/ lunes 30 de diciembre de 2019

Desde el Faro | Esperando el 2020

¡Qué tal apreciables amigos!

Estamos por concluir el año 2019, lleno de vivencias, experiencias y sorpresas. Sin duda todos esperamos que en el 2020 o, como coloquialmente se dice, el 20-20, sea el inicio de una década de progreso y prosperidad.

Para nadie es nuevo llenarse de ilusiones y deseos de buena voluntad, reconfortarnos con los buenos momentos que hemos vivido, dar gracias a Dios por la oportunidad de seguir en este mundo, tal vez no como quisiéramos, ¡pero estamos!

Darnos cuenta que si tenemos vida, tenemos oportunidad de vivir en plenitud, que los años nos van enseñando a soltar piedras que hemos cargado por años y que su peso no nos ayuda en nada.

A enfocarnos en lo que realmente vale la pena, disfrutar los últimos dulces de la bolsa, con paciencia y tolerancia.

Darle a cada quien su justa importancia, quedarnos con la familia y con los amigos que realmente vale la pena conservar y seguir conviviendo. Tal vez pocos, pero ¡de calidad!.

La memoria viene a nosotros, trayendo los maravillosos momentos de la ya lejana infancia, donde todo era alegría en estas fechas, sin reparar en risas y correrías.

Esperar el Año Nuevo sí que es emocionante con todas aquellas creencias de usar o hacer rituales para la buena suerte, como tomar las 12 uvas pidiendo un deseo, o salir corriendo con las maletas para tener muchos viajes, o salir a barrer el frente de tu casa para auyentar la mala suerte, sin olvidar ponerse la ropa interior del color preferido para el amor, la salud, el dinero o la buena suerte.

Esperar la cena con la familia y la llegada del muy recordado tío que siempre canta y termina llorando, o de la tía que siempre nos mantiene informados de la vida de todos, ¡Cómo olvidarla!.

Pero qué tal el primo que siempre cuenta esas historias maravillosas de sus viajes.

Disfrutar la nueva receta que preparó la hija, y enaltecer a la tía que le queda muy rica la pasta.

Pero, aun con todos esos momentos estupendos, llega a nuestra mente el inevitable recuerdo del abuelo que ya no está con nosotros… y los ojos se nos nublan y cristalizan por perpetuar su imagen de tantas y tantas vivencias con él.

Es ahí donde quisiéramos evocar al pasado para poder darle un fuerte abrazo y decirle cuán importante fue en nuestra vida…

Y recordar o echar de menos al hijo ausente que por trabajo no puede estar en casa, pero sí en nuestro corazón y nuestra mente, diciéndole a la distancia cuánto se le quiere.

Valorar lo bueno y lo malo, aprender de todo ello para hacer lo justo, correcto y conveniente. Como personas y como mexicanos.

Desearle éxito a la familia, a los amigos, a los gobernantes, a los comerciantes, a los empleados, a los vecinos, a todos… ¡porque todos vamos en el mismo barco!

Un abrazo reconforta y transmite aprecio! Va mi abrazo para cada uno de ustedes DESDE EL FARO!

¡FELIZ AÑO NUEVO!

¡Qué tal apreciables amigos!

Estamos por concluir el año 2019, lleno de vivencias, experiencias y sorpresas. Sin duda todos esperamos que en el 2020 o, como coloquialmente se dice, el 20-20, sea el inicio de una década de progreso y prosperidad.

Para nadie es nuevo llenarse de ilusiones y deseos de buena voluntad, reconfortarnos con los buenos momentos que hemos vivido, dar gracias a Dios por la oportunidad de seguir en este mundo, tal vez no como quisiéramos, ¡pero estamos!

Darnos cuenta que si tenemos vida, tenemos oportunidad de vivir en plenitud, que los años nos van enseñando a soltar piedras que hemos cargado por años y que su peso no nos ayuda en nada.

A enfocarnos en lo que realmente vale la pena, disfrutar los últimos dulces de la bolsa, con paciencia y tolerancia.

Darle a cada quien su justa importancia, quedarnos con la familia y con los amigos que realmente vale la pena conservar y seguir conviviendo. Tal vez pocos, pero ¡de calidad!.

La memoria viene a nosotros, trayendo los maravillosos momentos de la ya lejana infancia, donde todo era alegría en estas fechas, sin reparar en risas y correrías.

Esperar el Año Nuevo sí que es emocionante con todas aquellas creencias de usar o hacer rituales para la buena suerte, como tomar las 12 uvas pidiendo un deseo, o salir corriendo con las maletas para tener muchos viajes, o salir a barrer el frente de tu casa para auyentar la mala suerte, sin olvidar ponerse la ropa interior del color preferido para el amor, la salud, el dinero o la buena suerte.

Esperar la cena con la familia y la llegada del muy recordado tío que siempre canta y termina llorando, o de la tía que siempre nos mantiene informados de la vida de todos, ¡Cómo olvidarla!.

Pero qué tal el primo que siempre cuenta esas historias maravillosas de sus viajes.

Disfrutar la nueva receta que preparó la hija, y enaltecer a la tía que le queda muy rica la pasta.

Pero, aun con todos esos momentos estupendos, llega a nuestra mente el inevitable recuerdo del abuelo que ya no está con nosotros… y los ojos se nos nublan y cristalizan por perpetuar su imagen de tantas y tantas vivencias con él.

Es ahí donde quisiéramos evocar al pasado para poder darle un fuerte abrazo y decirle cuán importante fue en nuestra vida…

Y recordar o echar de menos al hijo ausente que por trabajo no puede estar en casa, pero sí en nuestro corazón y nuestra mente, diciéndole a la distancia cuánto se le quiere.

Valorar lo bueno y lo malo, aprender de todo ello para hacer lo justo, correcto y conveniente. Como personas y como mexicanos.

Desearle éxito a la familia, a los amigos, a los gobernantes, a los comerciantes, a los empleados, a los vecinos, a todos… ¡porque todos vamos en el mismo barco!

Un abrazo reconforta y transmite aprecio! Va mi abrazo para cada uno de ustedes DESDE EL FARO!

¡FELIZ AÑO NUEVO!