/ lunes 8 de agosto de 2022

Desde el faro | WhatsApp, Facebook, Twitter e Instagram aniquilan las cartas y el correo

Que tremenda es la comparación de los que recibimos la educación del “Nuevo sistema educativo nacional” de 1970 y digo nuevo porque venía de una nueva reforma educativa. El detalle y a lo que quiero llegar es que entre las materias que nos impartían había ortografía, gramática incluso caligrafía, todo esto para una escritura perfecta.

Con la maravillosa llegada de la tecnología los niños de ahora puedo asegurar que casi no escriben las planas y planas para practicar la lectoescritura con ello la comprensión, retención, sintaxis y el análisis de los textos.

Por increíble que nos parezca, poco escribimos de puño y letra, todo es a través de la computadora, lap top, WhatsApp, u otros dispositivos que nos facilitan la vida, pero, ahí está el “pero”, entre otras deficiencias la poca proximidad afectiva como los abrazos, las miradas, las sonrisas, el contacto mano a mano, etcétera.

La creatividad plasmaba del sentimiento y sensibilidad de la palabra escrita y dirigida a una madre, un hermano, un hijo o a un ser amado. ¡Porque no me va dejar mentir mi muy distinguido y culto lector, que alguna vez redactamos una carta! Escogíamos el papel, el sobre, el color de la tinta y los adornos que le agregábamos, como corazoncitos, caritas, florecitas o lagrimitas según fuera el caso, qué tiempos, ¿verdad?

Y luego ir a la oficina del Servicio Postal Mexicano, o sea el correo, comprar las estampillas postales que cobraban según el lugar hasta donde fuera el destino de la carta. Recuerdo que costaban centavos, ahora desconozco los costos, como lo comento, todo eso ha sido desplazado por el correo electrónico, Obvio, ahora la rapidez de la contestación es casi inmediata. Porque después de pegar los sellos (con saliva, que, por cierto, sabía bien fea la goma) había que esperar semanas o meses para recibir la añorada respuesta.

Algunos sellos o timbres eran conmemorativos o alusivos a un hecho importante como los de 1968 de las olimpiadas en México o la llegada del hombre a la luna en 1969, la caída del muro de Berlín y personajes como Kennedy, Mandela, Teresa de Calcuta o Muhammad Ali.

Con el tiempo nacen los filatelistas que se especializaron, organizando sus colecciones de series por temas conmemorativos como aéreos, medios de transportes, animales, personajes, etcétera.

La primera estampilla postal en México, se puso en circulación en 1056, la cual tenía la efigie de Miguel Hidalgo grabada en cobre sobre papel blanco. Esto sucedió luego de que el presidente Ignacio Comonfort decretara el 21 de febrero del mismo año la creación de los sellos de correo, cuyo diseño estuvo a cargo de José Villegas, director de la Imprenta del Gobierno.

En total se presentaron cinco ejemplares de timbres con un costo que iba del medio real hasta los ocho reales. Las estampillas surgieron con el objetivo de que fuera el remitente y no el receptor quien pagara por el envío de cartas, con lo que se aseguraba que estas llegaran a su destino. Antes de la aparición del sello postal muchas personas de bajos recursos se vieron en la necesidad de devolver su correspondencia al no tener el dinero para costear el servicio.

En Inglaterra se emitió el primer timbre en el mundo el 1 de mayo de 1840. La introducción de las estampillas en México formó parte del proceso de modernización del correo. En ese sentido, Valentín Gómez Farías, era el Administrador General de la Renta de Correo. Propuso que el servicio postal se volviera público, pues hasta ese momento era brindado por particulares. Con ello, se buscaba que dicho medio de comunicación estuviera al alcance de todos los sectores de la población.

De esa manera todos escribíamos cartas, ahora pasado de moda y sustituido por la modernidad, por cierto ¿usted ha escrito y enviado una carta reciente mente?

Que tremenda es la comparación de los que recibimos la educación del “Nuevo sistema educativo nacional” de 1970 y digo nuevo porque venía de una nueva reforma educativa. El detalle y a lo que quiero llegar es que entre las materias que nos impartían había ortografía, gramática incluso caligrafía, todo esto para una escritura perfecta.

Con la maravillosa llegada de la tecnología los niños de ahora puedo asegurar que casi no escriben las planas y planas para practicar la lectoescritura con ello la comprensión, retención, sintaxis y el análisis de los textos.

Por increíble que nos parezca, poco escribimos de puño y letra, todo es a través de la computadora, lap top, WhatsApp, u otros dispositivos que nos facilitan la vida, pero, ahí está el “pero”, entre otras deficiencias la poca proximidad afectiva como los abrazos, las miradas, las sonrisas, el contacto mano a mano, etcétera.

La creatividad plasmaba del sentimiento y sensibilidad de la palabra escrita y dirigida a una madre, un hermano, un hijo o a un ser amado. ¡Porque no me va dejar mentir mi muy distinguido y culto lector, que alguna vez redactamos una carta! Escogíamos el papel, el sobre, el color de la tinta y los adornos que le agregábamos, como corazoncitos, caritas, florecitas o lagrimitas según fuera el caso, qué tiempos, ¿verdad?

Y luego ir a la oficina del Servicio Postal Mexicano, o sea el correo, comprar las estampillas postales que cobraban según el lugar hasta donde fuera el destino de la carta. Recuerdo que costaban centavos, ahora desconozco los costos, como lo comento, todo eso ha sido desplazado por el correo electrónico, Obvio, ahora la rapidez de la contestación es casi inmediata. Porque después de pegar los sellos (con saliva, que, por cierto, sabía bien fea la goma) había que esperar semanas o meses para recibir la añorada respuesta.

Algunos sellos o timbres eran conmemorativos o alusivos a un hecho importante como los de 1968 de las olimpiadas en México o la llegada del hombre a la luna en 1969, la caída del muro de Berlín y personajes como Kennedy, Mandela, Teresa de Calcuta o Muhammad Ali.

Con el tiempo nacen los filatelistas que se especializaron, organizando sus colecciones de series por temas conmemorativos como aéreos, medios de transportes, animales, personajes, etcétera.

La primera estampilla postal en México, se puso en circulación en 1056, la cual tenía la efigie de Miguel Hidalgo grabada en cobre sobre papel blanco. Esto sucedió luego de que el presidente Ignacio Comonfort decretara el 21 de febrero del mismo año la creación de los sellos de correo, cuyo diseño estuvo a cargo de José Villegas, director de la Imprenta del Gobierno.

En total se presentaron cinco ejemplares de timbres con un costo que iba del medio real hasta los ocho reales. Las estampillas surgieron con el objetivo de que fuera el remitente y no el receptor quien pagara por el envío de cartas, con lo que se aseguraba que estas llegaran a su destino. Antes de la aparición del sello postal muchas personas de bajos recursos se vieron en la necesidad de devolver su correspondencia al no tener el dinero para costear el servicio.

En Inglaterra se emitió el primer timbre en el mundo el 1 de mayo de 1840. La introducción de las estampillas en México formó parte del proceso de modernización del correo. En ese sentido, Valentín Gómez Farías, era el Administrador General de la Renta de Correo. Propuso que el servicio postal se volviera público, pues hasta ese momento era brindado por particulares. Con ello, se buscaba que dicho medio de comunicación estuviera al alcance de todos los sectores de la población.

De esa manera todos escribíamos cartas, ahora pasado de moda y sustituido por la modernidad, por cierto ¿usted ha escrito y enviado una carta reciente mente?