/ jueves 1 de noviembre de 2018

El General de Hombres Libres

La historia de América es la historia de un continente al que llegaron hombres de todas las regiones del mundo buscando un ambiente de dignidad y decoro para vivir en la libertad.

Hombres que con su talento e imaginación convirtieron mediante sus afanes en realidad una fantasía concebida mucho tiempo atrás.

Eran personas perseguidas en la vieja Europa, inmigrantes que poblaron el Norte de América, peregrinos que buscaron en estas tierras cultivar su honor perdido en el pasado. Seres humanos de diferentes orígenes que con esfuerzo decidido crearon la nación más poderosa que registra la historia de este planeta: Crearon los Estados Unidos de América.

Tierra fecunda para sus reivindicaciones a las ofensas que el viejo mundo llenó de monarquías díscolas y hostiles les endilgó. Allí están los orígenes del insaciable apetito imperial de la Norteamérica de nuestro tiempo. No obstante la potencialidad de los Estados Unidos, este país ha llenado de sangre, miseria, angustia y resentimiento a centro y Sudamérica, oprimiéndola bajo el pié de su imperio para consolidar este y hacerlo imperecedero.

En este ambiente de opresión del imperialismo Norteamericano sobre centro América y especialmente sobre Nicaragua, surge la figura de un hombre legendario a quien la historia continental identifica como "El General de Hombres Libres" Augusto César Sandino.

Sandino nació en mayo de 1893 en la ciudad de Niguinohomo. Según sus biógrafos; era mestizo, delgado, nervioso, de tez amarillenta y deturpado. Muy jóven viajó a México para trabajar en Tampico en la Refinería "El Águila".

En ese tiempo Tampico vivía la época de oro: Petróleo a borbotones y empleos para quiénes quisieran trabajar. Las compañías norteamericanas e inglesas estaban obsesionadas en vaciar los yacimientos de la Huasteca; prácticamente el gobierno Mexicano les regalaba el hidrocarburo y las compañías extranjeras querían extraerlo en el menor tiempo posible, se querían llevar todo. Lo lograron finalmente, ya es un hecho que con la mayoría que forman en el Congreso de la Unión el PRI y el PAN, reformarán los artículos 27 y 28, donde parte el control de la soberanía del estado sobre sus recursos naturales para entregarlo a los intereses particulares y extranjeros. Se me viene a la cabeza aquella confesión de Adam Smith, cuando justificó en su obra "La Riqueza de las Naciones" argumentando que el capitalismo tenía a su favor la ventaja y el beneficio siempre, "pero que estos dos factores eran dispensables".

Aquí en Tampico Sandino conoció el precario salario, el pesado trabajo, la jactancia y la voracidad del imperio sediento de oro negro. En 1926 residiendo en México, Sandino consigue entrevistarse con el General Plutarco Elías Calles, quien le proporciona ayuda material, regresando a su Patria a pelear por la libertad en compañía de su hermano Sócrates Sandino, quien también trabajó en la Refinería "El Águila" en 1924, por espacio de 8 meses, según los escasos apuntes biográficos que existen sobre Sandino.

La lucha de Sandino contra los invasores Norteamericanos duró de 1926 hasta 1933. Dentro de ese periodo se luchó y se negoció lentamente por la paz, logrando Sandino el retiro de las tropas Norteamericanas que ya habían dañado seriamente las regiones de las Segovias y León, áreas muy pobladas y productivas de Nicaragua.

En 1934 el imperio de la dinastía de los Somoza, encabezado por Anastasio Somoza abuelo, instrumento de los invasores, lograron convencer a Sandino para que aceptara cenar en la Sede Presidencial donde es cobardemente asesinado en traicionera emboscada. Ese mismo día, a la misma hora, en la ciudad de León, La guardia nacional sacrificaba a Sócrates Sandino, hermano y compañero de lucha del defensor de la soberanía del pueblo Nicaragüense.

Es así como logra Anastasio Somoza llegar al poder en el cual por generaciones, -tres para precisar- se veteranizó. Apoderándose de los negocios y propiedades importantes de ese país y actuando como una delegación Norteamericana que cumplió hasta la muerte con todos los intereses del imperio.

El proceso social Nicaragüense a la muerte de Sandino tuvo facetas que hasta parecen ser reconstruidas deliberadamente por la fantasía: Como aquellas todavía de reciente memoria cuando "El Frente Sandinista" en un excelente operativo militar que pasará a la historia se apoderó del palacio de gobierno en Managua cuando sesionaba el congreso.

Unos cuantos guerrilleros dirigidos por Eden Pastora el "Comandante Cero" (que conocí y traté aquí en Tampico por conducto de nuestro mutuo amigo Álvaro Garza Cantú) tomaron como rehenes a más de 200 funcionarios y Diputados obteniendo lo insólito: Somoza aceptó todas las peticiones de los guerrilleros Sandinistas, incluso aceptó declarar por la radio y la prensa que era un Bandolero y un asesino.

Así se inició la caída de la dictadura Somozista, que enloquecido desató una guerra a sangre y fuego contra su propio pueblo. El dictador como en el cuento de Kafka murió ahogado en la sangre de su propia víctima.


La historia de América es la historia de un continente al que llegaron hombres de todas las regiones del mundo buscando un ambiente de dignidad y decoro para vivir en la libertad.

Hombres que con su talento e imaginación convirtieron mediante sus afanes en realidad una fantasía concebida mucho tiempo atrás.

Eran personas perseguidas en la vieja Europa, inmigrantes que poblaron el Norte de América, peregrinos que buscaron en estas tierras cultivar su honor perdido en el pasado. Seres humanos de diferentes orígenes que con esfuerzo decidido crearon la nación más poderosa que registra la historia de este planeta: Crearon los Estados Unidos de América.

Tierra fecunda para sus reivindicaciones a las ofensas que el viejo mundo llenó de monarquías díscolas y hostiles les endilgó. Allí están los orígenes del insaciable apetito imperial de la Norteamérica de nuestro tiempo. No obstante la potencialidad de los Estados Unidos, este país ha llenado de sangre, miseria, angustia y resentimiento a centro y Sudamérica, oprimiéndola bajo el pié de su imperio para consolidar este y hacerlo imperecedero.

En este ambiente de opresión del imperialismo Norteamericano sobre centro América y especialmente sobre Nicaragua, surge la figura de un hombre legendario a quien la historia continental identifica como "El General de Hombres Libres" Augusto César Sandino.

Sandino nació en mayo de 1893 en la ciudad de Niguinohomo. Según sus biógrafos; era mestizo, delgado, nervioso, de tez amarillenta y deturpado. Muy jóven viajó a México para trabajar en Tampico en la Refinería "El Águila".

En ese tiempo Tampico vivía la época de oro: Petróleo a borbotones y empleos para quiénes quisieran trabajar. Las compañías norteamericanas e inglesas estaban obsesionadas en vaciar los yacimientos de la Huasteca; prácticamente el gobierno Mexicano les regalaba el hidrocarburo y las compañías extranjeras querían extraerlo en el menor tiempo posible, se querían llevar todo. Lo lograron finalmente, ya es un hecho que con la mayoría que forman en el Congreso de la Unión el PRI y el PAN, reformarán los artículos 27 y 28, donde parte el control de la soberanía del estado sobre sus recursos naturales para entregarlo a los intereses particulares y extranjeros. Se me viene a la cabeza aquella confesión de Adam Smith, cuando justificó en su obra "La Riqueza de las Naciones" argumentando que el capitalismo tenía a su favor la ventaja y el beneficio siempre, "pero que estos dos factores eran dispensables".

Aquí en Tampico Sandino conoció el precario salario, el pesado trabajo, la jactancia y la voracidad del imperio sediento de oro negro. En 1926 residiendo en México, Sandino consigue entrevistarse con el General Plutarco Elías Calles, quien le proporciona ayuda material, regresando a su Patria a pelear por la libertad en compañía de su hermano Sócrates Sandino, quien también trabajó en la Refinería "El Águila" en 1924, por espacio de 8 meses, según los escasos apuntes biográficos que existen sobre Sandino.

La lucha de Sandino contra los invasores Norteamericanos duró de 1926 hasta 1933. Dentro de ese periodo se luchó y se negoció lentamente por la paz, logrando Sandino el retiro de las tropas Norteamericanas que ya habían dañado seriamente las regiones de las Segovias y León, áreas muy pobladas y productivas de Nicaragua.

En 1934 el imperio de la dinastía de los Somoza, encabezado por Anastasio Somoza abuelo, instrumento de los invasores, lograron convencer a Sandino para que aceptara cenar en la Sede Presidencial donde es cobardemente asesinado en traicionera emboscada. Ese mismo día, a la misma hora, en la ciudad de León, La guardia nacional sacrificaba a Sócrates Sandino, hermano y compañero de lucha del defensor de la soberanía del pueblo Nicaragüense.

Es así como logra Anastasio Somoza llegar al poder en el cual por generaciones, -tres para precisar- se veteranizó. Apoderándose de los negocios y propiedades importantes de ese país y actuando como una delegación Norteamericana que cumplió hasta la muerte con todos los intereses del imperio.

El proceso social Nicaragüense a la muerte de Sandino tuvo facetas que hasta parecen ser reconstruidas deliberadamente por la fantasía: Como aquellas todavía de reciente memoria cuando "El Frente Sandinista" en un excelente operativo militar que pasará a la historia se apoderó del palacio de gobierno en Managua cuando sesionaba el congreso.

Unos cuantos guerrilleros dirigidos por Eden Pastora el "Comandante Cero" (que conocí y traté aquí en Tampico por conducto de nuestro mutuo amigo Álvaro Garza Cantú) tomaron como rehenes a más de 200 funcionarios y Diputados obteniendo lo insólito: Somoza aceptó todas las peticiones de los guerrilleros Sandinistas, incluso aceptó declarar por la radio y la prensa que era un Bandolero y un asesino.

Así se inició la caída de la dictadura Somozista, que enloquecido desató una guerra a sangre y fuego contra su propio pueblo. El dictador como en el cuento de Kafka murió ahogado en la sangre de su propia víctima.