema educativo para dejar la competencia y la división a cambio de un ambiente comunitario y solidario.

El propósito principal para el año nuevo es establecer un mundo integral, crear una cultura de colaboración humana, el uno para el otro y en armonía con la naturaleza. Para cumplirlo los gobiernos del mundo tendrán que calcular qué es realmente prioritario y qué no. Debemos deshacernos de todo aquello que no se considere indispensable, esas medidas, dolorosas, provocarán el cierre de una importante cantidad de tiendas y negocios.

Por ahora, la gente está terminando el año con un dejo de preocupación por cómo serán los primeros días del próximo, preocupada por el desempleo, la falta de oportunidades laborales. En este sentido, los gobiernos deberán comenzar a cuestionarse cómo adoptar una nueva manera de pensar en donde todos podamos ser contemplados para mirar hacia el futuro con grandes esperanzas. Será necesario poner el acento en una educación humanista, en educarnos a nosotros mismos para ser comunidad y desarrollar una solidaridad mutua.

Es cierto, las vacunas ya están aquí, pero llegar a todos los rincones del mundo seguirá siendo una aspiración. La humanidad seguirá adaptándose a vivir con el virus, la convivencia seguirá siendo restringida, continuaremos con el uso de mascarillas, el lavado de manos. Debido al impacto de las nuevas formas de relacionarse, la gente le dará a los demás una distancia más amplia en los espacios públicos de manera espontánea e inconsciente. En el año venidero la manera de relacionarnos no será prácticamente la misma que ahora. Pero ante este panorama debemos adoptar el ya clásico “No bajar la guardia”, porque nos queremos vivos, porque nos queremos juntos porque aún falta tiempo para seguir soñando.

Si somos capaces de unirnos, entenderemos todo lo bueno que se encuentra ante nosotros. La bondad, la solidaridad debieran primar por encima de egoísmos y luchas personales. Darse es la clave para construir una nueva sociedad que pueda caminar con certidumbre el año venidero. Y no, no es una utopía, todo depende de cuán dispuestos estemos para abrir nuestras mentes y nuestros corazones.

Este juntapalabras les desea un feliz año nuevo, pleno de salud, trabajo, luz y armonía en sus vidas y la de sus seres queridos.