/ lunes 1 de febrero de 2021

Desde el faro | Destello: Los Piñones de Miquihuana

La Villa de Miquihuana es un pequeño poblado fundado en 1849 y con apenas una población de 3 mil 933 habitantes, siendo uno de los municipios más altos de Tamaulipas se ha popularizado por la bella estampa de bosques nevados en temporada de invierno y ahora se ha destacado por ser uno de los productores de piñón.

El piñón es una semilla utilizada para una gran variedad de platillos mexicanos, se produce de las piñas de los pinos y en Tamaulipas esta actividad es el sostén de muchas familias de Miquihuana, pero su recolección lleva un largo proceso.

Algunas familias se dedican a esta actividad y comparten su experiencia en la recolección de los piñones, una semilla cuya cosecha tarda siete años en darse.

Guillermo Lugo y su esposa Isaura Vargas, originarios del poblado Altamira en Miquihuana, inician su jornada a las 5 y media de la mañana, a sitios donde no es fácil acceder ya que donde se localizan los pinos piñoneros caminan cerca de 4 kilómetros.

“Es un camino muy largo, y accidentado es un poco difícil subir porque hay piedras altas, duelen las piernas y todo, pero hace uno el esfuerzo por ir a juntar el piñón”, comenta Isaura Vargas.

Al llegar comienzan a juntar el piñón en botes, Guillermo menciona que él logra recolectar cinco kilos, mientras que su esposa junta alrededor de siete.

Para el mediodía terminan y esperan a que baje un poco el sol, porque pega de frente para poder regresar.

“Cuando acabamos y ya andamos cansados, adoloridos de la rabadilla, de la espalda, las rodillas, de las piernas, por el tiempo de estar agachados y en cunclillas, por eso descansamos un rato y luego nos regresamos con el piñón cargando en costales” refirió.

“La bajada de los pinales está difícil y peligrosa, porque se puede caer uno, hay muchas piedras resbalosas y sueltas, súmale que traemos en la espalda los costales de piñones que nos hace perder el equilibrio muy fácilmente por el peso, además tiene que venir uno con muchísimo cuidado para no lastimarse porque si te caes, puedes hasta fracturarte un pie o hacerse una herida” dijo el piñonero.

Si llovió la cosa se pone peor, porque entonces es mucho más difícil descender ante la presencia de lodo y lo resbaloso del camino.

“El regreso es más tardado, como consecuencia del agotamiento y cansancio que siente uno” indicó el recolector.

Pero no todo termina con esa situación de la recolección. La segunda parte es el proceso de molienda para quitar la cascara y obtener el piñón “si queremos obtener un kilo, hay que sacar la semilla de un buen de piñones”.

Hay que resaltar las propiedades que tiñe el piñón: son ricos en vitamina D, E, C, minerales, magnesio potasio, calcio, casualmente en el poblado pocas son las enfermedades respiratorias y virales.

Para agilizar el proceso de limpieza, se han tenido que modernizar y ahora usan molinos que les facilita el proceso de manera más rápida. “Esto nos ha ayudado mucho, es cansado y difícil, pero de ahí sacamos para comer y darle estudios a los hijos, tengo una en la escuela y lo que saco se lo mando para sus gastos”.

Familias de Miquihuana se sostienen de esta actividad, les comento que la forma de venta es atreves de la tienda del DIF estatal y si queremos apoyarlos, se pueden hacer pedido a los teléfonos 834-315-51-56 y 834-110-06-27. ¡Llévele, llévele!!!

*Lic. Adriana Carolina Infante Pacheco, cronista Municipal de Ciudad Madero.

La Villa de Miquihuana es un pequeño poblado fundado en 1849 y con apenas una población de 3 mil 933 habitantes, siendo uno de los municipios más altos de Tamaulipas se ha popularizado por la bella estampa de bosques nevados en temporada de invierno y ahora se ha destacado por ser uno de los productores de piñón.

El piñón es una semilla utilizada para una gran variedad de platillos mexicanos, se produce de las piñas de los pinos y en Tamaulipas esta actividad es el sostén de muchas familias de Miquihuana, pero su recolección lleva un largo proceso.

Algunas familias se dedican a esta actividad y comparten su experiencia en la recolección de los piñones, una semilla cuya cosecha tarda siete años en darse.

Guillermo Lugo y su esposa Isaura Vargas, originarios del poblado Altamira en Miquihuana, inician su jornada a las 5 y media de la mañana, a sitios donde no es fácil acceder ya que donde se localizan los pinos piñoneros caminan cerca de 4 kilómetros.

“Es un camino muy largo, y accidentado es un poco difícil subir porque hay piedras altas, duelen las piernas y todo, pero hace uno el esfuerzo por ir a juntar el piñón”, comenta Isaura Vargas.

Al llegar comienzan a juntar el piñón en botes, Guillermo menciona que él logra recolectar cinco kilos, mientras que su esposa junta alrededor de siete.

Para el mediodía terminan y esperan a que baje un poco el sol, porque pega de frente para poder regresar.

“Cuando acabamos y ya andamos cansados, adoloridos de la rabadilla, de la espalda, las rodillas, de las piernas, por el tiempo de estar agachados y en cunclillas, por eso descansamos un rato y luego nos regresamos con el piñón cargando en costales” refirió.

“La bajada de los pinales está difícil y peligrosa, porque se puede caer uno, hay muchas piedras resbalosas y sueltas, súmale que traemos en la espalda los costales de piñones que nos hace perder el equilibrio muy fácilmente por el peso, además tiene que venir uno con muchísimo cuidado para no lastimarse porque si te caes, puedes hasta fracturarte un pie o hacerse una herida” dijo el piñonero.

Si llovió la cosa se pone peor, porque entonces es mucho más difícil descender ante la presencia de lodo y lo resbaloso del camino.

“El regreso es más tardado, como consecuencia del agotamiento y cansancio que siente uno” indicó el recolector.

Pero no todo termina con esa situación de la recolección. La segunda parte es el proceso de molienda para quitar la cascara y obtener el piñón “si queremos obtener un kilo, hay que sacar la semilla de un buen de piñones”.

Hay que resaltar las propiedades que tiñe el piñón: son ricos en vitamina D, E, C, minerales, magnesio potasio, calcio, casualmente en el poblado pocas son las enfermedades respiratorias y virales.

Para agilizar el proceso de limpieza, se han tenido que modernizar y ahora usan molinos que les facilita el proceso de manera más rápida. “Esto nos ha ayudado mucho, es cansado y difícil, pero de ahí sacamos para comer y darle estudios a los hijos, tengo una en la escuela y lo que saco se lo mando para sus gastos”.

Familias de Miquihuana se sostienen de esta actividad, les comento que la forma de venta es atreves de la tienda del DIF estatal y si queremos apoyarlos, se pueden hacer pedido a los teléfonos 834-315-51-56 y 834-110-06-27. ¡Llévele, llévele!!!

*Lic. Adriana Carolina Infante Pacheco, cronista Municipal de Ciudad Madero.